
Un reciente estudio ha lanzado una alarmante advertencia: el cambio climático desencadenará un aumento significativo de las muertes por calor en toda Europa, superando con creces cualquier disminución en las muertes relacionadas con el frío. Esta tendencia se mantiene constante en todos los escenarios de cambio climático, incluso con una alta adaptación al calor, subrayando la imperiosa necesidad de políticas de mitigación agresivas.
Publicado en la prestigiosa revista Nature Medicine, el estudio estima que , de no tomarse medidas urgentes para reducir las emisiones de carbono, los cambios climáticos podrían causar directamente más de 2,3 millones de muertes adicionales relacionadas con la temperatura en 854 ciudades europeas para 2099. No obstante, hasta el 70% de estas muertes podrían evitarse si se toman medidas rápidas y efectivas.
El estudio también sugiere que, aunque se realicen enormes esfuerzos para adaptar las ciudades a los cambios de temperatura, esto no sería suficiente para contrarrestar el aumento de los riesgos para la salud debido a la exposición al calor, especialmente en las zonas más vulnerables, como la región mediterránea, Europa central y los Balcanes. Solo los recortes rápidos en las emisiones de carbono, que mantengan las temperaturas bajas, pueden reducir significativamente el número de muertes por calor extremo.
Barcelona es la ciudad donde se prevé que se registren las cifras más altas de muertes relacionadas con la temperatura, con 246.082 fallecimientos
Pierre Masselot , autor principal del Laboratorio de EHM de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM), afirmó que “nuestros resultados subrayan la urgente necesidad de trabajar de forma agresiva tanto en la mitigación del cambio climático como en la adaptación al aumento del calor. Esto es especialmente crítico en la zona mediterránea, donde, si no se hace nada, las consecuencias podrían ser nefastas. Pero, si seguimos un camino más sostenible, podríamos evitar millones de muertes antes de finales de siglo”.
Según el estudio, Barcelona es la ciudad donde se prevé que se registren las cifras más altas de muertes relacionadas con la temperatura, con 246.082 fallecimientos. Le siguen Roma, con 147.738 ,muertes; Nápoles, con 147.248; Madrid, con 129.716 defunciones, y Milán, con 110.131.
Debido a sus mayores poblaciones, se proyecta que las ciudades más pobladas del Mediterráneo experimentarán el mayor número de muertes relacionadas con la temperatura. Sin embargo, muchas ciudades más pequeñas en Malta, España e Italia también se verán gravemente afectadas, con altas tasas de mortalidad vinculadas al calor.
Fuera de la región mediterránea, se espera que los impactos sean menos severos. Se proyecta que otras capitales europeas, como París, verán un aumento menor pero aún significativo en las muertes acumuladas por frío y calor, con un estimado de 13.515 muertes adicionales. Por otro lado, la mayoría de las ciudades de las Islas Británicas y los países escandinavos podrían experimentar una disminución neta en las muertes, siendo Londres un ejemplo notable con una reducción proyectada de 27.455 muertes. No obstante, esta disminución será ampliamente superada por los aumentos en el resto de Europa, resultando en 2,3 millones de muertes adicionales en todo el continente.
El profesor Antonio Gasparrini, autor principal del artículo y director del laboratorio EHM de la LSHTM, afirmó que "este estudio aporta pruebas contundentes de que el pronunciado aumento de las muertes relacionadas con el calor superará con creces cualquier descenso relacionado con el frío, lo que se traducirá en un aumento neto de la mortalidad en toda Europa. Estos resultados desacreditan las teorías propuestas sobre los efectos ‘beneficiosos’ del cambio climático, que a menudo se plantean en oposición a políticas de mitigación vitales que deberían implementarse lo antes posible”.