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Ángel Sola, portavoz de la Fundación Cibervoluntarios

Cibervoluntarios: “La tecnología, sin un enfoque social, no sirve para nada”

Mayores que conversan por Skype, mujeres que emprenden gracias a la era digital, niños que se las saben todas frente al ciberacoso... La tecnología, bien utilizada, puede generar cambio social. La Fundación Cibervoluntarios, pionera en voluntariado tecnológico, lleva 15 años comprobándolo.

Ángel Sola, director de Comunicación de la Fundación Cibervoluntarios.
Ángel Sola, director de Comunicación de la Fundación Cibervoluntarios.

Organizan eventos de todo tipo, acompañan a empresas en la gestión del voluntariado corporativo e imparten talleres y charlas a miles. Hablamos de la Fundación Cibervoluntarios, una organización sin ánimo de lucro que, desde hace 15 años, trabaja con un objetivo: aumentar los derechos, las oportunidades y capacidades de cada persona mediante el uso social de las herramientas y aplicaciones tecnológicas que están a su alcance.

Lo intenta a través de una decena de programas que dirige a públicos muy diversos. “El principal es Cibervoluntarios.org, que se apoya en una red de más de 1.500 cibervoluntarios en activo distribuidos por toda España”, cuenta Ángel Sola, responsable de Comunicación de la Fundación, que forma parte de ella desde hace una década. “Son personas que ofrecen su tiempo y conocimiento a colectivos en riesgo de exclusión social. Trabajan con personas mayores, con personas con discapacidad, con desempleados, inmigrantes, con asociaciones de mujeres y menores, ofreciéndoles un amplio abanico de formación gratuita, y centrándose siempre en el modo en que la tecnología puede mejorar su calidad de vida”, señala Sola.

Si algo ha aprendido este experto desde que trabaja para la Fundación es que, “sin un enfoque social y humano, la tecnología no sirve para nada”. “El avance tecnológico tiene que ir de la mano de las personas y de sus necesidades, y, en este sentido, la figura de los cibervoluntarios es clave: ellos no solo trabajan on line; gran parte de su trabajo es a pie de calle, mano a mano con las organizaciones, con las personas a las que éstas atienden, detectando sus carencias”, prosigue Sola.

“El avance tecnológico tiene que ir de la mano de las personas"

Aprendiendo a usar “el Skype”

Uno de los colectivos que más se beneficia de su trabajo es el de mayores. “Llevamos decenas de iniciativas de formación digital a numerosos centros de mayores de toda España, gracias a un acuerdo de colaboración suscrito entre la Fundación y la Unión de Pensionistas de España”, apunta el director de Comunicación de Cibervoluntarios.

¿En qué se traduce su labor? En primer lugar, se les pregunta “qué necesitan y qué quieren aprender”. El uso de tabletas y smartphones suelen acaparar todas sus demandas, puesto que “muchos tienen acceso a ellas pero no saben cómo utilizarlas”. También solicitan cursos sobre competencias básicas digitales (desde “cómo coger el ratón” a “cómo abrir una cuenta de correo electrónico”), sobre el uso de motores de búsqueda y sobre el manejo de programas como Skype o Google Hangouts, para la realización de videollamadas. “Les encanta descubrir que pueden ver por una pantalla a sus hijos o nietos, aunque estén a miles de kilómetros. Además de abrirles un mundo de posibilidades, les hace sentirse partícipes del momento que estamos viviendo”, prosigue Ángel Sola.

¿Qué hay que tener para ser ‘ciber’?

Jóvenes, mayores, ingenieros informáticos, amas de casa… El perfil del cibervoluntario es muy diverso. “Para enseñar a una persona mayor a usar Skype no hace falta tener un máster. Solo se necesitan ganas, tiempo y unos conocimientos que pueden ir desde lo más básico hasta lo más complicado”, indica Sola.

El programa 'Integra en red' acerca Internet y la telefonía móvil a personas en situación de dependencia

En los casos para los que sí se requiere “una formación más elaborada”, sobre programación o usos específicos de estas herramientas, la Fundación acude a cibervoluntarios “que, en su vida profesional desempeñan un perfil más técnico”.  

Por ambicioso que parezca el proyecto Cibervoluntarios.org, no es el único que desarrolla la Fundación. “Integra en red”, por ejemplo, acerca los mundos de Internet y la telefonía móvil a personas en situación de dependencia; “RSC Tecnológica” asesora a las empresas en materia de voluntariado corporativo, y “Empodera.org” visibiliza la labor de personas y organizaciones de todo el mundo que trabajan también con herramientas tecnológicas para mejorar la calidad de vida de sus comunidades.

Destaca también “Para, piensa, conéctate”, diseñado para prevenir el ciberacoso y formar a menores en el uso correcto de las redes. “Vamos directamente a los colegios a dar charlas e impartir talleres de seguridad on line, sobre cómo evitar el ciberacoso, el ciberbullying, el phising… Las hacemos conjuntamente con padres y educadores. Tienen que saber que la Red ofrece muchísimas herramientas para la protección de sus hijos y alumnos y que solo hay que usar el sentido común para navegar seguro”, explica este experto. 

Pero la lista de programas de la Fundación no termina ahí: “Innovadoras TIC”, “TIC para la paz”, “Voluntarízate”, “EmpoderaLIVE” y “Socratic” son otros de los proyectos que ejecuta. Según Ángel Sola, la Fundación llegó a más de 6.400 personas de todo el país solo en el año 2016. Y, por lo que cuenta, les quedan ganas para rato.