La Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Atlas del Clima y la Salud, que publicó juntamente con la Organización Meteorológica Mundial (OMM) declara que "Olas de calor que normalmente se registraban solo una vez cada 20 años podrían sucederse como promedio cada dos a cinco años a mediados de este siglo". La explicación radica en el cambio climático, pues resulta que paralelamente al calentamiento global que sufre el mundo, aumentan los peligros para la salud humana. Este Atlas del Clima y la Salud ilustra algunos de los problemas más acuciantes que ello plantea, entre los cuales están la olas de calor.
Al mismo tiempo, el número de personas mayores que viven en ciudades (uno de los grupos más vulnerables a los golpes de calor) se casi cuadruplicará a nivel mundial. La cooperación entre los servicios climáticos y los servicios de salud puede activar medidas orientadas a proteger mejor a la población durante los fenómenos meteorológicos extremos.
Efectos de la ola de calor: insolación o golpe de calor
A medida que el verano se instaura, el calor y también la humedad aumentan. Pero a veces llega de repente y alcanza temperaturas muy elevadas sin que tengamos tiempo de aclimatarnos.
El calor excesivo puede ser un peligro para la salud, sobre todo si la exposición a temperaturas tan elevadas se prolonga. Si no tomamos ciertas medidas que ayuden al descenso del calor corporal y reestablezcan nuestro equilibrio, existe el riesgo de sufrir una insolación o golpe de calor, que puede producir una deshidratación por la pérdida de líquidos y sales minerales, y ocasionar graves consecuencias para el organismo.
Como afirma la vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), María Fernández un golpe de calor “es la situación más grave que generan las altas temperaturas”.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor se produce cuando la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente y éste no tiene la capacidad de enfriarse por sí mismo. Si esto sucede, se puede poner en riesgo la vida al provocar daños al cerebro y a otros órganos vitales.
Síntomas de un golpe de calor o insolación
Existen diferentes fases, de forma que la persona se va encontrando mal y van avanzando los síntomas.
Fase inicial:
- Temperatura corporal elevada
- Sed intensa
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Náuseas e incluso vómitos
- Piel roja, caliente y seca
Segunda fase:
- Pulso muy rápido
- Calambres
- Aumento brusco de la temperatura corporal (en 10-15 minutos a 40º)
- Convulsiones
- Alteración de la conciencia o desorientación
- Pérdida del conocimiento
- Llegados a este punto la situación de gravedad exige una reacción inmediata, ya que de lo contrario puede llegar a producirse un colapso.
Colectivos más vulnerables al golpe de calor
Existen determinadas personas que, por sus circunstancias, edad, trabajo, actividades, etc… se pueden considerar grupos de riesgo:
- Gente mayor, especialmente mayores de 75 años.
- Personas con dificultades para tener cuidado de sí mismas, como situaciones de pobreza o solitud, con limitaciones de movilidad, con discapacidades físicas o psíquicas
- Personas con enfermedades crónicas: cardiorrespiratorias, diabetes, hipertensión arterial, obesidad, carencia de peso…
- Personas que toman medicaciones especiales: tranquilizantes, antidepresivos, psicótropos o diuréticos…
- Bebés y niños menores de 4 años.
- Personas que realizan una actividad física intensa.
- Personas que tengan que hacer actividad física al aire libre (incluidas las actividades laborales).
Medidas preventivas para evitar un golpe de calor
Ante la gravedad de la situación, siempre la información y la prevención son la mejor opción.
Medidas preventivas en general:
- Beber mucha agua y zumos de fruta.
- No tomar bebidas alcohólicas.
- Evitar las comidas muy calientes y las que aportan muchas calorías.
- Refrescarse a menudo con duchas o toallas empapadas de agua.
Medidas preventivas para tomar en casa o espacios cerrados:
- Cerrar las persianas durante el día en las estancias orientadas al sol y abrirlas cuando baja la temperatura, para que haya corriente de aire.
- Abrir las ventanas durante la noche para refrescar la vivienda.
- Descansar en las habitaciones más frescas.
- Utilizar algún tipo de climatización.
En caso de no disponer de climatización, salir a lugares que sí lo estén, como bibliotecas, cines, centros comerciales, etcétera… durante algunas horas.
Medidas preventivas para tomar si estamos al aire libre:
- Hay que evitar el sol directo, procurando andar por la sombra
- Llevar una gorra y ropa ligera, preferiblemente de algodón, de colores claros y que no sea ajustada.
- Evitar salir a las horas de calor más fuerte, como el mediodía.
- En la playa o el campo, estar bajo un parasol.
- Llevar agua e ir bebiendo a menudo.
- Mojarse un poco la cara e incluso la ropa de vez en cuando.
- Limitar la actividad física durante las horas de más calor.
Medidas preventivas para los más vulnerables
Qué podemos hacer para ayudar a aquellas personas que necesitan de cuidados, como gente mayor, enferma, sin movilidad o que vive sola:
- Procurar visitarlos una vez al día.
- Ayudarlos a seguir estos consejos.
- Si toman medicación, revisar con su médico si ésta puede influir en la termorregulación y si se tiene que ajustar o cambiar.
Cómo actuar ante un golpe de calor o insolación
Cuando se reconocen en una persona cualquiera de los síntomas descritos, o bien los padece uno mismo, debemos pensar que nos encontramos ante una insolación o golpe de calor, lo más conveniente es siempre acudir a un servicio de urgencias o al puesto de socorro si se está en la playa o en una piscina.
Si por cualquier razón esto no fuera posible, estas son las medidas a tomar para socorrer al afectado:
- Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.
- Colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada para favorecer la respiración y que pueda entrar aire.
- Reducir la temperatura corporal: quitarle algo de ropa, darle aire (abanico o ventilador) y utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca, el cuello y otras partes del cuerpo.
- Beber agua fresca para rehidratarse y bajar la temperatura, pero debe hacerlo a pequeños sorbos y no de golpe, pues esto empeoraría su estado.
- Si su estado mejora, hay que acompañarlo a un servicio médico de urgencias para someterla a una revisión exhaustiva y posteriormente a un estrecho seguimiento médico durante algunos días.
- Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, hay que tumbarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.