
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el segundo trimestre de 2020, la tasa de paro de los menores de 25 años, los recién graduados, fue cercana al 40%, siete puntos más que en el trimestre anterior. “Algunos de los que se encuentren ahora en desempleo pueden convertirse en parados de larga duración. La precarización laboral se ha convertido en un asunto estructural de nuestro sistema de trabajo”, explica Ana Alarcón, responsable de los programas de empleabilidad de la ONG Acción contra el Hambre, con motivo del Día de la Juventud, que se celebra cada 12 de agosto.
La situación es más dura, entre los jóvenes de entre 25 y 35 años ya que muchos se ven afectados por segunda vez por una crisis después de la del 2008. Según los últimos datos de Garantía Juvenil, el porcentaje de jóvenes menores de 30 años que ni estudian ni trabajan ha crecido un 17% respecto al 2019. “Su futuro laboral y sus proyectos de vida, crear una familia o comprarse una casa, vuelven a estancarse con la crisis del coronavirus”, subraya la experta en empleo de dicha organización, que ha registrado un aumento del número de participantes de este grupo de edad en sus cursos sobre emprendimiento.
“En nuestros programas de emprendimiento juvenil ha crecido el número de personas inscritas durante el confinamiento en un 25% de media, y en algunas regiones hasta el 40%”, explica Alarcón. “Esto nos da una idea de cómo se disminuyen las expectativas de empleo por cuenta ajena en un mercado laboral mermado por la crisis y abre interés por las posibilidades de emprender por cuenta propia y buscar opciones locales”, añade.
Sin embargo, estos datos no significan que "vaya a crecer el emprendimiento juvenil de una forma notable", matiza la experta, ya que, “es un camino largo y puede ser que las circunstancias socioeconómicas de estos jóvenes les obliguen a dejar su sueño emprendedor a un lado para cubrir sus necesidades básicas”.
La situación provocada por el coronavirus "afecta más a las mujeres jóvenes que a los hombres por varias razones, pero una principal es que se dedican a sectores más perjudicados como el comercio, la educación, la moda, el turismo y la hostelería". Además, “el porcentaje de mujeres sin estudios superiores que emprende es mucho menor que el de los hombres”, ha detallado Alarcón.
Talento desaprovechado
Por otro lado, esta experta destaca que “se pierde mucho talento e innovación en las empresas españolas al no proporcionar más opciones laborales a los jóvenes”, ya que “en nuestros programas de emprendimiento juvenil observamos las innovadoras ideas e iniciativas que proponen”. Así lo reflejan los casos de tres de los participantes en los cursos de formación de esta ONG.
“Se pierde mucho talento e innovación en las empresas españolas al no proporcionar más opciones laborales a los jóvenes”. Ana Alarcón (Acción contra el Hambre)