La mayor esperanza de vida de las mujeres trae consigo desafíos en términos de salud y bienestar, aumentando las posibilidades de discapacidad y dependencia. Esto perpetúa desigualdades socioeconómicas en comparación con los hombres y sitúa a las mujeres mayores ante una mayor vulnerabilidad al maltrato. Sin embargo, existen pocos datos a nivel estatal o mundial sobre este problema, lo que dificulta su abordaje efectivo.
En 2023, aproximadamente una de cada seis personas mayores de 60 años sufrió algún tipo de maltrato en entornos comunitarios. Cruz Roja atendió a 2.368 personas mayores, de las cuales más de 2.000 eran mujeres, reflejando la urgencia de abordar sus necesidades específicas. Según el boletín 'La vulnerabilidad social de las personas mayores atendidas por Cruz Roja en el contexto generado por la crisis COVID-19 (diciembre 2021)', el 23,6% de las personas mayores encuestadas reportó haber vivido situaciones discriminatorias, como la imposibilidad de tomar decisiones propias (8.6%) y la justificación de sus dolencias como “cosas de la edad” (8%).
El maltrato a las personas mayores puede manifestarse de diversas formas: físico, sexual, psicológico, emocional, económico, abandono, desatención, negligencia e, incluso, autonegligencia. El edadismo, o la discriminación por edad, es un maltrato sutil que perpetra la sociedad a través de una visión estereotipada y negativa de las personas mayores, favoreciendo entornos discriminatorios y no igualitarios.
A pesar de que las mujeres mayores son más abiertas a hablar sobre sus problemas con el personal de Cruz Roja, el maltrato sigue siendo un tabú. Muchos optan por el silencio debido al miedo al “qué dirán”, la protección hacia sus hijos e hijas –quienes a veces son los perpetradores del maltrato– y la falta de recursos adecuados diseñados para ellas. La dependencia para satisfacer básicos aumenta el riesgo de abuso, agravado por la dificultad para defenderse y solicitar ayuda.
Derechos de las personas mayores
Muchas personas mayores no reconocen estas experiencias como maltrato debido a una percepción distorsionada de la violencia en la pareja o el entorno familiar. Por eso, Cruz Roja subraya la urgencia de promover la concienciación sobre los derechos de las personas mayores y asegurar políticas y servicios que protejan su bienestar, combatan la violencia y garanticen una vejez digna y segura, especialmente para las mujeres.
Además, destaca que toda la sociedad tiene ciertos maltratos asumidos por ser más sutiles: frente a la violencia física y psicológica, más reconocible en la actualidad, los malos tratos bienintencionados, la visibilización de la mujer mayor, el aprecio y la promoción del buen trato son tareas pendientes, que deberían ir a mayores.
Bajo el acuerdo que mantiene la organización con el Ministerio del Interior, y en coordinación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, también se llevan a cabo acciones de prevención de estafas y timos, y estrategias de protección tanto dentro como fuera de sus domicilios.
Desde 2016, Cruz Roja desarrolla el proyecto 'Buen Trato a las personas mayores. Promoción del trato adecuado y protección frente al maltrato', con presencia en casi todo el territorio nacional. Este proyecto apoya a las personas mayores que sufren o tienen riesgo de sufrir maltrato, proporcionando acompañamiento psicológico, mejora de competencias, autoestima y empoderamiento y, en casos concretos, mediación familiar con personal especializado.