El informe ‘La salud mental es cosa de niños, niñas y adolescentes. Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia 2023-2024’, presentado con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este jueves 10 de octubre, refleja que, de ese 41%, más de uno de cada tres adolescentes no ha hablado con nadie sobre esos problemas y más de la mitad no ha pedido ayuda.
“Estos datos reflejan que, si bien nuestros adolescentes cada vez normalizan más hablar de salud mental o identificar posibles problemas, todavía persiste un cierto estigma en torno al tema”, aseguró José María Vera, director ejecutivo de UNICEF España.
“Por ello es fundamental promover desde todos los ámbitos –instituciones públicas y privadas, medios de comunicación, familias, educativo…– acciones, campañas, iniciativas o formación que contribuyan a erradicar el estigma y los prejuicios y, al mismo tiempo, a mejorar el bienestar mental de nuestros niños, niñas y adolescentes”, añadió.
Entre los determinantes internos más importantes para favorecer la salud mental identificados por los propios adolescentes se encuentran los hábitos de sueño (74,9%), el ejercicio físico (62,3%) y llevar una dieta equilibrada (50,6%); entre los externos destacan la buena relación con sus progenitores (82,6%), el apoyo de personas cercanas (82%) y hacer las cosas que les gustan y hacen sentir bien (78,6%).
“En cuanto a los factores internos que, según los propios adolescentes encuestados, perjudican su salud mental, encontramos la baja autoestima, el consumo de alcohol y otras drogas, tener problemas de salud física y tener dificultades económicas”, explicó Pilar Ramos, investigadora de la Universidad de Sevilla y coautora del informe. Además, afirmó que “si les preguntamos por los externos, destacan el ser víctima de bullying o ciberbullying y tener problemas familiares”.
Redes sociales
Las redes sociales, cuyo uso por parte de los adolescentes es generalizado –el 98,5% afirma haber utilizado una alguna vez–, merecen especial atención. Si bien el 73,5% de los adolescentes asegura no haber sentido agobio o estrés por la cantidad de información acerca de salud mental recibida, y el 70% ha utilizado las redes para expresarse acerca del tema, el 32% manifiesta haber sentido la necesidad de mostrar en el mundo online una vida perfecta y sin problemas, aunque no sea cierto.
En este sentido, más del doble de chicas (34,3%) que de chicos (13,3%) se compara con personas que muestran vidas perfectas y una buena salud mental en redes sociales. Además, ellas sienten más presión por tener un físico determinado: el 73,5% cree que esto les afecta mucho o muchísimo, frente al 50,8% de los chicos.
En cuanto a las actitudes y prejuicios frente a los problemas de salud mental, las creencias negativas están poco extendidas entre los adolescentes: si bien uno de cada cuatro piensa que las personas con problemas de salud mental sienten vergüenza, casi ocho de cada 10 asegura que mantendría amistad con alguien de su edad que esté visitando a un profesional de salud mental y sólo un 16,2% cree que las personas con problemas de salud mental no se comportan tan bien como el resto de la clase.
Recomendaciones
Para garantizar el bienestar mental de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país, UNICEF España ha ofrecido una serie de recomendaciones, entre las que destacan:
- Reforzar los programas y servicios de detección, prevención precoz y atención de la salud mental de la infancia y la adolescencia en la Atención Primaria y sistemas sanitarios autonómicos.
- Mejorar el conocimiento y comprensión, a través de datos fiables, del estado de la salud mental de la infancia y la adolescencia.
- Promover iniciativas en los centros escolares, entendidos como entornos protectores, para fomentar el bienestar del alumnado y el aprendizaje emocional, mediante concienciación o formación para poder detectar problemas y saber cómo abordarlos.
- Apoyar a las familias y cuidadores mediante formaciones, recursos específicos, recomendaciones y redes de apoyo para familias.
- Potenciar la escucha activa y participación de los propios niños, niñas y adolescentes.
- Concienciar a través de los medios de comunicación para contribuir a erradicar el estigma.
- Fomentar un espacio digital en clave de bienestar emocional.