
El sector agroalimentario es uno de los principales protagonistas de la transformación sostenible y, como tal, tiene importantes desafíos que abordar. Así lo pone de manifiesto el informe ‘La transformación sostenible del sector agroalimentario’, elaborado por Women Action Sustainability (WAS) y KPMG, que ha sido presentado en Food4Future, un congreso europeo sobre alimentación, sostenibilidad, tecnología alimentaria y nutrición, que se celebrará en Bilbao hasta el próximo 19 de mayo.
En este estudio, en el que han colaborado representantes de todos los eslabones de la cadena de valor del sector agroalimentario, se destaca que el sector es consciente de estos desafíos y que está dispuesto a abordarlos. Entre ellos, indica que los relacionados con los aspectos ambientales (cambio climático, economía circular, uso de materias primas) “son los que más esfuerzo requerirán”, al tiempo que “mayor interés” despiertan en el sector, debido también a que es donde más se concentra la exigencia regulatoria.
En cuanto a los principales frenos que dificultan la transformación sostenible del sector, el informe apunta tanto a las inversiones necesarias a corto plazo para una producción más sostenible, las dificultades de financiación, falta de apoyo a las PYMES, como a la resistencia al cambio. Por su parte, las voces consultadas coinciden en señalar que la pieza clave para lograr unos modelos de producción más sostenibles “pasan por la innovación y la digitalización, como eje vertebrador de la transformación”. Si bien, según explican, “el coste es elevado y sigue siendo uno de los principales frenos en esta transición hacia los nuevos modelos”.
“La innovación y la digitalización, eje vertebrador de la transformación”
Modelos más sostenibles, pero sin perder competitividad
En este sentido, continúan, contar con ayudas públicas y articularlas en tiempo y forma, se proponen como “claves en el proceso”, pero “sin perder de vista la importancia de que sean debidamente comunicadas y accesibles para las diferentes tipologías de empresa, de modo que puedan llegar a toda la cadena de valor del sector”. De ahí que el informe sostenga que las empresas deberán apostar por modelos más sostenibles, “pero en ningún caso perdiendo competitividad”, ya que la coyuntura actual, con el consiguiente impacto en los costes de producción (encarecimiento de las materias primas o de electricidad y combustibles, entre otros) y la lucha por mantener los precios, se plantean como frenos en el camino hacia la transformación sostenible.
Según expuso durante el evento Jerusalem Hernández, socia de Sostenibilidad y Buen gobierno de KPMG, socia de WAS y coautora del informe, “en el entorno inflacionista actual, como en todos los momentos de crisis, la relación calidad/precio gana posiciones como argumento de compra de los consumidores, que optan por lo que pueden pagar y no siempre por lo que les gustaría, aunque no por ello las compañías del sector deben bajar la guardia en sus avances hacia la sostenibilidad”. Y, continuó, “junto a un avance decidido, se hace necesaria una comunicación eficaz de lo sostenible, que traslade el valor de los esfuerzos, de la reducción de los impactos y de las contribuciones.”
Criterios ESG
A pesar de que las valoraciones obtenidas a través del informe sitúan los temas sociales y de protección a los derechos humanos por detrás de algunos desafíos más inminentes relacionados con la dimensión ambiental, si en algo coinciden los representantes del sector es en que “no es posible hablar de sostenibilidad sin considerarse sus tres dimensiones: ambiental, social y de gobernanza”. En este sentido, las compañías coinciden en la importancia de establecer las medidas que permitan velar por el cumplimiento de los derechos humanos y unas condiciones justas en las cadenas de valor; incluso en aquellas que, por su complejidad y longitud, presenten dificultades para la trazabilidad.
“No es posible hablar de sostenibilidad sin considerarse sus tres dimensiones: ambiental, social y de gobernanza”
En palabras de Begoña Gómez, coordinadora del grupo de Transformación Social de WAS, coautora del informe y directora de la Cátedra de Transformación Social Competitiva de la UCM, “a pesar de los impactos negativos del sector, es importante destacar la importancia que la actividad agroalimentaria tiene en el tejido empresarial español y, de manera específica, en áreas rurales”. En su opinión, el sector agroalimentario dispone de “argumentos suficientes para ser reconocido como un agente fundamental de la sociedad española”, tales como: la labor esencial de abastecer a toda la población, la importancia vital en la salud, nutrición y alimentación de las personas, la dinamización del medio rural, la generación de empleo, son solo algunas de sus contribuciones.
Por otra parte, el informe destaca que, por su tamaño y diversidad, el sector agroalimentario es uno de los más importantes para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según explica, con el modelo de producción y consumo actual, genera impactos negativos diversos que se traducen principalmente en el exceso de producción debido al aumento del consumo, el uso del agua y la energía en los diferentes procesos, el impacto en el trabajo por los bajos salarios y las condiciones laborales en algunos eslabones de la cadena, así como los efectos negativos de la actividad en el cambio climático. “Transformar los modelos de consumo, prevenir y reducir el desperdicio alimentario y sensibilizar con transparencia, serán algunas de las medidas necesarias para mitigar dichos impactos”, señala.
"El sector agroalimentario es uno de los más importantes para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)".
Por su parte, Raquel Espada, socia WAS, coautora del informe y vicepresidenta Estrategia EMEA Energía y Sostenibilidad de Schneider Electric, afirmó que con una población que podría superar los 9.000 millones de personas en 2050, “la humanidad se enfrenta al reto de cómo alimentar a una población creciente en un planeta de recursos finitos”. Para ella, el tipo de dieta que prevalezca en nuestras sociedades, junto con el modelo de producción y cuánto se desperdicie o desaproveche va a marcar si somos capaces de cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “El sector debe apostar por la descarbonización y la economía circular apoyándose en la digitalización, innovación y la tecnología”, aseveró.
Además, los agentes del sector también reconocen que cuentan con palancas para acelerar la transformación sostenible que necesitan, incentivos a las empresas que apuestan por la sostenibilidad, como los fondos europeos, la colaboración a lo largo de la cadena de valor y el compromiso de la alta dirección son algunas de ellas.
Según Laura Rodríguez, socia WAS, coautora del informe y directora de Marine Stewardship Council en España y Portugal, “si el sector español demostró una gran resiliencia durante los inicios de la pandemia, sin duda podrá responder y adaptarse con la misma profesionalidad y determinación ante estos nuevos retos”.
“Estamos ante la oportunidad de repensar el modelo y acelerar la innovación"
“Estamos ante la oportunidad de repensar el modelo y acelerar la innovación de manera que logremos una cadena de valor capaz de producir respetando la biodiversidad terrestre y marina, que establezca políticas de producción y compra sostenible ambiciosas y transparentes y que facilite a los consumidores poder realizar una compra responsable”, añade.
Propuestas para una transformación sostenible del sector
Por último, el informe concluye con seis propuestas que WAS y KPMG recomiendan para lograr una transformación sostenible del sector y posibilitar un avance en su competitividad. Estas son: fomentar alianzas para compartir esfuerzos y lograr objetivos comunes a mayor velocidad; sensibilizar y comunicar de manera más efectiva al consumidor con criterios unificados y rigurosos; avanzar sin pausa en la investigación e innovación; trabajar en la digitalización y trazabilidad; aprovechar las oportunidades de la financiación sostenible y los fondos europeos; y poner en valor la contribución social del sector agroalimentario.