
María acudía a diario las actividades del Centro de Atención Temprana (CAT) de DownMadrid, para recibir, junto a otros niños con discapacidad intelectual, sesiones de estimulación global, fisioterapia, logopedia, psicoterapia, psicomotricidad y habilidades sociales. Pero desde el pasado 14 de marzo esas actividades se han visto interrumpidas por el estado de alarma decretado en España para combatir la pandemia del coronavirus, que ha supuesto el confinamiento de la mayor parte de la población en sus hogares.
Desde entonces, la madre de María, como miles de personas en España, teletrabaja, y para realizar su actividad se levanta pronto para aprovechar al máximo las horas de “tranquilidad”, antes de que se despierten los niños. Para esta familia el ‘parón’ educativo que afecta a todos los escolares supone un reto aún mayor, por la interrupción de las actividades diarias que sus hijos realizan junto a los profesionales del CAT, que son fundamentales para potenciar al máximo el desarrollo en todos los aspectos de estos niños.
Por su parte Noemí Andrade ha optado por “encajar el trabajo, organizando horarios y disponibilidades”, pero reconoce que “la conciliación real es difícil” porque “a los niños hay que darles apoyo, estar con ellos”, mientras que Nieves Merino destaca que “el día a día en casa es ajetreado y nunca tienes la sensación de cumplir con todas las cosas que quieres llevar a cabo, como limpiar, hacer deberes o jugar con las niñas”. Ambas son también madres con hijos que acuden al CAT de DownMadrid.
A otras familias en situaciones similares a la suya, la madre de Maria les recomendaría “tener un horario y unas rutinas y dar responsabilidades a los niños para que, dentro de sus capacidades, ayuden” y “no exigirles el máximo ni pedirles que se porten bien a todas horas. Debemos entender que, si para nosotros es complicado, para ellos debe ser mucho más”. Para Nieves, las claves serían “transmitir a los hijos calma y tranquilidad, para que esta no sea una experiencia difícil para ellos”, pero también reservar “un pequeño espacio para los padres”, algo que se consigue “teniendo y cumpliendo unos horarios establecidos” .
Por su parte, Noemí ha intentado, en la medida de la posible, “normalizar la situación, ajustar la rutina de todos” porque “con dos niños pequeños encerrados entre cuatro paredes es necesario que el ritmo sea mucho más dinámico, cada día es nuevo”.
Apoyo profesional
Para estas tres familias contar con el apoyo de los profesionales del CAT de DownMadrid es fundamental para que sus hijos no pierdan el ritmo de las sesiones. Por ello, desde el área de estimulación y logopedia de este servicio han enviado material de trabajo y juegos para los niños. Por su parte, los profesionales de logopedia y fisioterapia están creando y analizando vídeos para ofrecer pautas y corregir conductas con el fin de seguir estimulando el desarrollo óptimo de los más pequeños.
Asimismo, el área de trabajo social de dicha entidad está haciendo seguimiento de todas las familias, por si necesitan asistencia en algún momento. Por otro lado, el equipo de fisioterapeutas de Down Madrid, encargado de guiar y acompañar a las personas con discapacidad intelectual para que puedan alcanzar un mayor grado de autonomía y tengan una mejor calidad de vida, ofrece pautas y recomendaciones para estas personas durante el confinamiento.
Asimismo, el equipo de psicólogos y terapeutas ocupacionales de esta organización recomienda a las familias hacer cosas que no habían podido hacer por falta de tiempo, aprender habilidades nuevas, y disfrutar del tiempo de ocio, como medidas para mantener el bienestar emocional, tan importante como el físico en estas situaciones, subrayan.