Según la FAO, más de 800 millones de personas pasan hambre y más de 800 tienen obesidad ¿Ambos fenómenos son dos caras de la misma moneda?
Efectivamente. Tanto la obesidad como el hambre en el mundo son consideradas pandemias. Tal y como indica la FAO, existe una gran preocupación a nivel mundial por asegurar alimentos en cantidad y calidad para la población como un derecho humano. Muchas de las personas que sufren desnutrición son niños que padecen problemas en el desarrollo por la falta de alimento. En contraposición, nos encontramos con que el otro problema deriva por dietas excesivas y desequilibradas. Las formas de alimentarse, los productos que se consumen y el modo de cocinarlos están relacionados con la disponibilidad de los productos en cada país. Aquí tienen cabida la política, cultura, sociedad y economía de los países. Es insostenible éticamente que 800 millones de personas pasen hambre y otros 800 tengan obesidad.
¿Qué es lo que ha pasado en las últimas décadas para que nos alimentemos tan mal?
Actualmente existe una pérdida de cultura alimentaria y una escasa educación para una alimentación nutritiva y más natural, lo que ha derivado en la proliferación y consumo de comidas poco nutritivas como la comida basura. La forma de vida de la sociedad actual ha llevado a la gente a comer cocina rápida o alimentos ya preparados. Los medios de comunicación también tienen mucha influencia en esto debido a las grandes promociones que se hacen de comida rápida y precocinada, que atrapan la atención del consumidor.
"Es insostenible éticamente que 800 millones de personas pasen hambre y otros 800 tengan obesidad"
¿Hasta qué punto estamos perdiendo la riqueza culinaria de las generaciones anteriores?
El estilo de vida o la manufacturación de productos alimenticios hace que se vaya perdiendo la riqueza culinaria de generaciones anteriores. La cocina de alta calidad requiere de mucho tiempo de elaboración que actualmente no poseemos debido a los avances tecnológicos, producto de la globalización, que hacen que cambiemos nuestros hábitos y costumbres. Otro punto importante es que el sector alimentario está constituido por pequeñas y grandes cadenas que prestan servicios de alimentación, los cuales proporcionan comida rápida, en cualquier horario y por un bajo precio.
Se oyen todo tipo de informaciones y bulos sobre la industria alimentaria. ¿Qué es realmente lo que está haciendo mal la industria y qué podría hacer para fomentar la alimentación saludable?
La industria actualmente cuenta con rigurosas medidas de seguridad y control de los alimentos que están regidas por leyes vigentes. El problema de la industria es que debe estar en continua evolución con el fin de alargar la vida útil de los productos, reducir los precios, etcétera. Esto repercute en el modo de comprar alimentos. Y, por supuesto, cuantos más intermediarios encontramos desde la recogida del alimento hasta su producción y consumo, más calidad se pierde en dicho producto.
"Cuantos más intermediarios hay en la cadena alimentaria, menor es la calidad de los productos"
¿Una dieta saludable es más cara para el consumidor que una hipercalórica?
No, una dieta saludable puede ser igual de asequible -incluso a veces más- que una hipercalórica. Un ejemplo que nos toca de cerca es la dieta mediterránea, una dieta fácil, saludable y equilibrada. Esta dieta se considera toda una filosofía de vida y consta de alimentos como hortalizas, legumbres, frutas, verduras, cereales, pescado, carnes rojas; y todo ello teniendo en cuenta una reducción de productos procesados.
¿Qué consejos básicos daría a los consumidores para comprar, cocinar y comer mejor?
Introducir en la escuela y la universidad programas de educación alimentaria y organizar charlas sobre alimentación y nutrición para fomentar la importancia de estos aspectos en nuestra calidad de vida; adquirir productos frescos de temporada y reducir la compra y consumo de productos precocinados y, finalmente, tomarnos el tiempo necesario para comer e intentar evitar la comida procesada y rápida.