Más de 300 niños participarán en el homenaje organizado para este sábado 15 de abril, Día del Niño, por la Fundación Madrina. En el evento, que tendrá lugar en la plaza de San Amaro, en Madrid, a partir de las 12.00 horas, los niños recibirán regalos, globos, caramelos y disfrutarán de la compañía de la Legión 501 de Star Wars y también del personaje infantil Mario Bros.
Asimismo, se erigirá un mural con el que interactuarán los niños expresando en él sus derechos fundamentales, se celebrará un acto simbólico con una suelta de globos y, además, los niños volarán burbujas de jabón. También se repartirá un juguete para cada niño, chuches, agua y una merienda. De este modo, aprenderán sus derechos a través del juego.
Cabe reseñar que, en el transcurso de este homenaje, cuatro niños leerán los derechos del niño, reconociendo, de este modo, los derechos de la infancia frente a todo tipo de violencia, abuso o guerra.
El objetivo del encuentro, que contará con muchos voluntarios para realizar diferentes juegos infantiles con los más pequeños, es homenajear a la infancia más vulnerable reivindicando los “derechos del niño”, especialmente en un siglo donde más se vulneran sus derechos.
La Fundación Madrina denuncia que se está amenazando la vida e integridad de los menores en la Europa occidental con una cultura y leyes cada vez más permisivas, cambiando el foco sobre el valor del “mayor bien del menor”. Asimismo, apunta que está aumentando la desprotección de los menores, con una cada vez mayor tasa de suicidios, fracaso escolar, drogodependencias, ciberdependencias y abandono familiar.
Tal y como expresa la entidad, el derecho más dañado en los menores en países ricos es el “derecho a la vida” con la muerte de miles de niños a causa de la pandemia y de la guerra. Asimismo, también pone de relieve el aumento de la pobreza “materno-infantil” que carece de sanidad y de alimentación como consecuencia de la población desplazada “sin derechos” desde terceros países. En dichos países, señala la Fundación Madrina, el aumento de la corrupción política genera más “pobreza materno-infantil” y desplazamientos de refugiados, lo que ha incrementado el riesgo de “muerte infantil” y “tráfico de menores y de órganos”.