Actualmente, el suicidio es la quinta causa de muerte más frecuente entre los adolescentes de entre 10 y 19 años, por lo que Nel Anxelu González, presidente de la Confederación Española de Salud Mental, subraya la importancia de sensibilizar sobre la trascendencia del suicidio y de orientar a aquellas personas que puedan encontrarse en situaciones de riesgo. Así lo aborda en esta entrevista en Soziable.es, en la que habla de factores tan importantes como las redes sociales, que pueden influir en la salud mental de los menores.
- Este año, por el Día Mundial de la Salud Mental, han escogido como lema “Dale like a la salud mental. Por el derecho a crecer en bienestar”. ¿Por qué se han decantado por él?
Como en años anteriores, Salud Mental España se alinea con la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) en torno a la temática a tratar con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre.
En esta ocasión, la Federación Mundial propone la reivindicación de hacer de la salud mental una prioridad global, si bien en Salud Mental España hemos apostado por concretar y centrar el tema en la salud mental infanto-juvenil. La salud mental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes ha sido, tradicionalmente, la gran olvidada e infravalorada.
La salud mental infanto-juvenil es una de las principales asignaturas pendientes de la sanidad española que es urgente mejorar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, una de cada siete personas jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental. La pandemia ha agravado problemas existentes, a los que no se prestó atención, y además ha sido desencadenante de nuevos problemas, provocando un aumento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental en menores.
- Como apunta, la pandemia agravó problemas existentes, pero ¿cuáles son los principales factores de riesgo para la salud mental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes?
El cambio climático, la precariedad laboral, el acoso escolar, los abusos sexuales, las desigualdades de género, la soledad no deseada, la migración y los conflictos bélicos, las adicciones con sustancia y comportamentales, así como el riesgo de suicidio, son los principales factores de riesgo para la salud mental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que hemos detectado en Salud Mental España. Las redes sociales e internet forman parte de esas adicciones comportamentales.
- Y en concreto, ¿qué incidencia tiene un excesivo uso de las redes sociales sobre la salud mental?
En este sentido, hay estudios que indican que los altos niveles de uso de las redes sociales en estudiantes de nivel universitario están relacionados con la aparición de depresión, ansiedad, estrés, adicción a internet... También indican que la mayoría de las personas jóvenes usuarias de las redes sociales no es consciente de que el uso abusivo de estas puede provocar problemas de salud mental y que los y las centennials abusan diariamente del consumo de internet con una frecuencia reconocida de uso mayor a cinco horas diarias en el 85,7% de los casos.
- Si las redes sociales son correctamente utilizadas, ¿pueden ser una buena herramienta para la salud mental?
Jóvenes y adolescentes consideran a las redes sociales como fuentes de información y adquisición de conocimiento y encuentran en ellas el espacio de comunicación con sus iguales.
Para muchas personas, las redes constituyen canales de expresión a través de los cuales comparten sus inquietudes, pensamientos, miedos, etc. En el ámbito de la salud mental, en ocasiones ayudan a romper tabúes y estigmas en torno a los problemas de salud mental. Permiten hacer comunidad, encontrar apoyo emocional y compartir experiencias, de manera que se generen referentes y las personas no se sientan solas frente a su problema.
Sin embargo, por otro lado, las redes sociales tienen unas características de anonimato, fácil y rápido acceso, desinhibición y falta de contacto físico que pueden desencadenar diversos efectos perjudiciales. Por ejemplo, son una plataforma perfecta para perpetrar ciberacoso.
Reivindicamos una asignatura de educación emocional en las aulas para que las generaciones futuras aprendan a gestionar las emociones, tanto las negativas como las positivas
Desde Salud Mental España, reivindicamos más y mejor formación en torno a las redes sociales y sus posibles efectos, especialmente entre personas adultas que tratan con jóvenes y adolescentes (padres, madres, profesorado, etc.) para promover la prevención de conductas que puedan desencadenar problemas de salud mental.
- Atendiendo al informe de UNICEF de 2021, los factores de riesgo y protección del menor pueden organizarse en tres esferas de influencia: el hogar, los centros escolares y el mundo en general, que incluye determinantes sociales como la pobreza. ¿Cuál diría que es, de estos tres factores, el más determinante en el desarrollo de la salud mental del menor?
Desde Salud Mental España, consideramos que todos los contextos por los que pasa una persona desde la infancia hasta la edad adulta tienen máxima importancia, cada uno en un momento determinado. Por eso, defendemos actuaciones transversales, que actúen sobre todas las esferas.
- ¿Hay una edad en la que el menor es especialmente vulnerable al desarrollo de trastornos mentales? Y en esas edades, ¿a qué señales deben prestar atención sus padres, en el ámbito familiar, y sus profesores, en el escolar, para iniciar, al menos, una valoración psicológica/psiquiátrica que descarte o confirme que existe un trastorno mental?
La infancia, la adolescencia y la juventud son etapas de constante cambio, en las que nuestros y nuestras menores aprenden de cada experiencia que viven, tanto de lo positivo como de lo negativo, y cualquier acontecimiento durante estas primeras etapas de sus vidas puede marcarles para siempre. Por este motivo es por el que desde Salud Mental España hacemos tanto hincapié en la importancia de prestar atención a la salud mental en estas edades.
Una de nuestras mayores reivindicaciones es la de que se implante una asignatura de educación emocional en las aulas para que las generaciones futuras, desde bien pronto, aprendan a gestionar las emociones, tanto las negativas como las positivas.
- El suicidio es la quinta causa de muerte más frecuente entre los adolescentes de 10 a 19 años, según el informe de UNICEF mencionado previamente. ¿Qué opina de que, a pesar de la gravedad de esta cifra, el gasto gubernamental medio en salud mental, en la mayoría de los países, represente apenas el 2,1%?
Salud Mental España apoya la elaboración de políticas de prevención en materia de salud pública que incluyan planes de prevención eficaces, dotados de los recursos económicos, materiales y humanos necesarios. En general, la conducta suicida se puede predecir y, por tanto, también prevenir.
Una de las medidas más urgentes que reclamaba Salud Mental España y que ya está en marcha es el teléfono 024, público, gratuito y accesible para atender a las personas con conducta suicida y a su entorno.
Es preciso sensibilizar sobre la trascendencia del suicidio y orientar a aquellas personas que puedan encontrarse en situaciones de riesgo, así como a sus familiares para que les sepan prestar un apoyo efectivo en esos momentos tan complicados.
La Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, período 2022-2026, incluye una línea estratégica, la número 3, de prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida. Salud Mental España urge a que se destinen todos los recursos necesarios para desarrollar con éxito esta línea estratégica en todos sus objetivos.
Asimismo, la Confederación sigue apostando por el impulso de campañas de sensibilización para acabar con los mitos e ideas erróneas, el tabú, el estigma y la culpabilización de la conducta suicida, con el objetivo de facilitar que las personas con ideaciones suicidas pidan ayuda.
- A pesar que, de forma generalizada, se dedican pocos recursos a la salud mental en la infancia y la adolescencia, ¿cómo vislumbra el panorama futuro en este sentido?
En los últimos tiempos, se están dando pasos desde la Administración Pública para mejorar la atención a la salud mental. La salud mental ha entrado en la conversación de la sociedad y en la agenda política. No obstante, queda todavía mucho por hacer, especialmente en el ámbito infanto-juvenil. Es necesario destinar recursos no solo a atención primaria y a las especialidades (aumentando por ejemplo el número de profesionales de la Psicología en la sanidad pública hasta llegar a la media europea), sino también a cuestiones tan importantes como la prevención del suicidio, el acoso escolar o ciberbullying, las adicciones o la prevención de abusos sexuales, entre otros.
- La Asociación Española de Pediatría previó que tras la pandemia y en los próximos dos o tres años se va a producir un aumento brusco de todo tipo de consumos tóxicos entre los jóvenes. ¿Pueden los padres prevenir estas situaciones de alguna manera?
Es fundamental que las personas mayores dispongamos de información veraz acerca del consumo de alcohol y otras drogas y que la hagamos llegar a adolescentes y jóvenes. La comunicación es la herramienta principal que tienen los padres y madres para prevenir las adicciones. Es crucial crear un clima exento de juicios, en el que se facilite que los hijos e hijas puedan hablar de cómo se sienten, fomentar la escucha activa, huir de consejos simplificados y nunca banalizar, despreciar o restar importancia a las emociones que expresan. Tampoco compararles con los demás, ni culparles por lo que les sucede.
Es preciso sensibilizar sobre la trascendencia del suicidio y orientar a aquellas personas que puedan encontrarse en situaciones de riesgo
Evidentemente, es recomendable que la familia busque la ayuda profesional lo antes posible para tratar la adicción y el posible problema de salud mental que puede subyacer a ella, ya que, según los estudios, alrededor del 70% de las personas que acuden a las consultas por adicciones tiene, además, un problema de salud mental.
Además, todo lo que tenga que ver con promover hábitos saludables, como hacer deporte, relacionarse con otras personas, adquirir habilidades sociales, llevar una alimentación saludable, reducir el uso de las pantallas, etc. también es muy positivo para la salud mental de adolescentes y jóvenes, ya que actúan como factores protectores.
Es importante, además, que padres, madres y también desde los centros educativos presten atención a posibles señales de alarma, como cambios en la conducta de adolescentes y jóvenes: aislamiento, cambios en las rutinas, bajo rendimiento académico, faltar a clase, no tener ganas de hacer actividades que antes hacían...
Por último, hay que tener en cuenta que están surgiendo nuevos tipos de adicciones, como son las adiciones sin sustancia: a las apuestas, a las redes sociales, a la pornografía y otro tipo de comportamientos que se consideran adictivos y que conllevan un impacto negativo en la salud mental de adolescentes y jóvenes.
- Save The Children ha afirmado que las dificultades socioeconómicas disparan el riesgo de sufrir trastornos en la salud mental. ¿Hasta qué punto puede afectar a un niño o adolescente vivir una mala situación económica en su hogar?
Es difícil medir el impacto concreto en un niño o niña, sin embargo, los estudios indican que existe correlación entre crecer en un hogar con bajos ingresos y bajo nivel cultural o educativo y tener menores oportunidades de participar en la vida social en igualdad de oportunidades que quienes se crían en un hogar con recursos elevados.
Las dificultades socioeconómicas impactan en la calidad de vida de las y los menores y les afecta en los ámbitos educativo, cultural, sanitario, de ocio, relacional, etc. Esta falta de calidad de vida también se relaciona con problemas de salud mental.
Además, una niña, un niño, un adolescente que tiene un problema de salud mental y vive en un hogar con bajos recursos económicos, no tiene las mismas posibilidades de acceder a la atención que necesita, ya que en España tenemos una ratio de profesionales de la Psicología por cada 100.000 habitantes muy insuficiente, lo que aboca a acudir a profesionales privados. Quien no tiene dinero, no puede acceder.
Además, muchas personas pueden terminar por ‘refugiarse’ en espacios que no hacen sino agravar estos problemas (como las adicciones con y sin sustancia), motivadas por la falta de perspectiva por las carencias materiales básicas e incertidumbre por el futuro.
- ¿Cuáles diría que son en nuestro país los principales factores que derivan en un problema de salud mental?
Hay un gran número de factores que influyen en la salud mental de las personas. Podemos por ejemplo destacar las desigualdades económicas, geográficas, de género, de edad, de acceso a la educación, por motivos racistas y por discapacidad psicosocial.
No obstante, la transversalidad de todos estos factores es palpable y unos determinan a los otros y los otros son consecuencia de los unos, por lo que muchos de estos factores convergen y se entrelazan.
Numerosas personas con problemas de salud mental llevan una vida normal y corriente, tienen una familia, desarrollan una profesión y tienen relaciones sociales y aficiones como cualquier otra persona
La OMS considera que las desigualdades sistemáticas entre grupos sociales son evitables, son inequitativas e injustas y afectan a la salud mental de la población. Por ello, apela a la posibilidad real de elaborar estrategias para reducir estas dificultades actuando directamente sobre estos determinantes sociales.
- La terapia asistida con animales está cada vez más presente en los servicios sociosanitarios. ¿Cómo de beneficiosa cree que puede llegar a ser esta terapia para niños que padecen algún trastorno?
La terapia asistida con animales (TAA) especialmente entrenados para ello (habitualmente perros, caballos o delfines) puede resultar beneficiosa para personas con problemas de salud mental.
Hay estudios que indican que los efectos positivos se concentran en las siguientes áreas: “empatía, identificación y expresión emocional; aumento de la seguridad personal y la autoaceptación; aprendizaje de habilidades de comunicación y socialización, y estimulación cognitiva”. En relación con el tratamiento infantil, se observa el potencial de las intervenciones en situaciones de sintomatología ansioso-depresiva.
Varias entidades del movimiento asociativo de Salud Mental España han desarrollado proyectos relacionados con animales para promover el desarrollo personal, la calidad de vida y la integración social de las personas con problemas de salud mental. Algunos de estos proyectos cuentan, además, con el valor social añadido de incorporar a animales abandonados que se encuentran en protectoras y que también se han beneficiado del vínculo creado con las personas participantes. Tal y como demuestran varias experiencias, esta actividad aporta compromiso, respeto, responsabilidad, mayor autoestima y mejora en la expresión de los sentimientos.
- ¿Considera que sigue existiendo un estigma social en torno a la salud mental?
Sí, sin duda sigue existiendo. La desinformación y la falta de conocimiento sobre la salud mental y los distintos problemas de salud mental producen que, en muchas ocasiones, la sociedad discrimine y rechace a las personas afectadas por este tipo de trastornos. Cualquier persona puede tener en un momento de su vida problemas de salud mental o conocer en su entorno cercano a una persona con un trastorno mental.
Por encima de los síntomas de su trastorno, muchas veces, el estigma es la principal barrera a la que se enfrentan estas personas. Se manifiesta como una actitud, conducta o idea que dificulta la recuperación y la integración de las personas con un problema de salud mental. El estigma se traduce en conductas de rechazo, menosprecio y distancia social por parte de la población general. De hecho, algunos estudios indican que el 75% de ellas afirma haberse sentido discriminada en algún ámbito de su vida.
El estigma también se reproduce en los ámbitos familiar, sanitario, educativo, penitenciario, policial, judicial, en los poderes ejecutivo y legislativo, en las administraciones públicas, en la sociedad en su conjunto, etc.
Sin embargo, la realidad es que numerosas personas con problemas de salud mental llevan una vida normal y corriente, con mayor o menor necesidad de tratamiento y apoyos. Tienen una familia, desarrollan una profesión y tienen relaciones sociales y aficiones como cualquier otra persona.
- Uno de los aspectos que está costando recuperar tras la pandemia es la parte emocional. ¿Podremos volver a una 'normalidad' en este sentido?
Desde Salud Mental España creemos que es necesario trabajar para reducir los factores de riesgo asociados a un empeoramiento de la salud mental (como la falta de empleo, la pobreza, el machismo, el racismo y muchos otros factores que influyen en la salud mental), así como destinar recursos económicos y humanos suficientes para atender a las personas que tienen malestar psíquico. Si esto se produce, estaríamos en camino de conseguir una sociedad centrada en las personas y en su bienestar.