
Tras un año 2022 en el que la tasa de emancipación se estancó en el 15,9%, en el primer semestre de 2023 el porcentaje de personas jóvenes que vivían fuera del hogar familiar subió hasta el 16,3%. Sin embargo, según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), esta cifra es aún inferior a los porcentajes que existían antes de la crisis ocasionada por la pandemia de COVID-19 y muy lejos de los resultados anteriores a la Gran Recesión de 2008, cuando se superaba el 25% de personas jóvenes emancipadas. Además, la tasa también estuvo muy por debajo de la media de la Unión Europea, que alcanzó el 31,9% en 2022.
El alquiler es la forma más común de emancipación de las personas jóvenes. Sin embargo, la subida de precios año tras año es superior a la de los salarios de los jóvenes. Por ello, cada vez resulta más difícil acceder a un alquiler que suponga, como mucho, el 30% del salario mediano de una persona joven que la mayoría de los estudios señalan como el máximo aceptable.
El precio mediano del alquiler en el primer semestre de 2023 fue el más alto desde que existen registros: 944 euros al mes. Esto supone el 93,9% del salario mediano neto de una persona joven. Además, el precio se encareció un 9,3% con respecto a un año antes y un 63,9% con respecto al precio que tenían las viviendas de alquiler 10 años atrás. Por su parte, las habitaciones se encarecieron un 7,1% en un año.
El salario mediano joven subió un 5,0% hasta alcanzar los 12.062,59 euros netos al año. Aún con este incremento, la fuerte subida de los precios causó que el poder adquisitivo de una persona joven trabajadora se redujera un 3,3% en un año y que, además, los ingresos de un hogar joven descendieran en un 6,6%.
Un año más, el mito de que las personas jóvenes no quieren trabajar se desmonta si se tienen en cuenta los datos de inactividad. Casi nueve de cada 10 personas que no trabajaban ni buscaban trabajo no lo hacían porque estaban estudiando. La tasa de ‘ninis’, es decir, de las personas jóvenes que no buscaban trabajo estando disponibles para trabajar, fue de tan sólo el 1,9% de la población inactiva. Además, la tasa de jóvenes ‘sisis’, quienes trabajaban y estudiaban a la vez, fue del 34% de la población ocupada.
Los últimos datos alertan de que la juventud es, en España, el segundo colectivo de edad con mayor riesgo de pobreza y exclusión social, tan sólo superada por la infancia. En este sentido, en 2022, el 30,2% de las personas jóvenes se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión social. Además, una de cada cinco personas jóvenes con trabajo también se encontraba en esta situación, por lo que tener un empleo no era, para la juventud, garante de estabilidad económica.
En palabras de Andrea González Henry, presidenta del Consejo de la Juventud de España, “el Consejo de la Juventud de España sigue alertando de la falta de acción en política de vivienda en España y las consecuencias negativas que eso ha provocado en la población general y, especialmente, entre la juventud, que sigue viendo como año tras año disminuye el porcentaje de emancipación por una pérdida de poder adquisitivo, situación que se solapa con la subida ininterrumpida de los precios de alquiler y compra de vivienda”.
Y según Juan Antonio Báez, vicepresidente y responsable de socioeconómica y comunicación del CJE, “las políticas de juventud en muchos casos se convierten en una huida hacia adelante que no entran a solucionar de manera estructural los problemas principales que preocupan a la juventud, como son la vivienda y el empleo, y que provocan grandes problemas de salud mental para la población joven, cuya principal causa de muerte es el suicidio”.