Pasar al contenido principal
Endesa y Fundación Juan XXIII han formado ya a 330 personas en este ámbito

Las energías renovables abren un horizonte laboral a las personas con discapacidad en zonas rurales

Las plantas renovables se ubican en entornos rurales donde se cuenta con los recursos naturales del sol y el viento y el espacio para ejecutarlos. El desarrollo de estas tecnologías y la necesidad de acelerar la transición energética está permitiendo que entornos rurales que hasta ahora habían sufrido mayor despoblación vuelvan a tener actividad económica, ya que se necesita mano de obra especializada para la construcción y el desarrollo de estos proyectos.

El 39% de los participantes en la formación ha conseguido empleo seis meses después de su acreditación.
El 39% de los participantes en la formación ha conseguido empleo seis meses después de su acreditación.

Endesa, a través de su filial renovable Enel Green Power España, y la Fundación Juan XXIII pusieron en marcha hace dos años un plan formativo para favorecer la inclusión de personas con discapacidad en este nuevo marco laboral en auge. El objetivo es facilitar su posible incorporación en trabajos medioambientales asociados a plantas fotovoltaicas.

Los cursos, denominados COMPOST-IN, compostaje inclusivo, comenzaron el pasado año y, desde entonces, se han llevado a cabo 21 ediciones en las que se han formado a 330 alumnos procedentes de Islas Baleares (26), Aragón (64), Murcia (34), Extremadura (32), Andalucía (110) y Castilla-La Mancha (64).

Esta formación ha permitido a los alumnos que la han ido completando que, seis meses después de su acreditación, el 39% de ellos haya conseguido un empleo, el 8% en las instalaciones renovables.

“Estas cifras poco a poco nos muestran la efectividad de esta iniciativa”, señaló Ada Fiteni, responsable de Sostenibilidad de Endesa, quien destacó que “seguimos trabajando en estas zonas donde desarrollamos nuestros proyectos porque queremos ser un actor más en los entornos rurales y ayudar a la integración de un colectivo tan vulnerable como las personas con discapacidad”.

Por su parte, Alberto Muñoz, director del Centro de Formación para el Empleo de Fundación Juan XXIII, indicó que “gracias al apoyo de Endesa, estamos formando a personas con discapacidad intelectual a lo largo de todo el territorio nacional, aumentando su empleabilidad y situándolas en el centro de los procesos de la economía circular y de las energías renovables”. 

El curso forma parte de las actividades de formación que lleva a cabo Endesa en todas aquellas áreas donde construye instalaciones de generación de energías limpias. Además del material didáctico, a los alumnos del curso se les ha hecho entrega de un kit de material imprescindible para llevar a cabo las tareas de compostaje, así como una desbrozadora, una trituradora profesional y los EPIs (equipos de protección individual) necesarios para llevar a cabo estas tareas. Todo ello, con el objetivo de poder seguir aplicando lo aprendido, tanto en sus instalaciones como en los posibles trabajos que se deriven de esta formación.