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Soraida Hussein, directora de WATC, una ONG palestina de apoyo a las mujeres

“Los cambios sociales en Palestina son demasiado lentos”

El conflicto armado palestino-israelí ha sido un lastre para la emancipación de la mujer y otros cambios sociales. Esta es la conclusión a la que llega la activista feminista Soraida Hussein tras repasar mentalmente las últimas décadas de historia en esta tierra permanentemente sacudida por la violencia. En su opinión, "la militarización refuerza la cultura patriarcal".

Soraida Hussein, directora general de WATC (Foto: CEMO)
Soraida Hussein, directora general de WATC (Foto: CEMO)

“Las mujeres palestinas no hemos podido cambiar las cosas por culpa de la ocupación”, afirma Soraida Hussein, directora general de la ONG palestina Comité Técnico para Asuntos de la Mujer (WATC, por sus siglas en inglés). Según esta defensora de los derechos de la mujer, “la militarización refuerza la cultura patriarcal y, por culpa de este contexto de ocupación, las mujeres no hemos tenido la oportunidad de cambiar las cosas”.

Este contexto de violencia hace que “los cambios sociales en Palestina sean demasiado lentos”, sostiene Hussein a la que Soziable.es ha entrevistado aprovechando su visita a Madrid para participar en un seminario organizado por el Centro de Estudios de Oriente Medio de la Fundación Promoción Social (CEMO).

La ONG que dirige trata ahora de responder a las necesidades humanitarias, especialmente acuciantes en la franja de Gaza, tras la última escalada de violencia desatada a raíz de los actos conmemorativos de la fundación del Estado de Israel y el anuncio de Donald Trump de trasladar a Jerusalén la Embajada de los EEUU. Hussein nos habla de la necesidad de reforzar la asistencia médica, psicológica y social tras los últimos combates.

"Hay niños que se asustan con cualquier ruido fuerte porque conocen las bombas. Vivir tres guerras es demasiado para un chico de 15 años".

“Tenemos por delante el reto de atender a toda esta gente, a familias que han perdido alguno de sus miembros, lo que es especialmente difícil cuando se trata del padre, que suele ser el que trae el pan a casa. Los colegios y el sistema sanitario necesitan muchos recursos, medicinas...”, describe Hussein.

El conflicto impone a las mujeres palestinas una responsabilidad adicional, según esta activista: “Tenemos que mantener un ambiente pacífico y saludable en la familia, porque hay niños que todavía se orinan en la cama con nueve años y que se asustan cuando oyen un ruido fuerte porque han conocido las bombas. Vivir tres guerras es demasiado para un muchacho de 15 años”.

A su juicio, muchos jóvenes que viven inmersos en esta situación padecen trastornos psicológicos y todos ellos se preguntan si merece la pena estudiar o trabajar cuando el futuro no les va a permitir desarrollar su potencial. Y es que, según Hussein, hay estudiantes palestinos a los que conceden becas en otros países “que no pueden salir o, si salen, no pueden volver”, y otros muchos que obtienen un título universitario pero se ven obligados a sobrevivir con pequeños trabajos que les van surgiendo.   

“Muchos de los muchachos que visitamos en los hospitales tienen padres de clase media con suficientes recursos como para mandarlos a estudiar fuera y, sin embargo, se involucran en el conflicto y se dedican a tirar piedras a los soldados israelíes”, señala.

Por ello, la directora general de WATC cree que el futuro plantea a las organizaciones humanitarias una “tarea inmensa”, que se resume en una sola idea: “La principal lucha que tenemos que librar es la de mantener la esperanza. Si todo el trabajo que las ONG hacemos sirve para conservar la esperanza, esto será un triunfo”.

Feminismo e islam   

En cuanto a la emancipación de la mujer en el contexto de una sociedad de mayoría musulmana, la directora de esta ONG, explica que el conflicto armado ha sido un lastre para el avance y la consolidación de un marco legal laico.

“Los 10 primeros años de la Autoridad Nacional Palestina (1994-2004) hubo muchos cambios sociales. Las mujeres nos confrontamos con las estructuras religiosas y les dijimos que las leyes no podían surgir de la religión, pero después empezaron los ataques militares y cambió completamente el contexto”, recuerda la directora general de WATC.

Hussein lamenta que el necesario debate entre mujeres palestinas ha sido constantemente soslayado por culpa de la guerra. “No hemos tenido un espacio de diálogo entre las mujeres laicas y las que creen que el islam es la solución. La ocupación siempre nos está hurtando ese espacio de diálogo interno”, asevera.