"Nadie sabe lo que sufre una persona con experiencia en salud mental...". Víctor lo sabe, y así lo recoge en un testimonio directo la Confederación Salud Mental España dando voz a las personas con problemas de salud mental. En su trabajo diario, esta organización intenta acercar esa realidad a todo el mundo, porque todavía resulta muy ajena: "Conóceme. Pregúntame. No tengo ningún problema en contarte mi experiencia, pero no presupongas, ni imagines, ni te creas las historias de las películas". Así se expresa también Isabel.
Es casi seguro que todas las personas viviremos de cerca alguna situación relacionada con la salud mental y con los problemas asociados a la escasa atención que le dedicamos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida y los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030.
Sin duda, es un escenario que nos atañe a todos, aunque tuviéramos la fortuna de no experimentar en nuestro entorno ningún problema relacionado con la salud mental. Incluso en ese caso, nos debería comprometer el interés por la salud de todas las personas y por defender un derecho humano fundamental, como reza el lema elegido este año por la Federación Mundial de Salud Mental, World Federation for Mental Health (WFMH), y respaldado también por la Confederación Salud Mental España: 'La salud mental es un derecho humano universal'.
“La salud mental debe ubicarse directamente en un marco de derechos humanos para reformular la aspiración de una buena salud mental como un derecho humano fundamental”. Son palabras de Nasser Loza, presidente de la WFMH. En un mensaje difundido con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, explica que en algunos informes de la oficina de Derechos Humanos de la ONU destacan que “las personas con problemas de salud mental y aquellas con discapacidades psicosociales experimentan tasas desproporcionadamente más altas de mala salud física y esperanza de vida reducida”.
Vulneraciones sistemáticas y estructurales
En nuestro país, Nel González, presidente de Confederación Salud Mental España, explica: “este año, bajo el lema ‘Salud mental, salud mundial: un derecho universal’, nos centraremos en las vulneraciones relativas al trato y tratamiento violento, inhumano y cruel en salud mental, así como las relativas a la libertad de decisión y participación. La razón de escoger esta temática tiene que ver con el elevadísimo número de violaciones de derechos que se producen de forma estructural en nuestro país y la necesidad de garantizar su cumplimiento para preservar, sin mayor demora, los derechos de las personas con problemas de salud mental”.
Las vulneraciones de derechos de las personas con problemas de salud mental se producen en prácticamente todos los ámbitos
Las vulneraciones de derechos de las personas con problemas de salud mental se producen en prácticamente todos los ámbitos; ya sea en el empleo, la educación, el acceso a los recursos, la atención sanitaria, la igualdad de oportunidades… pero sobre todo en ese aspecto que destaca Nel González con el lema de este año: “el uso de medidas coercitivas como las contenciones mecánicas, físicas o químicas, los ingresos y tratamientos involuntarios, las medicaciones forzosas, la sobremedicación, la reclusión y el aislamiento, así como la falta de información, la ausencia de alternativas terapéuticas y de acceso a recursos o las dificultades a la hora de registrar las voluntades anticipadas”.
A pesar del carácter vinculante de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), exigible en España desde mayo de 2008 y que protege el respeto a la dignidad, la autonomía individual y la libertad de tomar las propias decisiones respecto a la propia salud, "los derechos de las personas con problemas de salud mental se siguen vulnerando de forma sistemática y estructural, en lo referente a las institucionalizaciones, tratamientos e ingresos involuntarios y contenciones mecánicas", sentencia el máximo representante de Salud Mental España.
España es uno de los países europeos que peores cifras presenta, empezando por la atención que se presta a los problemas de salud mental. Aseguran en el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid que “en España hay seis psicólogos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media europea es de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes”. Un dato terrible cuando se enfrenta a otras cifras muy preocupantes en nuestro país, que también señalan los profesionales de la psicología:
- Aproximadamente el 9% de la población española sufrió algún trastorno mental en 2020 (datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social)
- Más de 2,5 millones de personas consumen psicofármacos a diario en nuestro país.
- En 2021, la venta de antidepresivos y ansiolíticos creció un 6 y un 4%, respectivamente
- El 6,4% de la población había acudido a un profesional de la salud mental desde el inicio de la pandemia, el 43,7% por ansiedad y el 35,5% por depresión. Todos los expertos coinciden en que el problema va en aumento. (Datos del CIS en 2020)
- El 20,8% de los jóvenes de entre 10 y 19 años sufre trastornos mentales, cinco puntos por encima de la media europea
- Se estima que más de dos millones de españoles sufren depresión y alrededor de cuatro millones padecen trastornos de ansiedad
La salud positiva
En Andalucía, en el año 2011 comenzaron a apostar por la promoción de la salud a través de Grupos Socioeducativos de Atención Primaria en Salud (GRUSE), una estrategia grupal para potenciar los talentos y habilidades de las personas destinatarias, y la utilización de los activos comunitarios disponibles en su entorno, e incrementar así su capacidad de afrontamiento ante las dificultades de la vida cotidiana.
GRUSE: Una estrategia grupal para potenciar las habilidades de las personas y la utilización de activos comunitarios del entorno incrementa la capacidad de afrontamiento ante las dificultades de la vida cotidiana
La idea es centrarse en las fortalezas y así lo explica Patricia García, jefa de sector de Formación en el Servicio Andaluz de Salud y miembro del grupo motor de GRUSE: “No son grupos terapéuticos y tienen un abordaje de baja intensidad; su enfoque es el de la salud positiva, por lo que no se trabaja el riesgo sino los activos; esto significa que se intenta que las personas, hombres o mujeres, identifiquen todo aquello que hay en su entorno y en sí mismas que les genere bienestar, lo potencien y lo compartan con el grupo”.
A pesar de no centrarse en los problemas de salud mental, la experiencia vivida en estos grupos y los estudios que se han elaborado tras años de trabajo, arrojan unos resultados “excelentes”, subraya Patricia García. “Los resultados fueron excepcionales en aspectos como la autoestima, el sentido de comunidad, las relaciones interpersonales, la autodeterminación, la inclusión social, el desarrollo personal, la ansiedad y la depresión”, admite.
Mujeres que se sienten mal
La experiencia comenzó cuando un grupo de profesionales de la Unidad de Trabajo Social del Distrito Sanitario de Atención Primaria de Málaga y de una Unidad de Salud Mental Comunitaria de Málaga detectaron un perfil de población a la que no se le daba la respuesta adecuada, eran mujeres que acudían a las consultas sanitarias con mucha asiduidad, con muchos síntomas inespecíficos y mucho malestar, pero sin un diagnóstico ni patología concreta.
Entre el 30% y el 60% de todas las visitas en Atención Primaria son debidas a síntomas para los que no se encuentra causa médica
Se calcula que entre el 30% y el 60% de todas las visitas en Atención Primaria son debidas a síntomas para los que no se encuentra causa médica; entre el 73% y el 80% de los pacientes de este tipo son mujeres. Al no tener en cuenta las cuestiones estructurales, las dolencias y el malestar que experimentan muchas mujeres se considera una patología a la que se responde con tratamiento farmacológico y, en ocasiones, los síntomas de sus enfermedades son confundidos, minimizados o reciben un mal diagnóstico, atribuyéndose a una causa psicológica o psicosomática.
Las mujeres están sujetas a grandes cargas y obligaciones, ligadas, en gran parte, a la expectativa del rol femenino tradicional
"Las mujeres están sujetas a grandes cargas y obligaciones, ligadas, en gran parte, a la expectativa del rol femenino tradicional de ser las encargadas del espacio privado: ser buena madre, buena hija, etc.", explica Patricia García. Además, añade, "tienen otras exigencias o mandatos de género: ser hermosa, comprensiva, buena profesional, etc., que influyen en la autovaloración que la mujer realiza de sí misma y genera insatisfacción y malestar cuando no se alcanza el nivel de perfección impuesto por la sociedad y autoimpuesto por ella misma; las mujeres tienen peor percepción de su salud y más enfermedades crónicas y esta morbilidad diferencial se debe a factores estructurales de desigualdad, económicos, laborales, de roles y estereotipos de género y también en la atención sanitaria".
Todo esto contribuye, según explican desde GRUSE, a que las mujeres presenten mayor morbilidad psíquica y sean las principales consumidoras de psicofármacos, tanto desde la prescripción como desde el autoconsumo. Las mujeres tienen peor salud mental que los hombres: ansiedad (mujeres 9.1% y hombres 4.3%) y depresión (mujeres 9.2% y hombres 4%). De ahí que los GRUSE se iniciaran con mujeres.
Ser otro
Cuatro de cada 10 personas en España valoran de forma negativa el estado de su salud mental y el 74,7% cree que los últimos años ha empeorado la salud mental de la población. Las tres razones más señaladas son las dificultades económicas (91,4%), la incertidumbre ante el futuro (89%) y la presión, las exigencias y el estrés del día a día (88,8%), seguidas de la pandemia de la COVID-19 y de la sensación de que vivimos en una sociedad cada vez más individualista y muy competitiva.
El estigma aparece cuando vemos a la persona con un problema de salud mental como ‘el otro’ o ‘la otra’
El azote de las crisis y los vertiginosos cambios que viven las sociedades actuales complican la situación a muchas personas, por lo que se hace cada vez más necesario afrontar la salud mental con mayores recursos, como apunta Nel González: “Recursos económicos y humanos suficientes para garantizar la atención de todas las personas con problemas de salud mental desde un punto de vista comunitario. Pero también se necesita un cambio de perspectiva respecto a cómo se aborda y se piensa en salud mental. En el ámbito de la salud mental, todavía existen muchas ideas erróneas y mitos que contribuyen a crear estigma. El estigma aparece cuando vemos a la persona con un problema de salud mental como ‘el otro’ o ‘la otra’. Hacer esa diferenciación entre ‘ellas’ y ‘nosotras’ nos puede conducir a olvidar que una de cada cuatro personas tiene, ha tenido o tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida. Todos y todas podemos ser ese ‘otro’ o esa ‘otra’ en algún momento de nuestras vidas.
Ante esta situación, cabe finalizar el relato anotando que las carencias que nuestro país arrastra en materia de salud mental deben ser atendidas según las demandas urgentes que plantea la Confederación Salud Mental España desde hace mucho tiempo: "Las carencias son muy numerosas. Reclamamos que, ante todo, se respeten los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental. También reivindicamos la plena integración de las personas con problemas de salud mental en la sociedad a todos los niveles: asistencia sanitaria, recursos sociales, inserción laboral, educación, cultura e imagen pública. Y exigimos una adecuada atención social y sanitaria, individualizada y de calidad, a las personas con problemas de salud mental dentro del ámbito comunitario, es decir, que se desarrolle en un entorno corriente y normalizado de la sociedad".