El programa Ni un hogar sin energía, de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), ha sido el ganador deI Premio Fundación Naturgy a la mejor iniciativa social en el ámbito energético. Se trata de un proyecto de trabajo presencial con las familias, en el que voluntarios de Ecodes se desplazan hasta los hogares en situación o riesgo de pobreza energética para realizar un estudio sobre sus consumos de energía y determinar propuestas que se traduzcan en ahorro económico en sus facturas. El proyecto se lleva a cabo desde 2013 y ha beneficiado ya a más de 8.000 familias.
¿Cuáles son las cifras generales de este programa que desarrollan desde Ecodes?
En primer lugar tengo que decir que Ecodes ha hecho este programa con muchas gentes: han participado más de 740 voluntarios y trabajadores sociales, se ha trabajado con más de 900 ayuntamientos en 50 provincias, se han implicado más de 8.000 familias.... Es un proyecto muy coral que sólo es posible por la participación de muchas entidades, por eso nos sentimos muy agradecidos tanto a Fundación Naturgy como a todas esas personas que han hecho posible esta iniciativa. El tema de las personas vulnerables ante la pobreza energética ha estado bastante oculto, de hecho no le habíamos puesto ni nombre, y de repente le pusimos nombre y nos dimos cuenta de su magnitud, de que estamos hablando de un 20 por ciento de la población. Y de las implicaciones que tiene para las condiciones de vida y para la dignidad personal. Se vive mal con frío, se vive mal con mucho calor, se estudia mal, se duerme mal, se conversa mal… Y los niños que tienen en su casa estas condiciones seguramente no invitan a otros compañeros a visitar su hogar porque les dará vergüenza.
“Es necesario hacer una transición hacia una economía neutra en carbono pero debe ser una transición justa. No puede ser que para que se reduzcan los kilowatios aumentemos el nivel de pobreza”
La pobreza energética es una vertiente de la exclusión muy relacionada con el aspecto medioambiental, el foco principal de Ecodes…
Nosotros, que efectivamente venimos del mundo más de la ecología, lo que vimos en esta iniciativa es la reconciliación de dos enfoques que hasta ahora estaban un tanto divorciados: el social y el ambiental. Y tenemos que resolver a la vez estos dos desafíos. Es necesario hacer una transición hacia una economía neutra en carbono pero debe ser una transición justa. No puede ser que para que se reduzcan las emisiones por kilovatio aumentemos el nivel de pobreza. Esta iniciativa, Ni un hogar sin energía, reivindica estas dos dimensiones y, mientras pretende lograr la reducción de emisiones de carbono, quiere ayudar a la economía de estas familias reduciendo la factura eléctrica y garantizando su confort y su salud.
¿Hasta qué punto la crisis del Covid-19 ha agravado la situación de estas familias vulnerables?
La pandemia lo ha agravado mucho. Estamos viviendo cuatro crisis a la vez: la sanitaria, la económica, la social y la ambiental, y tenemos que dar una salida convergente a estas cuatro crisis. Tenemos que aumentar los mecanismos de protección para que nadie quede atrás. No se vive bien en un mundo donde se agrandan las brechas entre la gente que vive de una forma confortable y la que tiene dificultades para las cosas más básicas como es tener una temperatura razonable en la casa.
¿Cree que el plan de recuperación de la economía que contempla el Gobierno garantizará la rehabilitación de viviendas de familias vulnerables?
Yo espero que sí. Ojalá dentro del plan de recuperación haya un potente plan de rehabilitación de viviendas y que ese plan no olvide a las personas más vulnerables. Para ello debe haber una política pública que claramente establezca mecanismos eficaces para asegurar la participación de la población vulnerable en estas ayudas públicas para rehabilitar las viviendas en este país.
“Estamos en una situación tan complicada y tenemos un desafío tan enorme que sólo es posible resolverlo si hay una movilización de talento y de recursos y todo el mundo se pone a hacer lo mejor que pueda y sepa”
Fundación Naturgy está ligado al grupo Naturgy. ¿Cuál es el papel que deben asumir las empresas para favorecer la vida de las personas?
Estamos en una situación tan complicada y tenemos un desafío tan enorme que sólo es posible resolverlo si hay una movilización de talento y de recursos y todo el mundo se pone a hacer lo mejor que pueda y sepa. Y quien tiene más poder, como son las grandes empresas, tiene más responsabilidad. Todo el mundo tiene que hacer: el pequeño empresario, el bar de la esquina, el comercio, el ayuntamiento… Creo que las grandes compañías del sector energético están haciendo un viraje de un modelo basado en los combustibles fósiles a uno basado en las energías renovables. Pero es un viraje que debemos hacer lo más rápido y lo más inclusivo posible.
¿Piensa que la crisis puede actuar como un revulsivo para avanzar en aspectos contra la emergencia climática?
Si me lo hubieran preguntado en marzo mi respuesta sería pesimista, pero ahora tengo una visión más optimista porque creo que se ha generalizado en la sociedad la convicción de que hay que reconciliar economía y biosfera, y de que cuanto antes hagamos ese trayecto mucho mejor. Creo que en todo el mundo se están dando pasos adelante esperanzadores y estamos en un momento en que se va a acelerar esa transición hacia la economía neutra en carbono.
¿Qué va a suponer el premio de Fundación Naturgy para el programa Ni un hogar sin energía? ¿Les permitirá atender a más personas y familias vulnerables?
Nadie hace estos proyectos para ganar premios, pero desde luego los premios constituyen unas vitaminas para el espíritu importantes y por eso estamos agradecidos. Claro que nos va a permitir llegar a más gente y más rápido, que es nuestra gran preocupación. Toda la gente que estamos con este horizonte de dar energía suficiente para todos tenemos que ver cómo hacer para llegar a toda la población que lo necesita y este premio nos va a ayudar mucho en esa dirección.