
En su nuevo informe Press and Planet in Danger (en inglés), la UNESCO desvela que al menos 749 periodistas y medios de comunicación que informaban sobre cuestiones ambientales fueron víctimas de asesinatos, agresiones físicas, detenciones y arrestos, acoso en línea o acciones legales en el período 2009-2023. Entre 2019 y 2023 se produjeron más de 300 ataques, lo que supuso un aumento del 42% respecto al quinquenio anterior (2014-2018).
Además, el informe subraya que se trata de un problema global, ya que esas agresiones sucedieron en 89 países de todas las regiones del mundo.
El Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO ha registrado el asesinato de al menos 44 periodistas que investigaban cuestiones ambientales en los últimos 15 años, de los cuales solo 5 han sido condenados, lo que supone un índice de impunidad de casi el 90%. Pero el informe también constata otras formas de agresión física, con 353 incidentes. Del mismo modo, señala un repunte de los ataques en los últimos años, pasando de 85 en el periodo de 2014 a 2018 a 183 entre 2019 y 2023.
En una consulta realizada por la UNESCO en marzo de 2024 a más de 900 periodistas medioambientales de 129 países, el 70% declaró haber sufrido agresiones, amenazas o presiones vinculadas a su labor informativa. De ellos, dos de cada cinco sufrieron posteriormente violencia física.
Los datos muestran que las mujeres periodistas afirman estar más expuestas que los hombres al acoso en línea.
Además de las agresiones físicas, un tercio de los periodistas encuestados declara haber sido censurado, y casi la mitad (el 45%) ha recurrido a la autocensura mientras cubría asuntos medioambientales por miedo a los ataques, a exponer a sus fuentes o porque eran conscientes de que sus reportajes entraban en conflicto con los intereses de alguna de las partes interesadas.
Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, lamenta estos ataques ya que "si no disponemos de una información científica fiable sobre la crisis ambiental actual, nunca podremos superarla. No obstante, los periodistas en quienes confiamos para investigar este tema y garantizar que la información sea accesible se enfrentan a riesgos inaceptables en todo el mundo, mientras la desinformación sobre la crisis climática prolifera en las redes sociales".