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Según un nuevo informe publicado en The Lancet

Viviremos casi cinco años más en 2050

A pesar de las amenazas geopolíticas, metabólicas y ambientales, la esperanza de vida mundial aumentará de 73,6 años en 2022 a 78,1 años en 2050, alcanzando 4,9 años en los hombres y 4,2 en las mujeres entre 2022 y 2025. Así lo indica el 'Estudio sobre la Carga global de Enfermedades 2021' (GBD, por sus siglas en inglés), publicado en The Lancet.

Los autores del estudio prevén que los aumentos sean mayores en los países donde la esperanza de vida es menor.
Los autores del estudio prevén que los aumentos sean mayores en los países donde la esperanza de vida es menor.

Entre los años 1990 y 2021 la esperanza de vida mundial aumentó 6,2 años a causa de la reducción de muertes por enfermedades como la diarrea y las infecciones respiratorias inferiores. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 interrumpió este avance en muchas regiones, destacando la importancia de la gestión sanitaria global. 

La llegada de la pandemia en 2020 tuvo un impacto considerable en la salud global. En 2021, la COVID-19 se convirtió en la segunda causa de muerte a escala mundial, después de la cardiopatía isquémica, y provocó una disminución de la esperanza de vida global de 2,2 años. A pesar de esto, algunas regiones lograron mantener avances significativos gracias a una buena gestión de la pandemia. 

Asimismo, es de esperar que los aumentos sean mayores en los países donde la esperanza de vida es menor, lo que contribuirá a una convergencia del aumento de la esperanza de vida en todas las geografías. Esta tendencia está impulsada por las medidas de salud pública que han ayudado a prevenir y mejorar las tasas de supervivencia de enfermedades cardiovasculares, COVID-19 y una variedad de enfermedades transmisibles, maternas, neonatales y nutricionales (CMNN). 

Por ende, este estudio indica que el actual cambio en la carga de morbilidad hacia enfermedades no transmisibles (ENT) –como enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y diabetes– y la exposición a factores de riesgo asociados a las ENT –como obesidad, presión arterial alta, una dieta no óptima y el tabaquismo– tendrán mayor impacto en la carga de morbilidad de la próxima generación. 

Viviremos más, pero con peor salud 

A medida que la carga de morbilidad continúa pasando de CMNN a ENT y de años de vida perdidos (YLL, por sus siglas en inglés) a años vividos con discapacidad (YLD), es cierto que se espera que más personas vivan más tiempo, pero con más años de salud de baja calidad. Se prevé, por tanto, que la esperanza de vida mundial crezca de 73,6 años en 2022 a 78,1 años en 2050 (un crecimiento de 4,5 años). La esperanza de vida saludable a escala global (HALE, por sus siglas en inglés) aumentará de 64,8 años en 2022 a 67,4 años en 2050, un aumento de 2,6 años. 

“Además de un aumento de la esperanza de vida en general, hemos observado que disminuirá la disparidad en la esperanza de vida entre las distintas zonas geográficas", aseguró Chris Murray, catedrático de Ciencias de la Métrica de la Salud de la Universidad de Washington y director del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) estadounidense. Y añadió que “esto es un indicador de que, aunque se mantendrán las desigualdades sanitarias entre las regiones con mayores y menores ingresos, las diferencias se están reduciendo y los mayores aumentos se prevén en el África subsahariana”.

Para sacar estas conclusiones, el estudio pronostica la mortalidad por causas específicas; años de vida perdidos; años vividos con discapacidad; años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, o años de vida saludable perdidos a causa a la mala salud y muerte prematura); esperanza de vida; y la esperanza de vida saludable a escala global desde 2022 hasta 2050 para 204 países y territorios. 

"Además de un aumento en la esperanza de vida, en general, hemos descubierto que la disparidad en la esperanza de vida entre geografías disminuirá", explicó el doctor Chris Murray. "Éste es un indicador de que, si bien las desigualdades en salud entre las regiones de ingresos más altos y bajos se mantendrán, las brechas se están reduciendo y se anticipan los mayores aumentos en el África subsahariana", subrayó.