Según el Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial
Los riesgos sociales son los que más han empeorado desde la irrupción de la COVID-19
Esta es una de las principales conclusiones del estudio ‘The Global Risks Report 2022’ (‘Informe de Riesgos Globales 2022’). En su decimoséptima edición, el documento elaborado por el Foro Económico Mundial revela que, en una amplia mayoría, los encuestados apuntan a que, en los dos últimos años, los riesgos que más se han acentuado son la erosión de la cohesión social, la crisis de los medios de vida y el deterioro de la salud mental.
25 Ene 2022 | Nat Carrasco | Soziable.es
El 17º Informe de Riesgos Globales, elaborado por el Foro Económico Mundial, indica que son los riesgos sociales como la erosión de la cohesión social, la crisis de los medios de vida y el deterioro de la salud mental los que más han empeorado en los dos últimos años, desde la irrupción de la pandemia de la COVID-19.
Los resultados de la última Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS, por sus siglas en inglés), a partir de los que se ha desarrollado el estudio, añaden que la mayoría de quienes han participado en la misma espera para los tres próximos años una volatilidad constante y múltiples ‘sorpresas’ que separarán a los ganadores y perdedores relativos.
En cuanto a los próximos cinco años, por su parte, el documento vuelve a poner el foco sobre los riesgos sociales y ambientales como los más preocupantes para los encuestados. Sin embargo, al término de la próxima década, los mayores riesgos percibidos –y los más dañinos para las personas y el planeta– son de carácter exclusivamente medioambiental y, entre ellos, se encuentran el fracaso de la acción climática, el clima extremo y la pérdida de biodiversidad.
Además de ofrecer los principales resultados del sondeo GRPS, el estudio también propone, a lo largo de sucesivos bloques temáticos, un análisis de los riesgos clave derivados de las tensiones económicas, ambientales, tecnológicas y sociales. Y, en su parte final, expone una serie de conclusiones sobre la mejora de la resiliencia derivada de los aprendizajes adquiridos desde el inicio de la pandemia del coronavirus.
Recuperación económica divergente
Al respecto de los desafíos económicos derivados de la COVID-19, el estudio recuerda que estos aún no han desaparecido. Entre ellos, como riesgos emergentes, alude al aumento de los precios de las materias primas, de la inflación y de la deuda, que, unido a un repunte de contagios por coronavirus a finales del pasado año, ponen en serias dificultades una recuperación económica sostenida.
Asimismo, el texto refiere que las consecuencias económicas provocadas por la pandemia se están agravando por asuntos que podrían dividir el mundo en trayectorias divergentes tales como los desequilibrios del mercado laboral, el proteccionismo y la ampliación de las brechas digitales, educativas y de habilidades.
Y, en este sentido, el Foro Económico Mundial revela que factores como el grado de vacunación de la población, las transformaciones digitales exitosas y las nuevas oportunidades de crecimiento conducirán a los diferentes países del mundo hacia el éxito o el fracaso.
Transición climática desordenada
Tal y como se desprende de esta 17ª edición del ‘Global Risks Report’, una transición climática desordenada y no alineada exacerbará las desigualdades dentro y entre países, incrementando, de este modo, las fricciones geopolíticas.
De hecho, los encuestados participantes en la GRPS consideran el fracaso de la acción climática como la principal amenaza a largo plazo para el mundo y el riesgo con los impactos potencialmente más graves durante la próxima década.
Los autores también sostienen que esta transición no alineada dividirá aún más a los países y a las sociedades, creando barreras para la cooperación, y que cualquier estrategia que logre el objetivo de cero emisiones netas para 2050 será desordenada.
Por otra parte, el informe también advierte cómo, a pesar de los bloqueos temporales provocados por la COVID-19, la tasa de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) aumentó más rápido en 2020 que la media durante la última década. En esta línea, apunta que los países que sigan dependiendo de sectores intensivos en carbono podrían perder su ventaja competitiva (por un mayor costo del carbono, una menor resiliencia y un apalancamiento limitado en los acuerdos comerciales), pero que aquellos que apuesten por alejarse de ellos podrían sufrir una mayor volatilidad económica, una acentuación del desempleo y un incremento de las tensiones sociales y geopolíticas.
Dependencia digital y ciberamenazas
Es evidente que, tal y como apunta el estudio, la creciente dependencia de los sistemas digitales, intensificada por la COVID-19, ha modificado la sociedad, llevando a las empresas a una rápida transformación digital y a los trabajadores, en gran medida y siempre que ha sido posible, al teletrabajo.
De forma paralela, ello ha devenido, según el documento, en un notable incremento de las amenazas a la ciberseguridad que alcanzó, en 2020, el 358% en los ataques de malware y un 435% en los de ransomware.
Y este riesgo, además, se ha visto agravado por amenazas como unas barreras de entrada más bajas para quienes originan estos ataques, la escasez de profesionales en materia de ciberseguridad y los mecanismos de gobernanza fragmentados.
En este caso, el informe señala que estos ataques tendrán consecuencias físicas en todas las sociedades y que la prevención de los mismos ocasionará costes más altos. Y, al mismo tiempo, apunta que los riesgos intangibles (desinformación, fraude y falta de seguridad digital) dañarán la confianza en los sistemas digitales y que amenazas cibernéticas de mayor envergadura dificultarán la cooperación entre países si sus gobiernos no actúan de forma conjunta.
Barreras a la movilidad e inseguridad
El estudio también dedica un apartado al riesgo de inseguridad mundial como consecuencia de las dificultades económicas, la intensificación del cambio climático y sus impactos y la inestabilidad política, cuestiones que están obligando a millones de personas a buscar un futuro mejor en otros países.
El texto subraya que esta migración involuntaria es una de las principales preocupaciones a largo plazo para los participantes en la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales. Y, en esta línea, recuerda que, en 2020, hubo 34 millones de personas desplazadas en el extranjero en todo el mundo solo por conflictos.
Esta circunstancia choca de frente con la situación de muchos países en los que, como consecuencia de los efectos persistentes de la pandemia, se están generando mayores barreras de entrada para los migrantes debido al aumento del proteccionismo económico y a una nueva dinámica del mercado laboral.
Resiliencia
Y, por último, en relación a la evolución de la resiliencia desde la irrupción de la pandemia, el trabajo del Foro Económico Mundial recuerda cómo el pasado año los diferentes mecanismos de respuesta a esta han producido tanto éxitos como fracasos.
En esta línea, subraya como factores esenciales de una gestión esencial de la lucha contra la COVID-19 la disposición de los gobiernos para modificar sus estrategias en función de las circunstancias, por un lado, y la capacidad para mantener la confianza de la sociedad gracias a decisiones basadas en principios y a una comunicación eficaz, por otro.
Y, además, el trabajo sugiere una reflexión acerca de los objetivos de resiliencia de gobiernos, empresas y comunidades con el fin de garantizar que sus respectivas agendas caminan alineadas y ponen el foco sobre toda la sociedad con el fin de alcanzar una capacidad de hacer frente en el futuro a cualquier tipo de riesgo crítico.
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