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Mariia Shyrobokova, refugiada ucraniana

“Cuando pensamos en personas refugiadas, pensamos en personas sin formación, que tienen que trabajar físicamente, pero no siempre es así”

Mariia Shyrobokova, refugiada ucraniana, y Raymer Real, refugiado cubano, exponen en una entrevista en Soziable.es las causas que les motivaron a huir de sus respectivos países y su situación actual en España. Además, ambos cuentan en qué consiste la iniciativa de ‘Tents Of Hope’ de la ONG Accem en la que han participado.

Mariia Shyrobokova, refugiada ucraniana, llegó a España el 12 de abril de 2022.

En torno a 100 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus países. De esos 100 millones de personas, más de 60.000 llegaron a España en 2021 solicitando refugio, según datos de ACNUR. Raymer Real y Mariia Shyrobokova son dos de esas personas que llegaron a España en busca de una oportunidad; en diferentes momentos y por distintas causas, pero con un mismo propósito. Ambos explican en esta entrevista en Soziable.es los motivos que les trajeron hasta nuestro país y cómo ha sido su inserción laboral hasta el momento.

“Soy Mariia y la fecha del 24 de febrero de 2022 se quedará para siempre en mi memoria y en la memoria de todos los ucranianos como el día del dolor y del miedo”. Así comenzaba Shyrobokova, refugiada ucraniana, contando su historia a Soziable.es. Como de costumbre, Shyrobokova se despertó un 24 de febrero para ir a su lugar de trabajo, pero cuando vio en su teléfono múltiples llamadas y mensajes comprendió que algo grave ocurría. Rusia había iniciado una guerra contra Ucrania.

Tras 24 horas de viaje hasta llegar a la parte occidental de Ucrania, atravesar la frontera con Polonia y estar unas semanas en Alemania en casa de una amiga, Shyrobokova llegó a España el 12 de abril de 2022. La ONG Accem le proporcionó alojamiento y comida y, además, la posibilidad de participar en su iniciativa ‘Tents Of Hope’.

Con el objetivo de proporcionar visibilidad a todo el valor escondido tras las lonas de las tiendas en los campos de refugiados, Accem decidió, a través de su iniciativa ‘Tents Of Hope’, imprimir currículums de personas refugiadas en lonas, el material característico de las tiendas de campos de refugiados, y enviarlo a diferentes empresas de todo el territorio nacional.

Solo el 7% de las personas refugiadas consigue un puesto de trabajo en España antes de iniciar un programa de empleo.

A pesar de que el 80% del total de personas refugiadas en España tiene una edad comprendida entre los 18 y los 64 años, es decir, en torno a 79.000 personas están en disposición de trabajar, solo el 7% de las personas refugiadas consigue un puesto de trabajo en España antes de iniciar un programa de empleo. En este sentido, Raymer Real, refugiado cubano, se queja de las múltiples trabas a las que se ha visto expuesto a la hora de intentar homologar su título de médico y los abusos que ha sufrido por parte de empresarios españoles como consecuencia de su situación de refugiado.

Real nunca imaginó que su vida al llegar a España seguiría siendo tan complicada. A causa del espíritu revolucionario de su abuelo y a su denuncia ante situaciones que eran injustas en el ámbito de la salud en el que él trabajaba, fue amenazado por el Gobierno de Cuba. Cuando las amenazas se trasladaron también a sus hijos decidió vender gran parte de lo que poseía para poder viajar a España y proteger así la vida de su mujer e hijos. Tuvo que viajar hasta Rusia, Bielorrusia, Turquía, Serbia, Macedonia del Norte y Grecia antes de poder llegar a España un 6 de septiembre de 2021.

"Están cortando a todos por la misma soga y no todos somos iguales”.

Como a Shyrobokova, a Real también le proporcionó ayuda la ONG Accem y, al igual que la ucraniana, considera muy importante formar parte de iniciativas como ‘Tents Of Hope’, que permiten mostrar que más allá de su condición de refugiados, son personas con conocimientos y habilidades. En este sentido, Real expresa que entiende todos los procesos burocráticos que les imponen, pero considera que podrían emplear métodos más sencillos y justos a la hora de comprobar si contribuyen o están dispuestos a contribuir a la economía española. Y añade: “Entiendo que algunos vienen a agobiar, a no hacer nada, pero son una minoría. Están cortando a todos por la misma soga y no todos somos iguales”.

Shyrobokova opina que en muchas ocasiones al pensar en personas refugiadas la sociedad presupone que se trata de personas sin estudios ni formación. “Normalmente cuando pensamos en personas refugiadas pensamos en personas sin formación, que tienen que trabajar físicamente, pero no siempre es así. Y me gustaría destacar que muchas veces vienen con habilidades, conocimientos y sí que pueden aportar mucho a la economía del país”, comenta.

Arduo proceso de homologación de títulos

Shyrobokova, que posee un máster en derecho internacional, coincide con Real en que el proceso de homologación de títulos es un proceso largo y a veces complicado. Real explica que, en su caso, el dinero que ganó trabajando durante meses lo invirtió completamente en pagar los 75.000 pesos que costaba homologar su título en Cuba. Debido a un fallo administrativo, Real tuvo que repetir todo el proceso de homologación, por lo que, en la actualidad, continúa esperando a que su título de médico sea válido en España y poder ejercer su profesión en nuestro país.

"Por todo este abuso he perdido tanto, nunca pensé que esto sería así".

Ante la imposibilidad de trabajar por el momento en lo que estudió, Real ha trabajado en lo que ha podido desde que llegó a España. En la obra, la hostelería o la logística (sector al que se dedica en estos momentos). El cubano cuenta las situaciones de abuso a las que se ha tenido que enfrentar en el sector laboral a causa de su situación de refugiado: “Empecé a trabajar de camarero y por ser inmigrante sufrí muchas situaciones de xenofobia. Trabajaba 50 horas y me pagaban 20. Perdí todo mi dinero. Hice todas las horas posibles para ver si cuando llevase dos años en España me daban los papeles por arraigo laboral. Por todo este abuso he perdido tanto, nunca pensé que esto sería así”.

Shyrobokova, por su parte, no ha trabajado desde que llegó a España. Desde abril hasta ahora ha estado practicando el castellano para obtener el certificado más alto en este idioma. “Quiero formarme para ser competitiva en el mercado laboral de España y así encontrar un trabajo digno y poder quedarme”, comenta.

Ni Raymer Real ni Mariia Shyrobokova han perdido la esperanza de encontrar un trabajo en España que les permita ejercer su profesión y vivir de manera digna. Real sueña con traer a su familia a España, a un entorno seguro, y Shyrobokova, por su parte, pretende empezar de cero y conseguir todo aquello que la guerra le arrebató. “Tengo la esperanza de formar parte de la empresa que me interesa en el sector que me gusta. Sé que es difícil, incluso para los españoles es difícil encontrar un empleo, por eso imagino que el proceso no será rápido. Tendré que esforzarme, pero tras ese esfuerzo creo que podré lograrlo”, comenta Shyrobokova.