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Juan Ángel Poyatos, fundador y director de Voluntare

“Los voluntarios corporativos pueden hacer mucho en la crisis del coronavirus”

Voluntare une a empresas y ONG con el fin de promover el voluntariado corporativo entre los empleados de las compañías, mejorando tanto su impacto social como su negocio. Su director explica cómo esta red responde a la emergencia del Covid-19.

Juan Ángel Poyatos, fundador y director de Voluntare.
Juan Ángel Poyatos, fundador y director de Voluntare.

Para estudiar cómo poner al voluntariado corporativo al servicio de la lucha contra el coronavirus y las medidas de confinamiento, hace algunos días Voluntare organizó una multiconferencia que unió a representantes de organizaciones como Fundación la Caixa, Fundación Telefónica, Iberdrola, Prosegur, Intel o la Fundación Ronald McDonald. También participó en la conversación Jonathas Barreto, vicepresidente de Points of Light, homóloga de Voluntare en EEUU. Lo cuenta a Soziable.es el socio fundador de la red Voluntare, Juan Ángel Poyatos. 

¿Qué conclusiones sacaron de esta conversación?

Por una parte estuvimos escuchando testimonios de lo que se está haciendo en Corea, en EEUU, en Israel, en España, con el fin de generar inspiración. Y la conclusión es que el contexto es especial pero no nos podemos parar. Hay mucha voluntad de ayudar, por un lado, y muchas necesidades distintas por otro. Muchas de estas necesidades no existían hace apenas un mes: las cuestiones sanitarias, la soledad de muchas personas confinadas... Y las empresas no pueden esperar un par de meses a que esto pase y luego ponerse a ayudar, sino que tienen que adaptar sus programas de voluntariado a este nuevo contexto, modificar lo que estaban haciendo.

 "Las empresas no pueden esperar un par de meses a que esto pase y luego ponerse a ayudar"

¿Pero cómo se puede hacer esto en una carrera contra el reloj, en una batalla tan encrespada como la que mantenemos contra el coronavirus?

Un punto muy importante es innovar: hablar con los empleados voluntarios, con las ONG, conocer sus necesidades reales, porque tampoco podemos entrar como elefante en cacharrería. Hay que entender que ha cambiado el escenario, que han cambiado las prioridades, pero en absoluto se trata de esperar con los brazos cruzados a que termine el confinamiento.

¿Y cómo se puede arrimar el hombro sin saltarse medidas sanitarias como el confinamiento?

Los voluntarios corporativos pueden hacer mucho en la crisis del coronavirus, respetando las normas de seguridad sanitaria: hay muchas iniciativas de formación o acompañamiento a distancia. Por ejemplo, voluntarios de “la Caixa” se han volcado en un programa de correspondencia a distancia con personas mayores o con discapacidad; Telefónica se ha implicado con la Fundación Tomillo en unos cursos de formación en el teletrabajo. También hay muchos proyectos de captación de fondos, de ciberactivismo, etc.

La caída drástica de la actividad hace que ahora muchos trabajadores estén sin actividad temporalmente. ¿Cómo se puede aprovechar esta enorme fuerza de trabajo en el combate contra la pandemia?

Hay que tener cuidado con esto: no puedes utilizar voluntarios para sustituir un trabajo profesional cuando la mayoría de las empresas están inmersas en procesos de ERTE. No puedes sustituir con un voluntariado un trabajo remunerado. Otra cosa diferente es que la empresa informe, de manera siempre orientativa, a esos empleados que están en esta situación de parada temporal de actividad sobre qué posibilidades de voluntariado están disponibles.

"No se puede sustituir con un voluntariado un trabajo remunerado"

Después llegará un momento en que la emergencia sanitaria se reducirá pero le sobrevendrá una seria crisis económica. ¿Nuevo cambio de planes?

Esto es muy importante y sobre ello hemos hablado en el encuentro de hace unos días, en un futuro la situación va a cambiar y las necesidades también. Ya no nos vamos a encontrar con un escenario de crisis sanitaria sino de crisis económica. Probablemente volveremos a una situación como la de 2008-2015, en la que los programas de voluntariado corporativo estaban mucho más enfocados al desempleo.

España tiene un alma muy solidaria que sobre todo ha salido a flote en situaciones de emergencia humanitaria ¿Cree que la pandemia del coronavirus hará rebrotar este deseo de ayuda a los demás?

En estos momentos, esta conciencia solidaria aflora y a nosotros nos han escrito cientos de particulares preguntándonos qué pueden hacer para ayudar y nosotros intentamos ir derivándoles. Ante estas situaciones, la sociedad española siempre responde de manera unánime y cohesionada.

¿Y esto está ocurriendo en el ámbito de voluntariado corporativo?

También los empleados están pidiendo a sus empresas que creen espacios en donde puedan ser útiles. La empresa tiene que dar respuesta a eso. En un principio, muchas compañías reaccionaron diciendo que, por la medida de confinamiento, paramos toda nuestra actividad social y eso fue un error. Nos encontramos con muchos más empleados que quieren ayudar y muchas más personas que necesitan ayuda, lo que pasa es que hay que ser innovadores para encontrar soluciones.

Sin embargo, a veces los medios de comunicación parecen preferir dejar de lado estas ‘buenas noticias’ que nos hablan de la solidaridad de los unos con los otros…

Es muy importante hacerse eco de estas noticias. Yo he leído cartas de voluntarios a personas mayores y sus contestaciones donde se puede ver esta solidaridad y este agradecimiento y se me han saltado las lágrimas. La sociedad también tiene que recibir este tipo de mensajes porque, si no, solo se van a quedar en las cifras del número de muertos y contagiados.