El informe del IIDMA analiza datos de 2015 y 2016

Las secuelas del carbón: un estudio relaciona sus emisiones con más de 1.500 muertes

Un estudio del IIDMA relaciona la muerte prematura de 1.529 personas a las emisiones de las 15 centrales térmicas de carbón españolas entre 2015 y 2016, los dos últimos años con datos disponibles. Esta entidad pide la eliminación total del carbón como fuente de energía para 2025.

Central térmica de carbón de La Robla (León).

06 Mar 2019 | Ignacio Santa María | Soziable.es

1.529 muertes prematuras, 20.112 episodios de asma en niños, 914 hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Estos datos muestran los efectos de las emisiones de las centrales térmicas de carbón en España sobre la salud en los años 2015 y 2016 según el estudio ‘Un oscuro panorama. Las secuelas del carbón’, que acaba de publicar el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA).

“Con este estudio queremos poner sobre la mesa esta incidencia de las emisiones que se producen en las centrales térmicas de carbón en la salud y en el medio ambiente”, ha explicado la directora del IIDMA, Ana Barreira. Entre los principales contaminantes emitidos a través de la quema de carbón están los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre y las partículas. Estas sustancias tienen graves repercusiones en la salud humana y el medio ambiente, y por ende en la economía.

Por ello, el IIDMA ha medido las pérdidas económicas asociadas a los impactos sobre la salud de la quema del carbón, que entre 2015 y 2016 alcanzaron un total de entre 1.871 y 3.568 millones de euros. Estos costes se pueden asociar a gastos sanitarios y a la reducción de productividad derivada del absentismo laboral: 371.552 días de trabajo perdido y 1.350.401 días de actividad restringida (cuando una persona no puede desarrollar su actividad habitual por problemas de salud).

La reducción en 2016 de la energía generada con carbón en un 30% hizo que las muertes prematuras por esta causa descendieran de 969 a 560 

Barreira indica que el estudio ha tomado en consideración el bienio 2015-2016 porque eran los dos últimos ejercicios con datos disponibles sobre emisiones. Gracias a ello, el informe recoge un hecho muy significativo que se produjo en 2016 y es que se redujo en un 30 por ciento la producción de energía con carbón en España, lo que tuvo un reflejo inmediato en el impacto sobre la salud.

Concretamente, esta reducción del 30 por ciento hizo que en solo un año el número de muertes prematuras asociadas a las emisiones de las centrales de carbón descendieran de 969 a 560; las hospitalizaciones bajaran de 575 a 340 y los casos de asma en niños pasaran de 12.693 a 7.419. En cuanto al impacto económico, el estudio señala que esta reducción en las emisiones supuso un ahorro para la población española de entre 499 y 952 millones de euros.

Massimiliano Patierno, uno de los coautores del informe, junto a Barreira y Carlota Ruiz Bautista, destaca que que los impactos en la salud no se producen solo en las zonas donde hay centrales de carbón, sino que afectan a toda España. No obstante, los impactos más graves se aprecian en las comunidades autónomas donde se sitúan centrales o en las regiones limítrofes.

Objetivo: eliminar el carbón

En España el carbón juega un papel significativo en la producción de electricidad. En los últimos tres años, ha sido la tercera fuente de generación en nuestro país. Actualmente existen 14 centrales térmicas con una capacidad de 9.683 MW. Sin embargo, está previsto el cierre de al menos 4.799,5 MW para 2020.

“El combustible fósil que más contribuye al cambio climático y a la contaminación del aire es el carbón, por tanto, debe ser el primero en salir del sistema energético”, reclama la directora del IIDMA, quien emplaza a los responsables políticos a hacer efectiva esa eliminación en 2025 y recoger esa fecha en la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética o en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

“Es un problema que nos afecta a todos -subraya  Barreira- porque a veces hablamos de la ciudadanía como si fuera un ente abstracto y cuando tengo la oportunidad de hablar con políticos les digo: ‘Ustedes también son ciudadanos, a ustedes les afecta también la contaminación atmosférica y el cambio climático’”.

El IIDMA pide que la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética fije para 2025 el cierre definitivo de todas las centrales de carbón

Por otra parte, el instituto recomienda que a las centrales que quieran seguir funcionando más allá de 2021 se les impongan unos límites de emisión más estrictos. Para ello, es “urgente que se ofrezca información en tiempo real de las emisiones que generan las centrales térmicas de carbón con el fin de concienciar a la ciudadanía”.

La presentación del estudio, que ha tenido lugar en la Escuela de Ingenieros Industriales de la UPM, tuvo como invitada a la ex presidenta de Irlanda y ex alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Mary Robinson, quien actualmentente preside una fundación que lleva su nombre dedicada a combatir el cambio climático.

Tanto Robinson como Barreira han hecho hincapié en el impacto negativo del cambio climático y la contaminación atmosférica en los derechos humanos fundamentales y por tanto la vinculación que este problema tiene con varias de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

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