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Entrevista con Matilde Fernández

"Luchar contra la soledad es hacer políticas transversales de proximidad para y por las personas"

Matilde Fernández (Madrid, 1950) pertenece a una generación a la que no regalaron nada. Quien fuera la primera ministra de Asuntos Sociales de la democracia reflexiona en esta entrevista con Soziable.es sobre algunas de las cuestiones que más presentes estuvieron durante su trayectoria política y que, tal y como nos cuenta, aún lo siguen estando a día de hoy.

Matilde Fernández diáloga con el equipo de Soziable.es. Fotografías: Jorge Villa

Fotografía: Jorge Villa.

Sindicalista en la dictadura, vivió la transición en primera persona. Fue la primera ministra de Asuntos Sociales de la democracia y todavía se vive de su legado: universalizó las pensiones, extendió los viajes del Imserso y se enfrentó a la pandemia del VIH. Además, realizó, con consenso, cambios en el lenguaje machista de la época e impulsó la cuota del 25% de mujeres en el PSOE. Ha conseguido superar un tumor con sus metástasis y echa de menos el trabajo. Pero no está inactiva. Esta luchadora incansable presidió hasta el año pasado el Comité español de ACNUR y es socia de honor de la Asociación contra la Soledad (no deseada).

- Según la OMS, la soledad se ha convertido en un problema de salud pública y es considerada como la ‘Epidemia del Siglo XXI’. ¿Somos conscientes de esta realidad?

No, de hecho, la soledad no deseada es una de las principales causas de deterioro de la salud física y mental en la población mayor. La ONU presentó un informe global en el que explicó que el principal reto del mundo iba a ser, por un lado, el envejecimiento, que corresponde a los países más desarrollados y, por otro, el desplazamiento de personas más jóvenes de los países del sur en busca de trabajo y alternativas para ellos y sus familias. Los líderes políticos deben tener la inteligencia de encontrar el equilibrio entre una sociedad que envejece y otra que se reproduce mucho más y necesita emigrar.

- El anuncio ‘Invisible Soledad’ se está llevando múltiples premios nacionales e internacionales. Recordemos que se basa en una escultura hiperrealista de una mujer bilbaína (Mercedes) que se instaló en un banco del Paseo del Arenal, uno de los puntos más transitados de Bilbao. ¿Eso es lo peor? ¿Que pasamos a su lado sin enterarnos?

Es malo que sea invisible pero también el no considerarlo importante para diseñar las políticas necesarias. Hay que establecer nuevas prioridades, la más importante es que la persona debe estar en el centro de las políticas y que las políticas tienen que ir encaminadas al cuidado de las personas. Tenemos que ser conscientes de que la solución no siempre es ir a una residencia, hay que apostar porque el mayor siga viviendo en su casa, como ya decíamos a finales de los ochenta. La política ha de ser transversal, atender a la soledad no es solo cobrar una pensión o establecer nuevas redes porque, cuando te jubilas, y puedo hablar por experiencia, ajustas la pensión a tus necesidades prioritarias y eso hace que prescindas de cosas que al final repercuten en tus propias relaciones personales, lo que, en definitiva, acrecienta la soledad.  Debemos hacer el camino contrario, recomponer redes para que las personas siempre nos estemos interrelacionando. Eso significa que luchar contra la soledad es hacer políticas transversales de proximidad para y por las personas.

"Tratar como niños a las personas mayores es ‘gerontofobia’ o ‘edadismo’. Hay que tratarles con respeto. Los medios de comunicación, las organizaciones sociales y, por supuesto, los políticos deben comprometerse a cuidar esto mucho".

- A día de hoy, más de dos millones de personas mayores de 65 años viven solas en España, según el Instituto Nacional de Estadística, de los cuales 800.000 son mayores de 80 años. ¿Cuál debería ser el papel de la familia?

Los que tienen más interiorizado el papel fundamental de la familia son las personas de más edad por la educación recibida. Ese espíritu de respeto y ayuda mutua hay que mantenerlo en las siguientes generaciones. A las personas que tenemos cáncer, los oncólogos y cirujanos nos dicen siempre: “el 50% lo resolvemos nosotros cuando extirpamos el tumor, pero el otro 50% lo tienes que resolver tú y tu entorno afectivo y familiar”.  Para cualquier ser humano, el afecto de la familia y los amigos es fundamental. A las generaciones más jóvenes les pido solo que sigan respetando y comprometiéndose con las personas mayores.

- El presidente de Gerontología de Reino Unido cree que debería hacerse una Convención sobre los derechos de las Personas Mayores en Naciones Unidas…

Estoy totalmente de acuerdo. No sé si sabes que en Reino Unido existe desde 2018 la Secretaria de Estado contra la Soledad. Han puesto en marcha un plan estratégico con unos objetivos muy concretos. Tienen una campaña muy bonita, “Hablemos de la soledad”, en la que con un autobús –que se convierte en bar– recorren los municipios rurales. Con la proximidad que da el hablar delante de un té o un café, te explican diferentes programas, sobre todo digitalización y otros de índole formativo, que van eligiendo las personas del lugar: alimentación, ejercicios adecuados, música, teatro… Y de una visita a otra se llevan a un experto.

- ¿Su asociación contra la soledad también está trabajando con este propósito?

Estamos trabajado por crear una red de asociaciones ‘Soledad.es’ (soledades) con este propósito. Es verdad que la soledad no deseada se da a lo largo de toda la vida, pero sobre todo con el envejecimiento. Los países ya llevan esta preocupación a sus agendas de trabajo y desarrollan una serie de políticas para visibilizar esta realidad, incluso se habla de crear el día europeo contra la soledad no deseada. Ya se están produciendo movimientos en torno al Parlamento y al Gobierno europeo y, a la vez, hay intelectuales, académicos, estudiosos, que le dicen a Naciones Unidas que, además de los congresos y de celebrar el Día Mundial del Envejecimiento, habrá que hacer algún día dedicado a la lucha contra las soledades.

"Los efectos que ha tenido la pandemia en residencias o la muerte en soledad de mayores en sus casas por el aislamiento no deben repetirse"

- ¿Cree que se ha faltado al respeto y a la dignidad de los mayores durante la pandemia? ¿Cree que hay ‘gerontofobia’?

Ahora dicen que es mejor utilizar la palabra ‘edadismo’. Loles Díaz Aledo ha escrito que se trata a los mayores con paternalismo. El hecho de utilizar términos como “nuestros mayores” es una forma de invisibilizar. A mí me encanta cuando un mayor dice “yo no soy suyo, soy mío”. Tratar como niños a las personas mayores es ‘gerontofobia’ o ‘edadismo’.  Hay que tratar con respeto al mayor y los medios de comunicación, las organizaciones sociales y, por supuesto, los políticos deben comprometerse a cuidar esto mucho.

'Economía plateada'

- El tema económico no puede quedarse al margen. ¿Se deberían recuperar planes gerontológicos integrando a muchas áreas políticas?

El libro verde del envejecimiento activo, la solidaridad y el respeto entre generaciones deja bien claro que una de las áreas económicas a las que tenemos que estar muy atentos es la llamada ‘economía plateada’. Con este término se quiere describir todos los empleos que en las sociedades longevas han de crear para atender a las personas mayores, más todos los empleos que las personas mayores pueden crear. Hay 20 millones de personas que necesitan ya cuidados de larga duración en Europa.

- ¿Hay cifras sobre la ‘economía plateada’?

Cuando se presentó ese informe en Europa, se hablaba de 3,7 billones de euros, pero en 2025 pasaremos de 5,7 billones. Ya sé que, dicho aquí, dónde hay tanto paro juvenil, puede malinterpretarse, pero yo echo de menos trabajar. Si fuera minera o albañil, no te lo diría. Pero ¿por qué no crear sociedades dónde los mayores podamos seguir creando riqueza?

"Hay que ser capaces de sentarse ante los grandes problemas del país sin orejeras y con mentalidad de acuerdos"

- ¿A qué se refiere cuando afirma que “los Presupuestos en España y los que vengan de Europa tienen que tener rostros de mayores”?

Es un mensaje que me gusta dejar para que reflexionen los políticos jóvenes. En el siglo pasado, avanzamos en igualdad haciendo un análisis de género en los presupuestos. Cuando un ministerio ponía en marcha un programa, tenía que añadir “esto no perjudica a las mujeres”. Si eso sirvió para cambiar mentalidades y fue calando como una lluvia fina, habrá que copiarlo. Recordemos que, en España, en esta década, el 25% de nuestra población será mayor de 65 años, un dato que se agrava en la zona rural.  Si esto es así, habrá que revisar en los presupuestos y saber que no dañan ni perjudican a ese 25% de la población.

- Con la pandemia, han llegado los ERES, los ERTEs y muchos cierres… ¿Qué podemos hacer por los ‘cincuentones’ que se apean del mercado laboral?

Hay que ser capaces de sentarse ante los grandes problemas del país sin orejeras y con mentalidad de acuerdos. Esa es la vía, sentarse y hablar, algo que está haciendo bien la ministra de Trabajo. Hay que buscar lo que cada parte puede hacer para activar la economía con dinero a fondo perdido o con el que hay que devolver. Queda mucho por hacer en España. Esa es la ‘economía plateada’ de la que hablábamos. Cuando se empezaron a producir prejubilaciones, hubo iniciativas como el plan SECOT (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica), a través del que profesionales y ejecutivos jubilados voluntarios ofrecen sus conocimientos y experiencia en gestión empresarial a microempresas, jóvenes emprendedores y entidades del Tercer Sector que lo necesiten y que no puedan acceder a una consultoría comercial por sus limitados recursos económicos. Ese es el camino. Para mí, son prioritarias las personas que se pueden quedar en un limbo entre la cobertura del desempleo y la jubilación.

- ¿Y los jóvenes?

Debemos replantearnos hacia dónde va el país. Es muy frustrante que terminen los estudios y que tengan que seguir pidiendo al padre o al abuelo porque no tienen encaje en el mercado laboral.

- La COVID-19 nos ha mostrado las imágenes más duras de las residencias. ¿Cómo deberíamos actuar para poner remedio a esto? 

Desde la Sociedad de Gerontología, CSIC, diferentes universidades, nuestra propia asociación contra la Soledad y el Defensor del Pueblo, se han hecho una serie de recomendaciones y un listado de sugerencias para mejorar lo que estamos haciendo mal e intentar corregirlo. Si Cantabria tiene un plan de inspectores de trabajo que va a las residencias y funciona, ¿por qué no se hace en otras comunidades autónomas?  Cuando hay buenas ideas, hay que copiarlas, así se hace país. Los efectos que ha tenido la pandemia en residencias o la muerte en soledad de mayores en sus casas por el aislamiento no deben repetirse.

Acnur, movimientos migratorios y los ODS

- Ha presidido el Comité español de ACNUR, esa organización que, como decía Filippo Grandi, se creó para durar tres años y, después de 70, sigue siendo necesario.

Se creó para paliar los efectos de la Segunda Guerra Mundial pero los conflictos siguen, no aprendemos.

- En 2019, cerca de 80 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares (el 1% de la población mundial). ¿La pandemia ha incrementado estas cifras?

Aún no tenemos el balance global del 20. Es posible que no haya crecido demasiado, salvo en algunos lugares puntuales como Birmania y Bangladesh por los rohinyás y las acciones del gobierno militar; algunos movimientos en el África Negra y también es importante el movimiento de Centroamérica hacia EEUU y de los venezolanos hacia el sur. Venezuela se ha convertido en el segundo país del mundo de refugiados. Pero, por desgracia, año tras año, las cifras crecen en lugar de reducirse.

Ahora que ya hemos conseguido que los 17 ODS se conozcan y se empiecen a aplicar en el mundo, debemos saber que las cosas importantes no las cambian unos pocos, lo hacen muchos actores. Por eso, hay que involucrar a medios de comunicación, empresas, sindicatos, voluntarios y sobre todo al Gobierno. He admirado a la socialdemocracia nórdica, sobre todo a Suecia. Los suecos sabían que eran un país pequeño y no querían inmigrantes. Ahora bien, prestaban ayuda humanitaria a cualquier refugiado que lo necesitara; además, el 1% de su PIB está comprometido con Naciones Unidas para la cooperación para el desarrollo. Creo que es una forma digna de comportamiento. Solo espero que el pacto mundial que se firmó por los refugiados y el que se firmó por los inmigrantes avance para conseguir que los derechos humanos se implanten en la mente de los gobiernos.

"Espero que seamos capaces de autoexigirnos al máximo con el dinero que vendrá de Europa porque si no, nos lo van a exigir otros"

- Pero las personas no solo huyen de la guerra. Según Acnur, en 2019, ya había cerca de 25 millones de desplazados forzados por la crisis climática.  ¿Son los países y los gobiernos conscientes de estos datos?

China y EEUU son los dos países que más contaminan y los que van más retrasados con los compromisos de Kioto y París y en el grado de cumplimiento de los ODS. Queda mucho por hacer y por asumir.  Sin ser una experta, creo que tiene mucho que ver con el crecimiento de los nacionalismos en todo el mundo. Si formamos parte de la aldea global, hay que trabajar en esa dirección; si hacemos planteamientos muy nacionalistas, al final estamos en una burbuja donde no resolvemos ni nuestros propios problemas ni los de los demás.

- ¿Cómo debería resolverse el problema de la inmigración?

El problema de la inmigración no se resuelve con que los inmigrantes vengan a tu país, sino generando soluciones de desarrollo en sus países de origen. La primera vez que yo visité un país africano con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, en Maputo, capital de Mozambique, iba paseando y vi una bandera de Andalucía, era una escuela taller que enseñaba hostelería. Estos niños eran contratados en toda la red de safaris y grandes hoteles de lujo de esa zona.  Si se llevan al punto de origen este tipo de iniciativas, dan su fruto.

- 60 atletas refugiados se están entrenando con la esperanza de competir en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2021. ¿El deporte es algo más que una actividad de ocio?

El olimpismo es ¡tan maravilloso!  ACNUR está trabajando estrechamente con el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Paralímpico Internacional (CPI) para apoyar a estos deportistas que, a pesar de los desafíos del desplazamiento y la pandemia de la COVID-19, siguen entrenando para mantener vivo su sueño de competir en Tokio. Creo que es una gran idea dar visibilidad a esos deportistas ante todos los países del mundo. Refugiados olímpicos con la bandera azul de Naciones Unidas y de ACNUR.

- Fue usted una de las firmantes del manifiesto que exigía al Gobierno “inmediatamente” evitar la devolución en caliente. Pero, en noviembre, el Pleno del Tribunal Constitucional confirmó la constitucionalidad de esta práctica.  ¿Le ha decepcionado la decisión?

Me dio mucha pena. Un país tiene derecho a salvaguardar sus fronteras, pero también tiene que tener una política clara. Y eso falta. Lo primero que se hace cuando hay crisis económica es cortar el grifo a la cooperación al desarrollo tanto si gobierna la derecha como si gobiernan “los míos”. Sin darse cuenta de que esas políticas son muy importantes, para el desarrollo y para reforzar la presencia de España en el mundo. Aunque suene demagógico, hay que buscar otras vías, como recortar de otros gastos públicos, de cosas superfluas. En fin, espero que seamos capaces de autoexigirnos al máximo con el dinero que vendrá de Europa porque si no, nos lo van a exigir otros.

"Descubrimos que los mayores que viajaban no tenían tanta necesidad de ir al médico. [...] Cuando me pusieron el vídeo del primer viaje del Imserso, entendí que dar alegría a la vida es un regalo".

- Todavía se vive de las aportaciones que se hizo en su etapa de ministra. ¿Se esperaba el cargo?

Cuando el presidente me pidió que me pusiera al frente de este ministerio, yo le dije “hemos llegado un poco tarde para poner en marcha el cuarto pilar del estado de bienestar”.  En aquel tiempo, Pujol y Ardanza estaban ya reclamando competencias. Y Felipe González me argumentó: “hemos empezado en el 82, Educación y Sanidad se ha llevado tanto que no ha sido posible antes”.  Lo cierto es que hicimos un trabajo transversal para poder multiplicar por dos o tres el presupuesto.

- ¿De qué se siente más orgullosa?

De haber puesto en marcha las pensiones no contributivas de nuestro país. Cerrar la universalización de todo el sistema de pensiones sabiendo que eso beneficiaba en más de un 80% a las mujeres fue fundamental. Muchas estaban en “la cartilla” del marido porque el presupuesto no daba para más sin saber que eso las dejaba sin ningún tipo de prestación.

- ¿Y qué le dio más quebraderos de cabeza?

Sin duda, administrar sin conflicto y con gran nivel de consenso el 0,5% del IRPF, lo que hoy es el 0,7%, porque había que decidir qué le dedicabas a cada colectivo y dentro de cada uno, a qué programas. Había que contar con las grandes ONG para que se encargaran de distribuirlo por todo el territorio, hacer órganos democráticos. Fue un gran trabajo al que todos dedicamos muchísimo esfuerzo.

- ¿Lo que más le gustó?

Aprender de Europa que las acciones positivas calan como la lluvia fina: cuando hicimos el plan para las mujeres, el plan gerontológico para los mayores, el plan para los jóvenes, el de la comunidad gitana, el de acción para las personas con discapacidad… tantas medidas, mucha lluvia fina para corregir desigualdades.

- ¿Y llovía siempre al gusto de todos?

Recuerdo que cuando mandamos a los jóvenes a trabajar como cooperantes, con contrapartidas, por supuesto, con los países elegidos –sobre todo de Latinoamérica–, muchas veces chocábamos con Exteriores porque consideraban que, al no ser diplomáticos, no estaban preparados. Después reconocieron que estaban equivocados. Pues bien, muchos de esos jóvenes han sido los que han mantenido la Agencia de Cooperación al Desarrollo siendo ya servidores públicos de ese país.

- Todo indica que los viajes del Imserso se van a posponer hasta octubre. Y están contando los días para salir de viaje. ¿Cómo surgió la idea?

Almunia me dijo: “Aquí hay un programa piloto, tira para adelante, que va a ser muy importante”. Los empresarios estaban encantados porque significaba que, en baja temporada, los lugares turísticos se llenaban. Luego descubrimos que los mayores que viajaban no tenían tanta necesidad de ir al médico y consumir fármacos.  Un día me pusieron el video del primer viaje del Imserso: los hombres con el pantalón de tergal gris, la camisa de cuadros e incluso la boina. Y las mujeres con el camiserito de “alivio luto”: negro o azul marino con puntitos blancos. Dos años después, los señores presumían de vestir como sus hijos y nietos y las señoras ya iban de colores claros y maquilladas. Las cartas que nos escribían eran tan tiernas, nos contaban que no habían volado nunca, que no habían visto el mar, que no habían salido de su terruño. Dar alegría a la vida es un gran regalo.