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Pedro Moneo, CEO y fundador de la consultora de innovación Opinno

“La crisis ha obligado a innovar por supervivencia”

En septiembre de 2008, cuando la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers sembraba el pánico en el mundo entero, el ingeniero madrileño Pedro Moneo puso en marcha Opinno, una consultora global de innovación con vocación para “transformar” empresas. Nueve años después, ha llegado a una conclusión: sin innovar es imposible sobrevivir.

Pedro Moneo
Pedro Moneo

¿Crear una consultora de innovación es algo innovador, en sí? ¿Cómo surgió la idea?

Todo se remonta al año 2008. Por aquel entonces, yo vivía en Silicon Valley, en San Francisco, donde se desarrollan continuamente multitud de métodos de trabajo y nuevas plataformas para hacer a las compañías más ágiles y capaces de sobrevivir a crisis económicas y financieras. Me pareció interesante aprovechar las lecciones aprendidas para otros países y otros sectores industriales que no hubieran sufrido aún vaivenes, y fue muy curioso, porque nacimos con la idea de ayudar a las empresas a superar crisis, ¡y vino una crisis enorme! 

¿A qué se dedica, exactamente, una consultora de innovación? ¿Qué servicios ofrecéis?

Opinno tiene diferentes líneas de actuación, a las que llamamos “programas”. 'People', el primero de ellos, es una consultora de marketing especializada en posicionar a sus clientes en el sector de la tecnología, la innovación y el emprendimiento. Para ello, crea estrategias de comunicación, gestiona comunidades, organiza eventos y competiciones y publica dos revistas, ‘MIT Technology Review’ y ‘Harvard Business Review’, de las universidades Massachusetts Institute of Technology (MIT) y Harvard, respectivamente. 'Ideas' es nuestra segunda división. Con ella tratamos directamente con el 'top management' de las empresas, con sus grupos directivos. Ahora, sin ir más lejos, estamos trabajando en el planteamiento estratégico futuro de casi todas las compañías del Ibex 35. Con un aire muy fresco, desde 'Ideas' analizamos, pensamos y creamos productos y servicios con metodologías innovadoras y, luego, acompañamos a las corporaciones en la fase de ejecución de estos conceptos. Desde la tercera división, 'Solutions', un grupo de tecnólogos y diseñadores prototipa soluciones tecnológicas y desarrolla soluciones web y móvil para los nuevos productos y servicios que se lanzarán al mercado. El año pasado creamos un cuarto programa, llamado 'Academy', que abarca todos los proyectos de formación que acometemos desde Opinno para enseñar a los empleados de nuestros clientes y a los jóvenes las nuevas habilidades digitales que van a necesitar para sobrevivir laboralmente en la era digital. Y, para terminar, tenemos dos pequeñas unidades: 'New Ventures', un grupo desde el que lanzamos nuevos proyectos empresariales tecnológicos, nuevas ideas con tecnología nuestra que acaban convirtiéndose en empresa, y 'Opinno.org', una línea sin ánimo de lucro con la que intentamos generar impacto social desde el trabajo que hacemos.

"La innovación, casi siempre, empieza por una llamada de teléfono"

¿Cómo os llegan los gritos de socorro de las empresas?  

La innovación, casi siempre, empieza por una llamada de teléfono en la que se nos dice: “Me acaban de nombrar director de Innovación y no tengo ni idea de qué hacer”. A partir de ahí, aplicamos la metodología propia que hemos desarrollado, el “Opinno way”, que se apoya en una plataforma tecnológica que ayuda a que un proyecto se desarrolle sea del tipo que sea y con unos estándares de calidad y de cumplir plazos y presupuestos muy exigentes. Y, en función de la profundidad de la relación que tenemos con el cliente, acometemos proyectos más o menos “riesgosos”. ¡Alguien que nos acaba de conocer no nos va a dejar cometer locuras! (risas)

Opinno cuenta con 140 trabajadores repartidos por el mundo.

 

Hoy por hoy, ¿qué empuja a una empresa a acudir a Opinno? ¿Habéis salvado a alguna empresa de la bancarrota?

Por citar algún ejemplo, en la actualidad estamos trabajando en torno al 'blockchain', una tecnología muy innovadora para certificar transacciones digitales; estamos desarrollando aplicaciones móviles sobre edificios inteligentes para una de las grandes inmobiliarias del país, y un producto de economía colaborativa para que la mayor empresa de alquiler de coches del mundo disponga de un producto equivalente a los sistemas de coche compartido y de alquiler de coches por minuto. En total, unos 150 proyectos al año, con unas 140 personas. Respecto a la segunda pregunta… ¡tanto no nos podemos atribuir! (vuelve a reír). No podemos apropiarnos de la supervivencia de ninguna compañía, pero sí es cierto que colaboramos con los bancos más grandes del país y con las principales compañías energéticas, con proyectos muy dispares, ¡y algunos tienen que ver con cambiar la manera de trabajar de la propia empresa!

¿Ha aprendido Opinno algo de la crisis?

Aunque somos una empresa muy joven, hemos podido comprobar que la innovación antes de la crisis estaba mucho más ligada al marketing. "¿Qué hago yo en mi tiempo de ocio para sacar un producto completamente nuevo? ¿Cómo aparecer en los medios, diciendo que soy muy innovador y muy 'cool'?", se preguntaban antes las empresas. Con la crisis, sin embargo, aparece la necesidad de innovar por supervivencia. Esta nueva innovación está mucho más cerca de la dirección general de la empresa, de la dirección financiera, de la de Operaciones, y suele llegar al mercado con un porcentaje de éxito mucho más alto y generando un impacto más tangible. En todo caso, creo que la crisis no es una cosa puntual ni cíclica, sino uno de los síntomas de que la tecnología está penetrando en todos los sectores industriales, volviéndolos más dinámicos y ágiles. Así que, si una empresa decide jugar dentro de un sector, tendrá que responder con la misma agilidad, o morirá. 

¿Una consultora de innovación se ve obligada también a innovar?

¡Constantemente!, y, sobre todo, porque la innovación como disciplina empresarial lleva muy pocos años en España. Al principio, teníamos que dedicar gran parte de nuestro tiempo a formar y divulgar, pero ahora que han aparecido numerosas empresas que hacen lo mismo, la propia madurez del mercado nos empuja a avanzar y a sofisticarnos.