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TRIBUNA. Ricardo Trujillo, director de impacto social y capital humano en Forética

El año en que la ‘S’ social se situará (aún más) en el centro de la ESG

Ricardo Trujillo, director de impacto social y capital humano en Forética.
Ricardo Trujillo, director de impacto social y capital humano en Forética.

Cada una de las áreas ESG tiene, quizá, sus propios elementos distintivos y específicos (aceleradores, disruptores, expectativas de los grupos de interés) que definen “el terreno de juego” y ayudan a comprender cuál es el papel que juegan las empresas en ellos, qué riesgos podemos encontrar en el camino y cómo aprovechar al máximo las inmensas oportunidades que se abren para aquellas empresas que estén mejor preparadas y reaccionen adecuadamente.

En lo que respecta a las áreas más vinculadas a la parte social (interna y externa) lo primero que es preciso tener en cuenta que, específicamente para esta área, la pandemia está actuando con un doble papel muy relevante. Por un lado, como aceleradora en aspectos fundamentalmente vinculados a la digitalización de procesos, deslocalización de puestos de trabajo, flexibilidad de empleo, nuevos negocios y expectativas de consumidores. Por otro, actuando claramente como transformador, poniendo sobre la mesa aspectos que han aparecido como nuevas prioridades empresariales o evolucionado hacia debates antes no bien resueltos como podría ser el papel de las empresas en la salud mental o en la lucha contra las brechas de desigualdad y polarización social.

Desde Forética, consideramos que para 2022, podemos agrupar las tendencias en 3 grandes ejes que vertebran las principales áreas de acción donde vamos a ver novedades relevantes este año:

1. Salud y sostenibilidad. Ampliación y profundización de la actuación empresarial

Dejaremos definitivamente atrás las concepciones más tradicionales de prevención de riesgos o salud y seguridad para incluir en el concepto, y en el nivel de exigencia del comportamiento empresarial, muchos más elementos enfocados a impactar positivamente en la salud y bienestar de los empleados. Además, veremos como este compromiso se hace extensivo también al impacto que tienen sus productos y servicios o cadena de valor (ampliación del impacto).  En paralelo esperamos ver una mayor acción específica en temas que se convertirán en prioritarios, como la salud mental o el vínculo entre cambio climático y salud.

2. Talento y empleo. Nuevas formas de gestión para un nuevo escenario

Viviremos nuestra propia Great Resignation. Observaremos un mayor dinamismo del mercado laboral, mayor exigencia o valoración por parte de los empleados de una propuesta clara, firme y avanzada en temas de sostenibilidad por parte de las empresas, como elemento diferenciador a la hora de atraer el talento (especialmente en los puestos más cualificados, pero no sólo en ellos). Los departamentos de recursos humanos serán una pieza clave para, de la mano de las áreas en sostenibilidad, articular propuestas y soluciones para responder de manera ágil a estas nuevas exigencias por parte del talento si queremos seguir siendo competitivos.

Adicionalmente será más importante que nunca entender los movimientos del talento a medio y largo plazo. No es fácil. A elementos que ya estaban sobre la mesa el año pasado, vinculados a la transformación digital y tecnológica, se va a sumar (de hecho, ya lo ha hecho) la necesidad de analizar el nivel de exposición de cada negocio a los compromisos climáticos (propios y derivados) y, en especial, su articulación con el empleo verde. En paralelo, gana en importancia el que las empresas cuenten con acciones específicas para posibilitar una transición justa. En un mundo en absoluta transformación, debemos actuar ya para poder integrar a los más vulnerables y hacer que la transición a una economía baja en carbono logre, de verdad, no dejar a nadie atrás.

3. Transformación social y desigualdad. Las empresas como catalizadoras de la acción

El informe de riesgos de WEF 2022 señala claramente como los riesgos sociales especialmente vinculados a la desigualdad, como la cohesión social, o la crisis de los modelos de vida, se sitúan entre los 5 más relevantes para este año y son los que más han crecido en importancia en los últimos dos. La acción empresarial es por tanto urgente y necesaria. En 2022, veremos cómo se pone en el punto de mira el papel que juegan las empresas en la desigualdad, como pueden dar respuesta a los retos que esto plantea y como generar alianzas que logren tener un impacto real. World Benchmarking Alliance ya ha lanzado un primer informe en enero de 2022 donde indica como solo un 1% de las 1.000 empresas más importantes en sostenibilidad a nivel mundial analizadas, están realmente preparadas para actuar como catalizadoras de una transformación social sostenible (hablando en términos de derechos humanos, trabajo decente y actuación ética).

Adicionalmente seguiremos con mucho interés otros elementos de acción vinculados al incremento de la presión regulatoria (con la normativa europea sobre debida diligencia en derechos humanos) o los trabajos de desarrollo de la taxonomía social europea.

En definitiva, 2022 va a ser un gran año en términos sociales, desde Forética esperamos que nos acompañen en este viaje al centro de la ESG.