Como consecuencia de la actual crisis provocada por la COVID-19, la salud se ha posicionado como un asunto material de las agendas de sostenibilidad de las empresas. Los impactos de la pandemia no solo se limitan a los daños de la propia enfermedad ya que las empresas han tenido que adaptarse para garantizar la salud y seguridad de sus empleados, sus clientes y las personas implicadas en su cadena de valor. Esta visión más estratégica de la salud desde las empresas está directamente relacionada con la gestión de riesgos a corto y medio plazo y su relevancia será protagonista también en la era post COVID-19.
Para ello, será clave que las empresas consideren en sus estrategias las principales tendencias en salud y sostenibilidad y de este modo estar preparadas ante futuros shocks no financieros de estas características. Según el informe “Salud y Bienestar 2030. Integración en la Estrategia Empresarial” de Forética, estás 5 tendencias clave son:
1. Crisis de salud. Crisis de naturaleza + crisis climática: Existen evidencias de que la rápida pérdida de biodiversidad y la aparición de nuevas enfermedades puede estar siendo causada, entre otras variables, por el impacto del cambio climático. En este contexto, no podemos negar el vínculo entre un planeta sano y una población sana. Desde un gran número de empresas, existe un fuerte compromiso por reducir sus emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero, reforzando así su compromiso con un entorno más saludable.
2. Salud mental. Cuestión de supervivencia: Como resultado de la pandemia, las empresas y empleados están hablando cada vez más abiertamente sobre la salud mental. El impacto socio-económico de la crisis y fenómenos como la digitalización acelerada y el cambio en los modelos de trabajo están impactando dramáticamente en este punto. Por todo ello, este es un momento clave para construir organizaciones en las que el bienestar mental esté integrado en la experiencia del empleado como elemento de gestión empresarial responsable.
3. En busca de nuevos estilos de vida saludable: ¿Cómo promover hábitos de vida saludable entre la población? La colaboración entre gobiernos, organizaciones y la sociedad en su conjunto será fundamental para la promoción y fomento de hábitos de vida saludables para las personas y el planeta. En este punto cobra especial relevancia el marketing responsable sobre productos y servicios y la información veraz sobre cómo afecta su uso y consumo en la salud de las personas.
4. Respirar mejor, reservado el derecho de admisión: La salud de los entornos está directamente relacionada con la salud de las personas. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 7 millones de muertes prematuras al año son resultado de la contaminación atmosférica. Solo en Europa esta cifra alcanza las 400.000 muertes al año. Ante estos retos, es necesario generar modelos económicos que asuman estas externalidades y se aumente el compromiso y la regulación en estos ámbitos.
5. El eslabón salud en la cadena de suministro: Preservar la salud y seguridad de empleados, clientes, consumidores y proveedores ha sido una prioridad para las empresas desde el estallido de la pandemia. Este aspecto está directamente relacionado con la gestión de los derechos humanos desde las empresas y, en este sentido, los datos muestran que aquellas empresas que contaban con anterioridad con robustos procesos de debida diligencia se encontraron mejor preparados para responder a la crisis.
Siguiendo estas tendencias, la salud y el bienestar se están posicionado como un tema central de la agenda social de la sostenibilidad en la era post COVID-19. Por ello, aquellas empresas que apuesten por una gestión responsable tendrán que asumir compromisos más ambiciosos en materia de salud y bienestar, con una visión más holística e integrando en la ecuación no solo a sus empleados sino a todos sus grupos de interés.