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Según el Día de Sobrecapacidad de la Tierra

El planeta agotaría sus recursos anuales el 25 de mayo si mantuviese el ritmo de consumo de España

Al ritmo actual de consumo en nuestro país, el mundo agotaría el 25 de mayo los recursos que el planeta puede generar en un año. Es lo que se conoce como ‘Earth Overshoot Day’ o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra.

El consumo mundial sobrepasa los recursos naturales que genera el planeta.
El consumo mundial sobrepasa los recursos naturales que genera el planeta.

Se trata de un cálculo realizado por Global Footprint Network para concienciar sobre lo insostenible del actual ritmo de consumo. La organización sin ánimo de lucro mide con el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra la demanda de una población y el suministro de recursos y servicios de los ecosistemas.

Países como Catar o Luxemburgo tienen situada esa fecha a mediados de febrero, mientras que el ritmo de consumo de Estados Unidos agotaría los recursos de este año un mes más tarde. En el otro extremo, los menos derrochadores son Indonesia, Ecuador y Nicaragua.

Durante los últimos diez años, la fecha se acerca cada vez más al inicio del año. De hecho, la humanidad ya agota entre julio y agosto todos los recursos disponibles hasta final de año.

Si en 1970 esta fecha se situaba en el 29 de diciembre, hace dos años se adelantó al 29 de julio y el pasado 2020 retrocedió al 22 de agosto, debido básicamente al descenso de la actividad económica como consecuencia de la pandemia de coronavirus.

Los expertos consideran, sin embargo, que esta situación ha sido coyuntural y no basta para revertir el agotamiento que se hace actualmente de los recursos naturales.

Y añaden que, durante los últimos veinte siglos, la humanidad ha provocado los mayores cambios e impactos a la Tierra, con un derroche irracional de recursos.

Forma de cálculo

Para elaborar el índice de sobrecapacidad de recursos, se divide la biocapacidad del planeta (incluidas las tierras forestales, las tierras de pastoreo, las tierras de cultivo, las zonas de pesca y las tierras edificadas) entre la huella ecológica (los recursos que la humanidad destina a cubrir sus necesidades) y se multiplica por los días del año.

La magnitud de este índice provocará que el Día de la Sobrecapacidad esté cada vez más cerca del comienzo del año, marcando la fecha en que el mundo habría agotado los recursos anuales que genera.

Si la demanda de activos ecológicos de una población supera la oferta, señalan desde la organización, esa región tiene un déficit ecológico que provoca un aumento de las importaciones, la liquidación de sus activos ecológicos y/o la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.

El informe Living Planet Report de 2020, elaborado por Global Footprint Network, pone de relieve la gran distancia que hay entre la demanda humana y la disponibilidad de medios naturales.

Sus cifras apuntan que más del 70% de la población mundial vive en países que enfrentan un déficit de recursos biológicos, con una demanda que excede la regeneración natural, y que registran ingresos inferiores al promedio mundial.

Dañina huella ecológica

Constata la organización que la biocapacidad del planeta ha aumentado un 28% desde 1960 gracias a los avances tecnológicos y de gestión de la tierra, pero la demanda ha crecido un 56%. Las prácticas de consumo actuales dejan una huella ecológica superior al 176% de la que se registraba hace sesenta años. Si la huella ecológica se situó en 2,8 hectáreas globales por habitante y año, la biocapacidad fue de solo 1,63.

Pero hay notables diferencias en las pautas de consumo. Cerca de medio centenar de países cuentan con reserva de biocapacidad, pero 139 arrastran déficit ecológico, incluidos casi todos los europeos, China y Estados Unidos.

El responsable principal es el sector de la alimentación –agricultura y pesca–, ya que hace un uso desaforado de recursos de bosques, agua, animales y tierras de cultivo. Por ejemplo, Global Footprint Network recuerda que se ha producido la desaparición de casi el 60% en las especies de animales vertebrados dede 1970, mientras que la población humana se ha incrementado algo más del 120%.

Por todo ello, la conclusión de los expertos y defensores del medio ambiente es obvia: solo se podrá contrarrestar esta situación cambiando radicalmente los hábitos de consumo de la humanidad y viviendo en mayor concordancia con los recursos disponibles. Si no, se estará poniendo en peligro la supervivencia de las generaciones futuras.