Antonio Burgueño, director de Calidad, Sostenibilidad y RSC de FCC Construcción
"La sostenibilidad no es un destino sino un camino, una forma de hacer las cosas"
En esta extensa entrevista, el director de Calidad, Sostenibilidad y RSC de FCC Construcción, Antonio Burgueño, repasa las actuaciones en materia de responsabilidad social y sostenibilidad de la compañía, referente por su modelo orientado hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
04 Mayo 2020 | Soziable.es | Soziable.es
¿Cuáles son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en los que impacta de forma más directa FCC Construcción y cómo avanza la compañía, en líneas generales, en su consecución?
"Entendemos que el ODS 17, el que tiene que ver con Alianzas, es fundamental"
¿Cuál es la misión del Comité de Sostenibilidad de la compañía?
En FCC Construcción, el Comité de Sostenibilidad no es un comité al servicio de la Dirección. En FCC Construcción, el Comité de Sostenibilidad “es” el Comité de Dirección. Son el mismo comité. Los asuntos relacionados con la sostenibilidad, su enfoque, su estrategia, se tratan en el Comité integrado por toda la alta Dirección de la compañía, CEO y resto de Directores, que constituyen este Comité. En él se tratan los aspectos de la sostenibilidad que deben ser parte de la forma de ser de la empresa, de su idiosincrasia, de su estrategia y de su manera de estar presente en la sociedad. FCC Construcción es muy consciente de que la sostenibilidad no es una opción, sino la única forma real y viable de perdurar en nuestro tiempo y de hacer negocios en la actualidad. La única vía que garantiza la pervivencia y permite otros ciento veinte años de historia, en un planeta que debemos conservar y para unas personas para las que debemos trabajar.
"FCC Construcción es muy consciente de que la sostenibilidad no es una opción, sino la única forma viable de perdurar"
En este Comité se definen los objetivos de la compañía, alineados con los ODS (cada objetivo identifica explícitamente el o los ODS a los que contribuye y con los que se alinea) y se hace su seguimiento periódico con la revisión del Sistema. Aprueba las estrategias de los distintos frentes de actuación (la política de Derechos Humanos, la estrategia de lucha contra el cambio climático, la ampliación del alcance de la aplicación del sistema de seguridad de la información, de las relaciones de trabajo colaborativas o del inventario verificado de gases de efecto invernadero) y garantiza que el comportamiento de la organización se encuentra alineado con las directrices de sostenibilidad establecidas.
¿Cómo se garantiza que en toda la cadena de valor de FCCCO se cumplen los criterios de sostenibilidad y RSC?
Es cierto que nuestros esfuerzos servirían de poco si a nuestros protocolos y directrices de sostenibilidad no se uniesen los de nuestros colaboradores, con los que conformamos un verdadero ecosistema de actuación. Ya hemos dicho que las alianzas para lograr los objetivos constituyen un pilar en las actuaciones de FCC Construcción y, en este sentido, hemos desplegado distintas líneas de actuación para lograr este esfuerzo combinado de las partes implicadas.
Por una parte, nuestro sistema de gestión tiene establecidos protocolos para la comprobación del comportamiento de subcontratistas y proveedores, a los que se evalúa antes y después de su relación con nosotros, considerando tanto aspectos económicos y de calidad como aspectos de comportamiento ambiental y su desempeño social (de hecho, las categorías en que se agrupan los criterios considerados en la evaluación son de calidad; prevención de riesgos laborales; medio ambiente; medios humanos, técnicos y materiales; experiencia en obras similares y desempeño social).
Por otra parte, en nuestros contratos con terceros se introducen cláusulas de cumplimiento que condicionan el desarrollo de las actividades o suministros, y se le previene de las consideraciones que se tendrán presentes para su valoración por parte del equipo de obra previa a su actualización en el catálogo de proveedores de la empresa. Entre estos están, desde los diez principios del Pacto Mundial, suscritos por FCC Construcción y cuyo cumplimiento hacemos extensivo a nuestros colaboradores, como criterios más específicos tales como el seguimiento de las no conformidades ambientales generadas por sus actuaciones; la inexistencia de problemas con los permisos y licencias (Licencia de actividad, Productor/gestor de residuos tóxicos y peligrosos, Explotación de canteras y préstamos, Vertidos y vertederos, etc.); grado de atención y aplicación hacia las indicaciones y normas de comportamiento ambiental establecidas por FCC Construcción; o el grado de cumplimiento de los requisitos ambientales recogidos en los documentos de obra: especificaciones de compras, procedimientos constructivos, instrucciones de trabajo, programas de puntos de inspección, etc.; la realización de actuaciones ambientales relacionadas con la optimización eficiente de residuos, utilización de tecnologías avanzadas respetuosas con el medio, eficiencia en el uso de recursos, prevención de la contaminación, recuperación de los espacios ocupados por sus instalaciones, implantación de acciones preventivas, etc.; respeto por la biodiversidad y el patrimonio cultural, particularmente los protegidos y reconocidos internacionalmente. En el campo de la responsabilidad social se persigue que no se den prácticas laborales inadecuadas en materia de salud y seguridad, relaciones laborales, prácticas de empleo, maltrato verbal, psicológico o físico, coacción, acoso, etc.; no deben producirse incumplimientos de los Derechos Humanos en materia de trabajo infantil, discriminación o trabajo forzoso; no se atentará contra la libertad de asociación y negociación colectiva, ni se vulnerarán los derechos de la población indígena y se valorará la protección a los trabajadores, incluidas las categorías de trabajadores vulnerables, como los niños, los inmigrantes o los contratados por terceros.
Finalmente, por terminar de citar alguno de los canales establecidos, pero sin abarcarlos todos, es preciso mencionar de nuevo la herramienta del sistema de gestión de relaciones de trabajo colaborativo, recién implantada y certificada en la compañía, herramienta única y excepcional en el sector y que posee una gran potencia a la hora de garantizar el comportamiento acompasado de la empresa y de las organizaciones que colaboran con la misma, herramienta que se irá aplicando gradualmente a las distintas relaciones que se identifiquen como relevantes.
¿En qué consiste su sistema de buenas prácticas?
El sector de la construcción es de una actividad siempre cambiante, en el que cada obra es diferente, singular e irrepetible. Nunca se da dos veces igual a sí misma. En el mejor de los casos, se replica en lugares distintos, con lo que ello supone en cuanto a adecuación al entorno, siempre de características y sensibilidades diferentes. Por ello es difícil generalizar medidas de prevención o corrección de impactos, por su aplicación desigual en las diferentes obras. Resulta especialmente difícil el establecimiento de objetivos medioambientales. No hay un punto de partida sobre el que mejorar. ¿Hacer menos ruido que dónde o que cuándo? No se conocen los datos de emisiones, de carga contaminante, de ruido que pudiera haber previamente, ya que antes no había actividad de construcción en ese entorno, y dejará de haberla para cuando se conozca esta información. Y, en cuanto al diseño de lo construido, muchas veces escapa al ámbito de competencias de la empresa, que debe construir conforme a lo que se le contrata, pudiendo, en el mejor de los casos, contribuir a la mejor solución funcional, económica o ambiental a partir de la solución base solicitada.
"FCC Construcción ha desarrollado y registrado un sistema de objetivos que generaliza la adopción de Buenas Prácticas"
Buscando una solución para este problema, FCC Construcción ha desarrollado y registrado un sistema de objetivos abierto, susceptible de ser configurado para cada caso concreto, que generaliza la adopción de Buenas Prácticas por las diferentes organizaciones, pero que permite adaptarse a las singularidades que cada una de ellas representa. No se trata de alcanzar lo inalcanzable (una voladura hace necesariamente ruido), sino de hacerlo del mejor modo posible, previendo que las buenas prácticas llevarán necesariamente a los mejores resultados. Este objetivo está compuesto por un conjunto de actuaciones (Buenas Prácticas) que las obras deben ir desarrollando y que tienen asignados diferentes valores, mayores las que redunden en un mayor beneficio para el entorno, las intrínsecamente mejores, así como las más novedosas o que supongan un mayor esfuerzo para las obras, bien por la inversión que suponen, bien por el esfuerzo de investigación, gestión o ingenio que conllevan. Por otra parte, se tiene también en cuenta para la valoración el alcance real de la Buena Práctica adoptada, de modo que un grado mayor de implantación, una mayor generalización de la medida adoptada, un número mayor de intervenciones o, en definitiva, un mayor alcance de la Buena Práctica supone una valoración más alta. Como producto de la importancia por el grado de implantación, se obtiene una puntuación que evalúa el esfuerzo, el buen comportamiento --en la aplicación de buenas prácticas-- que se desarrolla en la obra.
En principio, cada obra puede seleccionar las Buenas Prácticas que considere más idóneas o aplicables en función de las actividades que se desarrollan. Se salva con esto el escollo de la enorme diversidad de tipologías de obras, que impedía la generalización de las mismas Buenas Prácticas en todas ellas. Así, si una obra tiene voladuras, puede optar por extender una malla elástica sobre la superficie a volar para limitar las proyecciones de materiales, pero esta Buena Práctica no es aplicable en una obra de edificación en la que no se manejan explosivos. Del listado de Buenas Prácticas, que cada año se incrementa con nuevas medidas, conforme surgen nuevas posibilidades o se aportan nuevas ideas, cada obra selecciona “sus” Buenas Prácticas. Se trata de un objetivo particularizado para cada obra, en cuya definición interviene ésta activamente. El personal afectado se ve directamente implicado en el proceso, porque se trata de su propia selección de Buenas Prácticas. Y esto lleva a un mayor compromiso y a unos mejores resultados finales
El resultado de este novedoso mecanismo de definición de objetivos ha superado incluso las mejores expectativas de FCC Construcción. La mayor implicación de su personal, la necesidad de “pensar ecológicamente”, aunque sólo sea para definir el objetivo, y la generalización de una batería de prácticas más respetuosas con el entorno, comienzan a dar sus frutos. Las organizaciones empiezan a valorar más su entorno y se extienden los buenos comportamientos más allá de los estrictamente obligatorios.
El sistema parte de un conjunto de 135 Buenas Prácticas, agrupadas en ocho categorías. Valgan las siguientes a título de ejemplo: SOCIEDAD (Capacitación / comportamiento de las personas, comunicación y reconocimiento), Formación de más personal propio y de los subcontratistas, Consenso con afectados por impactos relevantes de las Obras; EMISIONES A LA ATMÓSFERA, Empleo de aditivos en el riego para evitar emisiones de polvo, Empleo de captadores de polvo, pulverizadores de acción molecular en instalaciones; GENERACIÓN DE RUIDOS Y VIBRACIONES, Colocación de silenciadores, disposición de barreras acústicas, Revestimientos de goma en tolvas, molinos, etc.; VERTIDOS DE AGUA, Neutralización del pH mediante CO2, reutilización del agua de proceso en las plantas de hormigón; OCUPACIÓN, CONTAMINACIÓN O PÉRDIDA DE SUELOS, Restauración de áreas afectadas por instalaciones provisionales, Creación de plataformas para prevenir vertidos accidentales; UTILIZACIÓN DE RECURSOS NATURALES, Reducción de canteras y préstamos respecto de los previstos, Reutilización de tierras sobrantes de otras obras; GENERACIÓN DE RESIDUOS, Reducción de inertes con destino a vertedero, Logística de suministros para reducir generación de residuos de envases; ORDENACIÓN DEL TERRITORIO (Diversidad biológica, Medio Urbano), Protección y cuidado de elementos valiosos del Medio, Optimización del tráfico de la obra en relación con el flujo externo, etc.
De este conjunto, no todas las Buenas Prácticas han tenido un igual grado de implantación, como era de esperar, ya que no todas ellas son aplicables a todas las obras. No obstante, la eficacia de la implantación ha resultado muy alta. No sólo es representativo el porcentaje de obras que practican Buenas Prácticas, sino que también lo es el grado de aplicación, es decir, la intensidad con que se desarrolla cada una de ellas. El esfuerzo para las Obras está siendo grande. Se trata de implantar una nueva “cultura”. Es una nueva manera de ver las cosas. Una nueva manera de hacer. Pero estamos muy satisfechos de los resultados alcanzados hasta el momento.
A la hora de acometer proyectos de enorme envergadura como infraestructuras aeroportuarias, líneas de metro, grandes túneles, obras ferroviarias… ¿Cómo son los procesos de trabajo para que el impacto ambiental sea el mínimo?
Ya se han comentado unas cuantas vías empleadas anteriormente, pero no está de más volver a señalar el importante papel que la sistematización de los procesos, y dentro de estos, de la consideración de las componentes social y ambiental, juega en todo esto. El Sistema de Gestión implantado constituye una herramienta fundamental para garantizar la consideración de todos los aspectos que es preciso tener en cuenta, pues la obra está obligada a repasar de manera sistemática todos los requisitos que le son de aplicación, tanto legales como contractuales, como los que tienen que ver con los aspectos ambientales derivados del entorno, que el equipo de obra debe evaluar sistemáticamente, identificando aquellos que resultan significativos y estableciendo medidas para minimizar el impacto negativo o aprovechar sinergias u oportunidades para incrementar el efecto positivo que sobre el entorno tienen determinadas medidas o actuaciones que la obra va a llevar a cabo. La sistematización asegura que no se olvidan elementos importantes o establecidos como ejes estratégicos en el comportamiento de la compañía. Porque el sistema recoge no sólo los elementos imprescindibles y que estamos obligados a considerar, como puede ser la legislación de aplicación o los requisitos normativos, sino también aquellos que desde el comité de Sostenibilidad se han establecido como esenciales para la identidad de la compañía, aquellos que marcan el eje director de la estrategia de sostenibilidad de FCC Construcción y que van más allá de lo que sería estrictamente exigible desde un punto de vista del derecho, pero que entendemos que nos es exigible desde la perspectiva de la responsabilidad que tenemos para con nuestra sociedad, frente a nuestro tiempo.
En este sentido, ¿de qué manera las infraestructuras pueden servir para luchar contra lacras como la pobreza o la desigualdad?
"La construcción es un sector que ha tenido que enfrentarse con frecuencia a la lacra de una mala imagen"
La construcción es un sector que ha tenido que enfrentarse con frecuencia a la lacra de una mala imagen, por el evidente impacto ambiental que supone, por el consumo de recursos, las molestias generadas al vecindario o la transformación del paisaje o los residuos generados. Pero la nueva perspectiva más holística, más global y comprensiva de la sostenibilidad ha empezado a poner en valor el verdadero cariz de un sector que contribuye de manera significativa y definitivamente eficaz a la sostenibilidad de nuestra sociedad. Económicamente está fuera de toda duda la riqueza y la prosperidad que las infraestructuras comportan intrínsecamente para la comunidad. Pero es cada vez más evidente, a medida que nos hacemos conscientes y, por tanto, potenciamos más cada vez desde las obras, de los valores anejos a los procesos de la propia construcción y de la explotación posterior. La mano de obra local, la aplicación de los productos del entorno (por las propias características de la actividad) o el proceso en el que se integra cada vez más a las personas del entorno. Con una política de no discriminación, con estrategias de formación del personal local tanto para incorporarlos a la actividad de construcción como para capacitarlos para la posterior explotación y mantenimiento de las infraestructuras, como parte intrínseca del proyecto en curso. Apoyo al entorno de trabajadores desfavorecidos, talleres para familiares o campamentos para los trabajadores con estándares superiores a los habituales son algunos ejemplos de esto.
Pero, además, las propias infraestructuras que construimos son, en sí, instrumentos para la lucha contra la desigualdad y el hambre. Presas, que permitirán el riego y potenciarán la agricultura y abastecerán a poblaciones; conducciones que llevarán el agua a lugares a donde no llegaba antes y las mujeres recorrían grandes distancias para conseguirla (porque, en su mayoría son mujeres). Plantas de energía que abastecerán hogares sin suministro, que permitirán el desarrollo de industria y creará puestos de trabajo. Infraestructuras de transporte que contribuirán al desarrollo de las regiones. Con carácter general, la Construcción constituye una herramienta clara para el progreso y la erradicación de la pobreza y la desigualdad. Y no sólo eso. Es una herramienta que contribuye con claridad a múltiples ODS simultáneamente.
¿Cómo es su política en campos como la gestión de recursos hídricos, las emisiones de CO2 o el tratamiento de residuos?
Esta pregunta está directamente relacionada con lo que comentaba hace un momento. Nuestra estrategia de sostenibilidad está claramente enfocada a la optimización de los procesos de cara a obtener los mejores resultados en términos de rentabilidad social y ambiental también. La mejor aproximación a este reto viene de la mano de la economía circular. Un enfoque que minimiza los recursos empleados, que minimiza los residuos generados. Que reincorpora al ciclo productivo los residuos como nuevos recursos que suplen a los que, de otro modo, habría que emplear. Economía circular en la gestión de las aguas, en la depuración y reutilización de los vertidos, en la búsqueda de la mejor solución para los residuos. Es de destacar el hecho de que FCC Construcción, a través de Industrial, se convirtiera en la primera empresa constructora en obtener la certificación del sistema de trazabilidad de gestión de residuos “Residuo Cero”, consiguiendo certificar una valorización de los residuos generados en una obra del 99,99%. Para ello, FCC Industrial realizó un estudio pormenorizado de las fracciones de residuos que se generaban en el proyecto auditado así como del flujo de los mismos, llevando a cabo un rediseño de procedimientos y procesos para su gestión con un enfoque claro de economía circular. En este proyecto, se impartió una extensa formación en gestión de residuos tanto entre el personal propio como el de las subcontratas. Se aplicó, así mismo, una correcta separación en origen de los residuos en sus distintas fracciones y una utilización de contenedores de gran volumen, logrando con estos últimos el doble objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono, al disminuir considerablemente el número de transportes de residuos, y el de hacer rentable el proyecto, logrando precio positivo o nulo en la mayoría de los residuos. Además, FCC Industrial desarrolló planes de carácter social, como la formación en materia de residuos en los institutos de la zona; la colaboración con entidades benéficas o sin ánimo de lucro a través de la cesión de residuos para su posterior valorización o acciones medioambientales ad hoc como la plantación de especies autóctonas una vez acabados los trabajos.
Por otra parte, la estrategia de FCC Construcción en materia de cambio climático, aprobada recientemente por el Comité de Sostenibilidad, pone el foco, así mismo, en la gran capacidad de la compañía para ejercer el papel al que está llamada la construcción den la adaptación al cambio climático. La mitigación (esto es: la reducción de emisiones de CO2) es un objetivo importante, pero en el que no es posible obtener grandes resultados, pues el grueso de las emisiones proviene del empleo de materiales que no pueden dejar de usarse en el proceso constructivo (no es deseable añadir menos cemento al hormigón para reducir las emisiones). Sin embargo, en la adaptación al cambio climático (preparar las infraestructuras, a la empresa y a la propia sociedad para los previsibles efectos inevitables del cambio climático), en la adaptación, digo, el sector de la construcción es clave. Su papel es el gran papel. Se diría que la construcción es la protagonista de la adaptación e incluso podría decirse que la adaptación toma, en una gran mayoría de casos, la forma de actividad constructora. Sin quitar protagonismo a otras áreas como las comunicaciones o la biotecnología, la adaptación se va a llevar a cabo a través de defensas, de viaductos con mayores vanos, de presas con más volumen de almacenamiento, de carreteras más resilientes y con mayor capacidad de resistencia y recuperación. Nuestra estrategia de lucha contra el cambio climático así lo recoge y establece líneas prioritarias en cuanto a investigación, desarrollo de nuevas técnicas constructivas, nuevos materiales, nuevos diseños. Es la vía para llevarnos hacia una construcción cada vez más sostenible.
¿Qué se entiende hoy por construcción sostenible y cómo se ha avanzado en ese terreno en los últimos años?
La construcción sostenible es, como se ha comentado, aquella que obtiene los mejores resultados en un equilibrio entre las componentes social, ambiental y económica de su actividad. El concepto es relativamente claro. Sin embargo su materialización puede no serlo tanto. Todo el mundo se entiende, más o menos, como sostenible. Pero, evidentemente, no todo resulta igualmente sostenible. Debería existir un criterio de sostenibilidad universalmente aceptado o, cuando menos, generalmente aceptado. Una “normalización” del concepto de sostenibilidad en la construcción. Esto es lo que se está haciendo en la actualidad en Europa, en los comités europeos de normalización (CEN) y también en el ámbito mundial, con los comités internacionales de estandarización (ISO) Los comités que lo están llevando a cabo son, en Europa, el CEN TC 350 (y dentro del mismo el WG6 está normalizando la sostenibilidad en la obra civil), y el ISO TC59/SC17 (y, en su seno, el WG5 también de sostenibilidad en obra civil). FCC Construcción tiene mucho que decir en esos campos. Su gran experiencia internacional y su larga trayectoria en el mundo de la sostenibilidad la han llevado al liderazgo de estos dos grupos de trabajo. En concreto tengo el privilegio de presidir personalmente ambas comisiones internacionales en las que, en la actualidad, estamos definiendo qué se entiende por sostenibilidad en la construcción, estableciendo indicadores que sirvan para medir su progreso y diseñando herramientas de evaluación de dicha sostenibilidad de cara a expresar su nivel de desarrollo y ser capaces de transmitirlo a la sociedad, de evaluar y valorar los resultados obtenidos, de tomar decisiones, de comparar alternativas. Es un proceso largo del que se lleva ya un buen trecho recorrido, con varias normas de la familia ya publicadas, pero que todavía se está recorriendo. Desde FCC, con el privilegio y el honor de su presidencia, aplicamos los criterios que diseñamos y llevamos como ponencia a los grupos para su discusión y validación. Es un ejercicio de objetivación del concepto de la sostenibilidad en la construcción para que todos podamos emplear un lenguaje común, una terminología compartida y medir los resultados de forma uniforme y, por tanto, sinérgica en cuanto a resultados obtenidos. En FCC Construcción, por nuestro papel de liderazgo en el proceso, nos toca abrir el camino y dar los primeros pasos por delante.
"La sostenibilidad requiere inventarse y reinventarse a cada paso, siendo capaces de quedarse con la propia historia pero sin ser sus esclavos"
En ese terreno, ¿qué papel juega la innovación al servicio de la sostenibilidad?
La sostenibilidad no es un destino, un lugar al que llegar, un estado que alcanzar. La sostenibilidad es un proceso, un camino, una forma de hacer las cosas. La sostenibilidad requiere avanzar, cambiar con el tiempo, en el espacio. Modificar la perspectiva a cada paso, adaptarse, hacer las cosas de otro modo, porque son otras las cosas que hay que hacer. Inventarse y reinventarse a cada paso, siendo capaces de quedarse con la propia historia pero sin ser sus esclavos. Mirar de una forma nueva, con otra mirada. Ese enfoque nos lo proporciona la innovación. El mundo es cada vez más complejo y sus problemas, cada vez mayores. No cabe pensar que vayamos a solucionar los problemas que nos hemos creado si seguimos haciendo las cosas como siempre las hemos hecho. Ta tecnología nos ofrece posibilidades extraordinarias. La evolución hacia la industria 4.0, la digitalización de la realidad que, sin embargo, no va a dejar de existir fuera de los ordenadores. Ahora podemos experimentar, planificar, hacer pruebas en el modelo digital de nuestras infraestructuras. Imprimir en 3D piezas in situ, ahorrando transportes y tiempo, generar materiales que captan el CO2 de la atmósfera al tiempo que dan servicio como firmes de carretera o fachadas de edificios, tratar ingentes cantidades de datos y encontrar mejores soluciones, alternativas que se adaptan mejor y de modo más eficiente a las necesidades, trabajar en modo colaborativo mediante BIM, emplear la inteligencia artificial para apoyo a las mejores decisiones, propuesta de los mejores antecedentes, diseños más eficientes. La innovación abre camino a las respuestas que la sociedad nos plantea. Innovación social, en el trato de las personas; innovación en materiales menos contaminantes, más reutilizables, menos lesivos; innovación en fuentes de energía alternativas, renovables, sostenibles; innovación en procesos constructivos más rápidos, más económicos, más seguros. La innovación es, sin duda, el camino por el que tenemos que andar en estos tiempos de cambios tan acelerados, tan vertiginosos que apenas tenemos tiempo para aprender cómo se gestionan, que nos obligan, más bien a aprender cómo se aprende a gestionarlos. La innovación es el único camino realista, y no queda más alternativa que recorrerlo.
Ante una emergencia sanitaria global como la del Covid-19, ¿de qué manera una compañía como FCCCO puede actuar para minimizar sus consecuencias?
Hablábamos de innovación. De cómo la realidad es tan fulminante que en muchas ocasiones apenas nos da tiempo para reaccionar frente a sus cambios, frente a las nuevas situaciones. La crisis sanitaria del coronavirus es un buen ejemplo. Una empresa como FCC Construcción, que se dedica a construir, cuyo negocio se encuentra en el exterior, en los materiales que coloca para edificar un hospital, el hormigón que vierte para erigir un viaducto, se encuentra frente a una crisis en la que es preciso actuar y frente a la que es necesario adaptarse. Primando la seguridad de los trabajadores y de las personas en general, las actuaciones de FCC Construcción ante esta situación están siendo responsables y cautas. Se están tomando las medidas para asegurar que cualquier medida implementada para abordar la COVID-19 sea accesible sin discriminación de ningún tipo por cualquier condición (raza, discapacidad, edad, género, origen nacional o social, u otra condición), prestando la atención necesaria y adecuada a las necesidades de los más excluidos y/o vulnerables.
En línea con las recomendaciones del Pacto Mundial de Naciones Unidas para empresas y organizaciones, FCC Construcción se está asegurando de responder con flexibilidad, compasión y solidaridad al impacto sobre la plantilla compartiendo con ellos los esfuerzos por limitar los impactos financieros. Es un objetivo de la compañía asegurar en lo posible la continuidad estable de los ingresos y las prestaciones a pesar de las modalidades de trabajo flexibles. Los contratos actuales van a cumplirse en la mayor medida posible, pues el compromiso con los proveedores es esencial para garantizar condiciones de trabajo decentes en las cadenas de suministro, toda vez que se apoya la continuidad de las empresas al permitir, siempre que sea viable, la flexibilidad en las entregas y las condiciones.
Por otra parte, y desde el comienzo de la crisis, FCC Construcción ha venido aplicando los principios de prevención y garantizando un entorno de trabajo seguro, limitando la exposición de los y las empleadas al coronavirus en el lugar de trabajo mediante el establecimiento de medidas de protección personal (higiene de las manos), medidas ambientales (limpieza de las superficies, espacios, vestuarios) y disposiciones laborales (medidas para trabajar desde el domicilio en todos los casos en los que ha sido posible, reducción del contacto entre personas, etc.), respetando en todo momento las directrices emanadas de las autoridades sanitarias y gubernamentales.
En el negocio de la construcción, todo esto no resulta sencillo, y hemos tenido que adaptarnos a marchas forzadas, corrigiendo incidencias allí donde han sido detectadas y mejorando cada día las condiciones laborales y las rutinas que se van estableciendo. Es una situación difícil para todos y, como tantos otros, hemos tenido que hacer un ejercicio de flexibilidad y adaptación, en un esfuerzo en el que nos encontramos de pleno y que esperamos que se resuelva en el menor plazo posible, con los mínimos efectos sobre las personas, primero, y sobre la sociedad y su estructura económica y ocupacional, después.
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