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Encuesta de valor a largo plazo y gobierno corporativo, de EY

Mejoras en la reputación y la confianza, principales beneficios de la creación de valor a largo plazo

Es una de las conclusiones más destacadas de un estudio elaborado por EY. El documento también revela que las estrategias basadas en un modelo de estas características son clave para generar confianza entre los grupos de interés en épocas de incertidumbre como la derivada de la COVID-19.

Una niña otea el horizonte a través de unos prismáticos.
Una niña otea el horizonte a través de unos prismáticos.

El informe ¿Habrá un “mañana” si el gobierno corporativo se centra en el “ahora”?’ (Long-Term Value and Corporate Governance Survey) parte de una encuesta realizada por la consultora a 100 altos ejecutivos y se completa con entrevistas en profundidad a líderes empresariales, académicos y otros profesionales en este campo.

Sobre todos ellos, precisamente, la publicación señala que “son cada vez más conscientes de que, para tener éxito, necesitan tener una orientación a largo plazo que tenga en cuenta a todos los stakeholders”. Y, en esta línea, advierte que el gobierno corporativo sostenible es un elemento clave para que las empresas incorporen un enfoque a largo plazo y puedan jugar un papel protagonista en esta transformación.

Por otro lado, también pone de manifiesto que la crisis derivada de la COVID-19 ha supuesto un desafío para la viabilidad de las organizaciones y una dificultad para generar valor a largo plazo para sus grupos de interés. De hecho, el 59% de los encuestados manifestó que la pandemia ha sido una barrera para el crecimiento de la corporación a largo plazo y el 60%, por su parte, reconoció importantes discrepancias en sus equipos directivos sobre el modo de equilibrar la respuesta a la crisis a corto plazo con las inversiones a largo.

Pero no todo han sido trabas. Según el estudio, la pandemia también ha reforzado la importancia de la generación de valor a largo plazo, algo que aporta confianza en los stakeholders en tiempos de incertidumbre como los actuales y promueve un liderazgo con propósito al impulsar cuestiones como la atención al bienestar de los empleados, el desarrollo de productos y servicios para los trabajadores de primera línea, las donaciones financieras y los ajustes de remuneraciones de ejecutivos.

El documento también sostiene que, en relación a este valor a largo plazo, resulta esencial la percepción y el compromiso de los líderes empresariales, así como el grado de madurez en esta orientación. Es fundamental, en definitiva, “pasar de las palabras a los hechos y de la excepcionalidad a la normalidad”.

Y, en esta línea, el texto indica que las compañías ‘líderes’ están alcanzando ya implementaciones de este modelo en porcentajes superiores al 70% y que estas se encuentran, además, en un estado muy avanzado en términos de propósito, evaluación y medición.

En este sentido, el 66% de los encuestados asegura que han crecido las expectativas de los stakeholders de que las empresas atiendan cuestiones como el impacto social, la sostenibilidad medioambiental o el crecimiento inclusivo; el 78% no esconde que haberse centrado en el crecimiento sostenible e inclusivo ha generado confianza en sus grupos de interés en tiempos de incertidumbre; y el 79%, por su parte, está convencido de que las empresas que mantengan su enfoque en el valor a largo plazo saldrán fortalecidas tras la pandemia.

Además, entre los beneficios más relevantes que traerán consigo las iniciativas de creación de valor a largo plazo, los participantes en el estudio apuntaron a la mejora de la marca, la reputación y la confianza, en primer lugar, a la mejora de la adquisición y retención de clientes, en segundo, y a la atracción de nuevos o diferentes inversores, en tercero.

Retos estratégicos

Otra de las conclusiones que recoge la encuesta sobre valor a largo plazo y gobierno corporativo de EY es que las compañías pueden afrontar directamente muchos de los retos externos e internos que suponen su estrategia de valor a largo plazo.

Entre los desafíos externos a los que las organizaciones deben hacer frente, el documento cita la presión de los inversores sobre los beneficios a corto plazo como el más relevante. Y en este sentido, advierte que el 32% de las empresas consultadas, casi un tercio, aún no ha implementado un enfoque consistente para la toma de decisiones que equilibre la creación de valor a corto y a largo plazo.

Y por parte de los internos, el más destacado, según EY, es el hecho de que los consejeros delegados y los ejecutivos reciban una remuneración vinculada a los resultados a corto plazo, algo que obliga a realizar un replanteamiento de este tipo de estrategias retributivas en favor de la creación de valor a largo plazo.

Gobierno corporativo

El documento también subraya, en otro de sus bloques principales, que los líderes empresariales consideran que el gobierno corporativo es fundamental para cumplir la agenda de valor a largo plazo. Y, además, estiman que este debe evolucionar.

A este respecto, la consultora EY ha identificado cinco áreas específicas a través de las cuales los consejos de administración podrían generar efectos positivos.

Y, además, apunta el texto, estas se podrían abordar sin necesidad de regulación externa, aunque sí sería necesario alinear tanto las prácticas y estructuras de gobierno con la consecución de una estrategia sostenible como todas las áreas clave de la gobernanza –como la gestión de riesgos o las estrategias de remuneración– para impulsar un crecimiento sostenible e inclusivo.

En concreto, estas áreas a las que alude el informe son las siguientes: ‘atributo’, entre los que destacan la confianza del consejo de administración para tomar decisiones que generen valor a largo plazo, el compromiso con los intereses de los stakeholders y la adecuación de los sistemas retributivos; ‘riesgo’, como la incertidumbre sobre el éxito de la iniciativa y el marco orientado a la rentabilidad a corto plazo para los accionistas; ‘recompensa’, como el empleo de esquemas de remuneración para incentivar un enfoque en el valor a largo plazo y el papel central de las métricas basadas en criterios ESG; ‘compromiso’, definiendo los principales stakeholders y creando una estrategia de engagement integral que incluya un circuito de feedback; y ‘autenticidad’, comunicando los resultados sobre los avances en cuanto a los objetivos de valor a largo plazo de forma transparente y fiable.

Nuevo modelo de reporting

En su parte final, el estudio de EY subraya que, para centrarse en el largo plazo, las organizaciones deben contemplar un modelo de reporting en el que se incluyan no solamente asuntos de carácter financiero sino también todos aquellos relacionados con cuestiones medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo.

Y, en este caso, los resultados de la encuesta muestran un progreso significativo en el uso de métricas extrafinancieras para medir y comunicar el desempeño. De hecho, el documento sostiene que el 69% de los participantes en la encuesta afirmó usar de forma consistente métricas no financieras para establecer objetivos de rendimiento y crecimiento. Y el 65%, por su parte, comunicó el rendimiento en materia de sostenibilidad a sus inversores.

A pesar de estos avances, el estudio también revela que el sector privado aún persigue una mayor claridad y rigor en la elaboración de informes no financieros y que, de hecho, el 80% de los ejecutivos encuestados apuntó que son precisas normativas consistentes a nivel mundial para la realización de reportes corporativos basados en el valor a largo plazo.