La línea que estena dichos vehículos es la 76, que une la Plaza de la Beata María Ana de Jesús y el barrio de Villaverde Alto, en la que han empezado a circular en pruebas autobuses cien por cien eléctricos con un sistema de recarga inductivo que permite reponer la energía de sus baterías en tan solo ocho minutos. Una vez concluido el período de prueba, si este resulta satisfactorio, se prevé que se convierta en la primera línea de autobuses de España servida íntegramente por vehículos eléctricos, a partir del próximo 22 de enero. Dado que aún no se comercializan autobuses con sistema inductivo, la EMT ha optado por transformar cinco autobuses híbridos enchufables, ya disponibles en la su flota, para hacerlos cien por cien eléctricos.
Esta iniciativa desarrolla la medida 11 del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid. También supone un avance en la estrategia de electrificación que ha diseñado la empresa municipal de transportes madrileña, que a finales de 2020 prevé contar con un total de 78 vehículos de propulsión eléctrica y un Centro de Operaciones ‘eléctrico’, para lo que está remodelando y modernizando completamente la cochera del barrio de La Elipa.
Sistema innovador
Los nuevos autobuses eléctricos de la línea 76 de Madrid incorporan un sistema innovador y pionero en España, homologado tanto para vehículos como para cargadores: la recarga de oportunidad, que permite reponer rápidamente la energía de las baterías varias veces al día, durante la prestación del servicio, mientras se encuentran en las cabeceras de la ruta. De ese modo, los vehículos tienen autonomía para toda su jornada de trabajo, lo que permite utilizar baterías de menor tamaño.
El sistema de recarga de los nuevos autobuses es eficiente y seguro para los demás vehículos, pasajeros y viandantes
La carga completa de las baterías se realiza en horario nocturno en la cochera mediante un sistema conductivo, de modo que los autobuses inician su servicio con las baterías completamente cargadas.Mientras prestan servicio se recargan de manera inductiva, en las cabeceras, mediante un sistema de bobinas magnéticas, una situada en la parte inferior del autobús y otra empotrada en la calzada, por lo que no tiene ningún impacto visual en la ciudad, ya que no precisa catenarias ni pantógrafos, como la conductiva.
Se trata de un método eficiente, versátil y seguro, ya que la estación de recarga solo se activa eléctricamente cuando el sistema de control reconoce que un autobús con bobina inductiva se ha detenido encima. Al estar soterradas las conducciones eléctricas, este sistema no supone ningún riesgo para otros vehículos ni para los viandantes. Además, los autobuses están aislados para evitar radiaciones magnéticas a los viajeros.