“Las mujeres sordas son un colectivo especialmente vulnerable ante la violencia de género, hasta el punto de que algunas ni siquiera saben que están sufriendo esta violencia, cuánto menos qué pueden hacer, qué derechos tienen y qué servicios hay a su disposición” explica Concha Díaz, presidenta de la CNSE. Para Díaz, estas mujeres “necesitan una comunicación accesible que incluya la lengua de signos, y contar con mediadoras sordas debidamente formadas para que puedan seguir, acompañar y apoyarlas durante todo el proceso, así como ofrecer asesoramiento a los equipos profesionales que deben atenderlas”.
El servicio ALBA estará atendido por una experta sorda en igualdad de género
En este sentido, el servicio ALBA estará atendido por una experta sorda en igualdad de género que orientará a las víctimas de violencia de machista en sus necesidades (abogados, recursos especializados de atención a víctimas, subvenciones), hará un seguimiento de cada caso; orientará a las personas cercanas a la víctima (familia, amigas y amigos...); y actuará como consultoría para asesorar a entidades públicas y privadas que trabajan con las víctimas de violencia de género. La atención se realizará por videollamada en lengua de signos española o chat, según lo demanden las personas usuarias, de una manera totalmente anónima, y siempre preservando la confidencialidad.
El proyecto ALBA ha sido uno de los proyectos seleccionados en la VI Convocatoria Anual de Ayudas a Proyectos de Acción Social de la Fundación Mutua Madrileña, que este año celebra su XV Aniversario, dentro de la categoría lucha contra la violencia de género. Se prevé que el servicio comience a funcionar en las próximas semanas como una apuesta pionera que según ha calificado la presidenta de la CNSE “pretende arrojar luz y combatir en la medida de lo posible, esta grave situación de desventaja que tanto riesgo conlleva en la seguridad y la salud de las mujeres sordas”. A esta iniciativa se suman otras como un programa de promoción accesible de hábitos saludables, una campaña contra el micromachismo, y la formación de voluntarias para la prevención de la violencia de género en mujeres sordas, que la CNSE desarrolla desde hace años con el apoyo de su red asociativa.