La situación de la juventud española sigue siendo muy grave. Ni siquiera trabajando o completando estudios superiores una persona joven tiene garantizado tener una casa o dejar de estar en riesgo de pobreza. Esta es una de las conclusiones del informe correspondiente al segundo semestre de 2022 del Observatorio de Emancipación elaborado por el consejo de la Juventud de España (CJE).
Además, pese a la reforma laboral, el empleo joven sigue teniendo grandes problemas de temporalidad (ahora bajo la forma del fijo discontinuo), de parcialidad indeseada, de subocupación y de sobrecualificación. En lo que respecta al acceso a la vivienda, ayudas como el Bono Alquiler solo llegan a una pequeña parte de la población joven, lo cual, acompañado de las subidas en los precios del alquiler y la compraventa de vivienda, hace que las personas jóvenes vean imposible poder salir de la vivienda familiar antes de los 30 años.
La tasa de paro de las personas jóvenes seguía siendo en 2022 mucho mayor que la de la población general: del 22,2 % frente al 12,9 %. A finales del año pasado tenían una tasa de paro similar a la que se registró en 2008 con el estallido de la crisis económica y financiera. Tras la reforma laboral, se puede afirmar que la temporalidad, un problema tradicionalmente endémico de la población joven, se ha reducido considerablemente, pasando de un 55,4 % de temporalidad a finales de 2021 a un 38,9 % en el último trimestre de 2022.
Sin embargo, se disparó la contratación fija discontinua, es decir, aquellas personas jóvenes que tenían un contrato indefinido, pero sólo trabajaban, por la naturaleza de su empleo, determinados meses del año. En solo un año España pasó de tener 23.569 contratos fijos discontinuos firmados por personas jóvenes a 233.828, casi diez veces más. Además, se triplicaron los contratos indefinidos a tiempo parcial, cuando casi la mitad de las personas jóvenes bajo esta modalidad decían que preferirían tener un empleo a tiempo completo, pero no lo habían encontrado.
Un 30% de los jóvenes en situación de vulnerabilidad
En 2022, la población joven era el segundo grupo de edad con un mayor riesgo de pobreza o exclusión social de España, tan sólo superado por la infancia. El 30,2 % de personas jóvenes se encontraba en situación de vulnerabilidad.
Si este grupo poblacional tenía mayores probabilidades de ser pobre era principalmente porque el 20,6 % de las personas trabajadoras no alcanzaban los umbrales mínimos de bienestar. Entre la población ocupada de 30 a 34 años el porcentaje se situaba en el 14,8 %; entre la población de 35 a 64 años, en el 17,4 %.
A pesar de esto, la renta de los hogares jóvenes aumentó de modo generalizado entre 2021 y 2022 y, particularmente, en los hogares con menor renta; es decir, aquellos hogares con personas jóvenes emancipadas e hijos a cargo. Así, el año 2022 concluyó con un incremento salarial del 4,6 % y una recuperación de los beneficios de las pocas personas jóvenes que trabajaban por cuenta ajena. No obstante, en paralelo aumentó la cantidad de hogares jóvenes en los que no había ninguna persona trabajando (el 15,4 %, frente al 14,4 % del año anterior).
Acceso a la vivienda cada vez más difícil
Ante este panorama, para los jóvenes españoles es cada vez más difícil emanciparse. Según el Observatorio del CJE, actualmente la edad media de emancipación en España es la más alta de los últimos 20 años: 30,3 años. Durante el segundo semestre de 2022 el porcentaje de población joven que se emancipaba residencialmente se estancó y las subidas en los precios del alquiler y la vivienda hacían que para una persona joven fuera imposible emanciparse sin sobreendeudarse.
Mientras que en España la emancipación fue del 15,9 %, en la Unión Europea la tasa media de emancipación fue del 31,9 %. Una de las principales razones es que tener empleo no es suficiente para poder acceder a una vivienda. Pese a la mencionada la subida del 4,6% del salario medio de las personas jóvenes (unos 13.079,19 euros netos al año, o 1.089,93 euros netos al mes), el precio de las viviendas en alquiler lo hizo un 7,55 %.
Así, el alquiler medio de una vivienda se establecía en 912 euros, con lo cual, una persona joven tendría que dedicar el 83,7 % de su sueldo. Eso, sumado a los 141 euros que cuestan de media los suministros y servicios de una vivienda, supondrían 1.053 euros al mes, el 96,6 % de su sueldo. Es decir, sólo le quedarían 36,93 euros para adquirir alimentos, comprar ropa y gastar en ocio.