Egipto preside este año la Cumbre del Clima (COP27) en medio de una adversa situación global marcada por una triple crisis: energética, económica y geopolítica, que sin duda se dejará traslucir en el desarrollo de su agenda y en sus conclusiones. Durante dos semanas, a partir del próximo domingo y hasta el 18 de noviembre, el enclave turístico de Sharm el-Sheikh, ubicado en la costa del Mar Rojo, se desarrollará un amplio programa que incluye reuniones plenarias, mesas redondas, negociaciones técnicas, presentaciones de informes y ponencias empresariales y académicas, entre otros actos.
Se espera que la COP27 reúna a más de 35.000 asistentes entre jefes de Estado y de Gobierno, académicos, empresas y medios de comunicación, entre otros colectivos. Sin embargo, en comparación con anteriores ediciones, se prevé un importante descenso en la participación de la sociedad civil y de los activistas climáticos debido a la elección como sede de un complejo turístico de alta seguridad y a la implantación de importantes restricciones de acceso.
Una COP marcada por la crisis global
Este año, la cumbre se enfrenta al reto de desarrollar los planes para combatir el cambio climático en medio de la crisis provocada por la guerra en Ucrania, lo cual podría convertirse en un importante obstáculo para llegar a acuerdos.
De todas maneras, organizadores y expertos no esperan que en esta ocasión se alcancen nuevos compromisos, más bien, la voluntad general es llevar a la práctica los acuerdos adoptados en años anteriores. "La COP27 se ha enmarcado como una cumbre de ejecución, por lo que es poco probable que las conversaciones se centren en nuevas medidas de mitigación para reducir las emisiones, sino en cómo implementar las acciones climáticas para hacer plenamente operativo el Acuerdo de París", afirma Irene Lauro, economista medioambiental de Schroders.
Cuatro grandes áreas temáticas
Respecto a los temas que protagonizan la agenda de la COP27, giran en torno a cuatro grandes áreas: mitigación, adaptación, financiación y colaboración.
● Mitigación: Necesidad de voluntad y unión para emprender acciones contundentes y rápidas que limiten el calentamiento global muy por debajo de 2 grados, así como trabajar para mantener vivo el objetivo de 1,5 grados establecido en el Acuerdo de París.
● Adaptación: La COP27 debe instar a todas las partes a seguir avanzando en la línea de consecución del Objetivo Global de Adaptación acordado en la COP26 de Glasgow, a fin de mejorar la resiliencia y ofrecer apoyo a las comunidades más vulnerables.
● Finanzas: La financiación climática es clave para lograr los objetivos del Acuerdo de París. Con este fin, es necesario mejorar la transparencia de los flujos financieros y facilitar el acceso para satisfacer las necesidades de los países en desarrollo, especialmente de África. Los compromisos y promesas anunciados desde Copenhague y Cancún, a través de París y hasta Glasgow, requieren un seguimiento para aportar claridad sobre en qué punto nos encontramos y qué más se debe hacer. Estados Unidos propuso hace unos años que los países más contaminantes destinasen, entre todos, 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. El progreso en la entrega de ese dinero generará más confianza entre los países desarrollados y en desarrollo, lo que demostrará que se están cumpliendo los compromisos reales.
● Colaboración: Potenciar y facilitar el acuerdo en las negociaciones para que la COP27 logre resultados tangibles de manera equilibrada. El avance de la asociación y la colaboración ayudará a cumplir los objetivos y garantizará que el mundo adopte un modelo económico más resistente y sostenible, donde las personas estén en el centro de las conversaciones sobre el clima.