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"Me parece muy sensato evaluar a los profesores"

José Antonio Marina, autor del borrador del ‘Libro Blanco sobre la Función Docente no Universitaria’ ha hablado con Soziable.es sobre los principales retos a los que se enfrenta España para desarrollar un sistema educativo de alto rendimiento y adaptado a las necesidades del siglo XXI.

José Antonio Marina.
José Antonio Marina.

Dicho documento ya ha sido remitido a las comunidades autónomas y entidades del sector educativo para que puedan proponer sus aportaciones y buscar un acuerdo una vez se constituya el nuevo Gobierno, según informó el ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo. “Tengo la esperanza de que sea el principio de un debate serio sobre la profesión docente. Creo que la documentación que hemos incluido y las propuestas que hemos hecho son sensatas. Tienen que precisarse más pero recogen lo mejor que se está haciendo ahora en todo el mundo”, señala José Antonio Marina.

Entre las propuestas del borrador del ‘Libro Blanco sobre la Función Docente no Universitaria’ se incluye ampliar la formación de los profesores a siete años, con un sistema similar al ‘MIR’ de los médicos, en el que contarían con dos de prácticas, para más tarde optar a una oposición aquellos que quieran emplearse en el sistema público de enseñanza. Asimismo, la publicación propone que los profesores sean evaluados en función de los resultados de su centro o por las calificaciones y progreso de sus alumnos, y que su retribución vaya en función a esos resultados, algo que ha provocado polémica. “Se han lanzado en tromba en contra de una propuesta que me parece muy sensata, la de evaluar a los profesores”, dice el pedagogo con respecto a la reacción de algunos sindicatos. “En la docencia, como en todas las profesiones, hay excelentes, buenos y malos y tenemos que saber quiénes lo hacen bien”, agrega. En opinión de este experto “una oposición demuestra lo que demuestra en un momento dado, pero una persona puede haber sido brillante en una oposición y luego no haber dado nunca clase, o saber dar clase o no querer hacerlo, o no ponerse al día en una profesión que tiene que cambiar muy rápidamente porque el mundo cambia muy rápidamente”, subraya.

Educación de alto rendimiento

Con medidas como las propuestas en el borrador del libro blanco elaborado por el pedagogo “España podría “tener en cinco años un sistema educativo de alto rendimiento, equiparable al de Finlandia, por poner un ejemplo muy conocido”, subrayó, aunque, los resultados educativos de nuestro país no son tan malos como parece, “estamos en la media de la OCDE, cuando se considera a España entera como Estado”, matizó, en referencia a los resultados de los Informes PISA, que evalúan el rendimiento de los alumnos de 15 años en los países miembros de la OCDE y otras naciones. En opinión de Marina, esa “no es la mejor situación, en un mundo que va a ser muy competitivo”. Sin embargo, explicó, “en las clasificaciones por comunidades autónomas hay algunas que están muy bien situadas, como La Rioja, Navarra, Castilla León y Madrid”.

“Plan 5, 5, 5”

Para elevar la calidad de la educación en toda España, Marina propone lo que él denomina el “plan 5, 5, 5” porque permitirá , según sus estudios, alcanzar en los próximos cinco años un sistema de alto rendimiento a través de “cinco objetivos mensurables”, dedicando a ello el cinco por ciento del PIB.

El primero de esos objetivos debería ser “disminuir nuestra bochornosa tasa de fracaso escolar al 10 por ciento, que es lo que nos pide la UE”, subrayó Marina. La segunda meta a alcanzar sería subir 35 puntos en la clasificación PISA, algo que en opinión del pedagogo “es viable” porque lo han hecho países como México, Polonia, Corea del Sur, y en España, la Comunidad Foral de Navarra, que “en dos años ha subido 20 puntos”.

Para garantizar que todos los alumnos se beneficien de la mejora del sistema educativo, el filósofo considera imprescindible “ocuparnos de una manera eficiente y justa de los chicos y chicas con necesidades especiales, bien por que tienen dificultades de aprendizaje o altas capacidades” y “reducir las diferencias entre alumnos excelentes y malos alumnos”, tercera y cuarta meta a conseguir en el próximo lustro, dice.

Destrezas del siglo XXI

Por último, habría que integrar en el sistema lo que “empieza a llamarse destrezas del siglo XXI”, que consistirían, según explicó Marina, en “un aprendizaje profundo, muy flexible, que se pueda acomodar a saberes distintos”, y con el que se preparará a los jóvenes “para este mundo cambiante, en el que chicos y chicas van a tener que aprender continuamente”. En opinión de este pedagogo “hemos entrado en una edad del aprendizaje”, en la que vamos a estar aprendiendo siempre”. “Una parte importante de las oportunidades de aprender se canalizan actualmente a través de las nuevas tecnologías, pero la escuela se está quedando muy atrás”, lamenta el experto. Sin embargo, la educación no puede basarse solo en las TIC, siendo uno de los retos más complicados y necesarios a los que se enfrenta la escuela hoy “enseñar a construir la propia memoria, porque todo lo aprendemos con ella”, agrega. Por eso, en su opinión, es clave enseñar a los adolescentes que tienen una “memoria biológica y otra digital” y lo que han de aprender con cada una de ellas, en cada asignatura. “Eso de decir para qué voy a aprender algo si lo puedo encontrar en Internet es un disparate, si no lo entiendes, no lo vas a encontrar”, concluye.