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Como consecuencia de los efectos del cambio climático

Cruz Roja duplica su atención a personas con problemas de salud derivados de las temperaturas extremas

Cruz Roja registró en 2023 un notable incremento del número de personas atendidas como consecuencia de problemas derivados de temperaturas extremas. Tal y como informó la organización, este aumento alcanzó en 2023 el 101% en los casos de atención por olas de frío y el 67% en los de olas de calor.

Cruz Roja atendió en 2023 a 71.702 personas como consecuencia de las olas de calor.
Cruz Roja atendió en 2023 a 71.702 personas como consecuencia de las olas de calor.

El cambio climático ha generado un aumento significativo en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, que tienen impacto directo en la salud de las personas tanto a corto como a largo plazo. Las personas en situación de vulnerabilidad económica o social son particularmente susceptibles a sus efectos adversos, ya sea por el mayor riesgo que enfrentan al no disponer de recursos para mantener la vivienda a una temperatura adecuada, por la mayor prevalencia de enfermedades crónicas y su falta de adherencia terapéutica o por el aislamiento social (que también redunda en su salud mental).

De este modo, Cruz Roja registró en el último año un importante aumento del número de personas atendidas desde el área de salud en relación con esta problemática. Si en 2022 fueron cerca de 43.000 las personas que necesitaron de la ayuda de la organización para combatir las olas de calor, en 2023, con 1,3ºC por encima de la media, más de 24 días de altas temperaturas y récords históricos en 23 estaciones de la AEMET durante el día y 10 durante la noche, han provocado el incremento de contacto y seguimiento de hasta 71.702 personas (+67,07%).

En respuesta a esta situación, el pasado año la organización implementó diversas acciones tanto a nivel individual como grupal. Éstas incluyen llamadas telefónicas de información y seguimiento (con especial atención a personas mayores en situación de soledad no deseada), orientación sobre promoción y sensibilización acerca de los riesgos y consejos útiles, así como acompañamiento a recursos sanitarios y la organización de sesiones y talleres de formación y prevención.

Aunque en 2023 no hubo más que un episodio de tres días que podría considerarse ola de frío, lo cierto es que sí hubo varios con temperaturas por debajo de las habituales para la época del año, tras el paso de las borrascas Gerard, Fien y Juliette, que también se dejaron notar en la salud de las personas. En este sentido, Cruz Roja tuvo que atender a más del doble de personas que el año anterior, pasando de 21.676 a 43.672

Soledad y aislamiento

Añadido a todo lo anterior, las temperaturas extremas pueden llevar a situaciones de soledad y aislamiento que pueden repercutir negativamente en la salud de las personas por problemas de mala adherencia terapéutica, pudiendo provocar un peor control de la enfermedad, dificultar el desarrollo de actividad física, asumir patrones menos saludables de la alimentación, empeorar el ciclo de sueño y deteriorar claramente su salud emocional.

El impacto de las temperaturas extremas en la población vulnerable puede generar, por tanto, empeoramiento en su estado de salud. Por ello, Cruz Roja contacta con estas personas en los periodos de olas de calor y frío, intentando detectar precozmente los problemas que puedan aparecer. Esta población se ve muy afectada por el impacto de los determinantes sociales de la salud (las características de su vivienda, la economía, la soledad no deseada…) y en ese contacto se valoran necesidades a las que se enfrenta la persona, antes de que se genere un problema mayor, intentando dar la mejor respuesta posible que se pueda en cada situación.

Impactos en la salud

En el caso de las altas temperaturas, éstas pueden causar deshidratación, golpes de calor y agotamiento, especialmente en mayores, niños, niñas o personas con enfermedades crónicas, especialmente las cardiovasculares, respiratorias y renales, que pueden experimentar un empeoramiento de sus condiciones de salud debido al estrés térmico. 

El asma y las alergias también emporan, junto a otros problemas respiratorios, con el calor extremo, ya que las altas temperaturas empeoran la calidad del aire y los contaminantes atmosféricos. 

En cuanto a las bajas temperaturas, la hipotermia, especialmente en personas sin hogar, es uno de los grandes problemas de salud. Igualmente, el frío extremo puede aumentar la presión arterial y reducir la capacidad pulmonar, volviendo a perjudicar especialmente a quienes sufren enfermedades cardiovasculares y respiratorias. 

El hielo y la nieve aumentan el riesgo de lesiones por caídas, especialmente entre quienes tienen problemas de movilidad reducida, que se enfrentan a superficies anormalmente resbaladizas. 

Todo ello, además, provoca el aislamiento de la persona para evitar el calor o frío exterior y aumenta tanto el estrés como la ansiedad por mantenerse frescos o abrigados (según la época del año) y seguros, incidiendo en la salud mental.