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Michael Stausholm, fundador de la empresa de lápices plantables Sprout World

“No pretendemos salvar el mundo, pero buscamos inspirar acciones y transacciones más ecológicas”

Sprout World es una firma que produce lápices que pueden plantarse cuando dejan de usarse para escribir, ya que que llevan semillas en su interior. Su fundador, Michael Stausholm, explica cómo productos sostenibles como éste contribuyen a hacer más ecológico el sector del merchandising y el regalo promocional.

Michael Stausholm, fundador de la empresa de lápices plantables Sprout World.
Michael Stausholm, fundador de la empresa de lápices plantables Sprout World.

Muchos obsequios promocionales son de plástico y contaminantes, por lo que una alternativa sostenible pueden ofrecerla artículos sostenibles como el lápiz plantable de la empresa Sprout World, según indica su fundador Michael Stausholm, quien explica la aportación de este tipo de productos a hacer más ecológico un sector que solo en Estados Unidos mueve más de 21.000 millones de dólares.

“Parece que ha habido una carrera de la industria de la promoción, donde lo único que importa es el precio y la cantidad, sin tener en cuenta la huella ambiental del artículo promocional tanto antes como después de su uso”, señala el fundador de Sprout World. Debido a ello, agrega, “el plástico es un gran problema” de este sector, ya que “la mayor parte de la mercancía hoy en día se produce en Asia en condiciones de trabajo terribles y con productos químicos dañinos”, y cita como ejemplo de ello muchos bolígrafos de plástico de los que “se venden 135 millones en todo el mundo cada día”.

“La industria del merchandising de las marcas puede perder impulso, si no la adaptamos al creciente número de consumidores conscientes que exigen más sostenibilidad y transparencia”

Sin embargo, aunque “a todos nos gusta recibir un regalo físico de una empresa”, afirma el empresario, “esto está comenzando a cambiar ligeramente” porque “muchos de nosotros comenzamos a pensar: ¿Realmente necesito este bolígrafo, llavero o imán? ¿De qué está hecho y cómo se produce?”. Por eso el fundador de Sprout World considera que “la industria del merchandising de las marcas es un negocio que puede perder impulso, si no lo repensamos y adaptamos al creciente número de consumidores conscientes que exigen más sostenibilidad y transparencia”.

Una forma de hacerlo es “ofrecer una alternativa que es más original y más sostenible”, como hace esta firma con su lápiz plantable Sprout, del que lleva vendidos 25 millones de unidades en todo el mundo, lo que equivaldría, potencialmente, a una cifra similar de nuevas plantas y flores, ya que así “empujamos lentamente a la industria hacia un medio ambiente más verde”, dice el empresario. Muestra de ello son empresas como Nestlé, Marriott, Coca Cola, Disney IKEA,Toyota, Guess y Porche, que graban su logotipo y usan su lápiz como obsequio de marca o para dar a conocer sus iniciativas sostenibles

Obsequios con valores

“Hoy, un obsequio no es solo un obsequio. Cuando le pones tu nombre, te guste o no, dejas un mensaje. Tus valores están expuestos por todo lo que proviene de tu empresa”, prosigue Stausholm, por ello su compañía opta por elaborar “productos 100 naturales y bajo condiciones seguras tanto en Europa como en Estados Unidos”.

Con el lápiz Sprout se pueden plantar hierbas y flores gracias a las semillas que lleva en su interior.

Ante el aumento de la demanda de productos sostenibles como regalo de marca por parte de las empresas, que representa el 80 por ciento de las ventas de Sprout World, esta firma ha lanzado otro artículo de esas características que ya ofrece una compañía aérea: The Sprout Spoon, una cuchara personalizable sin plástico con una bolsita de té integrada que puede desecharse “en un recipiente compostable porque es 100% biodegradable”.

La creación de este artículo requirió un trabajo de desarrollo del material de cuatro años, ya que “reemplazar el plástico no es fácil”, explica el fundador de esta empresa, quien subraya la cantidad de residuos de este tipo que dejarían de generar empresas como las aerolíneas incorporando cucharas o agitadores más sostenbiles.

Para Stausholm, estas “pequeñas acciones cuentan”, ya que es una forma de “impulsar a las empresas y la industria del merchandising en una dirección mejor”. “No pretendemos salvar el mundo, pero buscamos inspirar acciones y transacciones más ecológicas”, concluye el empresario.