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2 de mayo, Día Mundial contra el acoso escolar

¿Qué hacer si es tu hijo el acosador?

El programa finlandés anti-bullying KiVa hace hincapié en la necesidad de dotar de habilidades a los niños que ejercen el rol de acosadores para que puedan expresar sus sentimientos de otra forma.

Pocos  padres se preguntan si sus hijos acosan al resto de los alumnos.
Pocos padres se preguntan si sus hijos acosan al resto de los alumnos.

Uno de los principales miedos que tienen los padres cuando sus hijos comienzan a acudir al colegio es si estos sufrirán acoso, pero son pocos los padres que se preguntan si serán sus hijos los que acosarán al resto de los alumnos. ¿Qué pueden hacer los padres de menores que se encargan de acosar a otros niños en el colegio?

El programa educativo finlandés KiVa, implementado en España en Brains International School, es un método novedoso para la prevención e intervención del acoso escolar. KiVa pone el foco de atención en los llamados ‘observadores’, niños que no son ni víctimas ni agresores pero que presencian los episodios de acoso y que con su indiferencia apoyan de forma indirecta este tipo de actitudes. Este programa también hace hincapié en la necesidad de dotar de habilidades a los a los niños que ejercen el rol de acosadores para que puedan expresar sus sentimientos de otra forma.

Según Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de orientación del grupo Brains International Schools, “el acoso escolar deja fuertes secuelas en sus víctimas, algunas de ellas de por vida. No obstante también debemos centrarnos y dotar de herramientas a aquellos niños que ejercen la posición de acosadores. No sabemos lo que se esconde detrás de ellos y en muchas ocasiones necesitan tanto o más apoyo psicológico como las víctimas del acoso escolar”.

Según este método, habría cinco claves para reeducar a los niños que practican el acoso escolar:

Aceptación del acoso escolar: la mayor parte de las veces es una llamada del centro educativo quien alerta a los padres de que su hijo podría estar acosando a otros alumnos. La reacción más habitual de los padres suele ser la incredulidad ante esta situación, o incluso la negación. En muchas ocasiones, los padres suelen restar importancia y minimizar este hecho. No podrán ayudar a su hijo si no reconocen que podría estar acosando a otros niños.

Comprensión de la situación: los niños acosadores suelen negarlo, se hacen los mártires y echan la culpa a sus víctimas. Por tanto, es muy importante que los padres le hagan saber que son conocedores de la situación. En este sentido, deben advertirle de que se trata de un hecho muy grave y que no tiene ningún tipo de excusa posible. Este también será el momento de establecer límites y consecuencias.

Resarcir los daños causados: el siguiente paso será inculcar en el niño acosador la necesidad de disculparse y pedir perdón a sus víctimas. No se trata de que los dos niños se conviertan en los mejores amigos, pero sí de disculparse por el daño ocasionado y dejar muy claro que esta situación no se va a volver a repetir.

Buscar las causas: no hay una única causa por las que un niño pueda estar acosando al resto. Puede deberse a la influencia de malas amistades, falta de límites o incluso puede ser que se trate de un niño al que acosaron y ahora sea él quien esté practicando el rol de acosador. No obstante, quizás los padres deban recurrir a un especialista que los ayude comprender las verdaderas causas que se esconden detrás de este patrón de comportamiento y a establecer los cambios que deban realizarse.

Control: una vez abordado el caso, la labor como padres debe continuar para asegurarse de que el niño no vuelva a repetir este tipo de comportamientos. En este sentido, pueden pedirle a algunos padres de la misma clase que le pregunten a sus hijos por el comportamiento de su hijos en relación a otros alumnos.