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De enero a junio se ha quemado un 20% más de superficie sobre la media de los últimos de 10 años

Cambio climático y abandono rural: el cóctel perfecto para los incendios forestales

Los incendios forestales han calcinado ya en lo que va de año 44.000 hectáreas en España, lo que supone la tercera cifra más alta de la década. Los fuegos son cada vez más rápidos e intensos, dicen los expertos, y a los factores de riesgo tradicionales se añaden ahora fenómenos como el cambio climático y el despoblamiento rural.

Estamos ante un verano de alto riesgo en cuanto a incendios forestales. Los datos que ya maneja el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación indican que entre enero y junio de este año se quemó un 21 por ciento más de superficie respecto a la media de los últimos 10 años. “Solo en el mes de junio, tan seco y tan caluroso, ha habido cinco grandes incendios forestales en los que han ardido más de 13.000 hectáreas y esto es bastante atípico”, adviere Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.

“El fuego hoy en día es el amo de nuestros bosques, hace lo que quiere con nosotros”, así se expresaba recientemente en un artículo de prensa el presidente de la Fundación Pau Costa, Oriol Vilalta. El responsable de I+D de esta entidad, Jordi Vendrell, incide en esta idea: “El fuego forestal es el actor que más está moldeando nuestros paisajes”. Y lo argumenta así: “Fuegos como el de Tarragona, que queman 6.000 hectáreas en una tarde, actúan más sobre el paisaje que cualquier otro agente”.

La Fundación Pau Costa nació hace ocho años para unir en la lucha contra el fuego a bomberos forestales, investigadores, universidades, desarrolladores de tecnología y empresas, desde una perspectiva multidisciplinar y global. Lleva el nombre de uno de los bomberos que emprendió el proyecto y que murió junto a cuatro compañeros intentando apagar un fuego.

Oriol Villalta (F. Pau Costa): “El fuego hoy en día es el amo de nuestros bosques, hace lo que quiere con nosotros”

En la fundación tienen claro que los incendios son ahora mucho peores debido al cambio climático y al éxodo rural y aunque se hayan invertido muchos recursos en extinción no se está solucionando el problema. “Países del centro y el norte de Europa, que antes no tenían tanto riesgo de incendios ahora sí lo tienen debido al cambio climático. Mientras que los países mediterráneos, que somos más vulnerables al calentamiento global, estamos viendo cómo los incendios se están haciendo aún más rápidos e intensos”, indica Vendrell.

De la misma opinión es el responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace, que señala: “En el cóctel de causas que están haciendo que los incendios forestales sean más virulentos, el cambio climático juega un papel fundamental, ya que genera unas condiciones muy difíciles para la extinción”. En este sentido, Soto añade: “Lo hemos podido ver en los incendios de Tarragona o de Toledo, que solo se pudieron apagar cuando remitió la ola de calor”.

Pero el cambio climático no es un fenómeno local sino global. Es algo en lo que la Fundación Pau Costa hace hincapié y, por tanto, consideran clave introducir la perspectiva global en la lucha contra los incendios forestales: “Ningún gobierno o administración tiene suficientes medios para combatir estos incendios, por tanto siempre será necesario que entre todos nos ayudemos. Por eso es importante que haya estándares de formación, de capacitación, de comunicación que permitan que incluso bomberos de distintas nacionalidades puedan trabajar juntos. Este es uno de los retos que tenemos para el futuro”.

Territorio vacío

Ambos expertos coinciden también en que el hecho de que amplias zonas del territorio hayan quedado sin población ni actividad humana es otra de las causas de este nuevo escenario de mayor riesgo. “El despoblamiento rural ha generado un espacio vacío que ha sido colonizado por la vegetación. Cuando llega el fuego, se encuentra con una masa forestal sin fragmentación, que actúa como un combustible continuo, y no hay una población interesada en el cuidado de ese entorno”, describe Soto.

Por ello, los reponsables de la Fundación Pau Costa abogan por un nuevo modelo de prevención basada en una gestión sostenible del bosque. “Sería necesario extraer una cuarta parte de la biomasa que generan los bosques. El problema es que esto no es rentable para el propietario del terreno. Le puedes obligar a hacer una tala o un desbroce pero le va a salir carísmo y no lo va a poder vender porque no tiene valor en el mercado”, sostiene Vendrell, para quien es bueno repoblar, pero no es suficiente: “Lo que hay que conseguir es, sobre todo, un paisaje que sea rentable y sostenible, que la gente pueda vivir de él”.

M. A. Soto (Greenpeace): “El despoblamiento rural ha generado un espacio vacío que ha sido colonizado por la vegetación.

Además de mejorar en las labores de extinción y prevención, los técnicos de Greenpeace y la Fundación Pau Costa remarcan la necesidad de avanzar en un concepto quizá no tan oído como los dos primeros, que es la autoprotección. “Miles de turistas se alojan cada verano en campings o urbanizaciones que están en el medio forestal. Estas personas deberían tener un entrenamiento y unas nociones mínimas para saber qué hacer en caso de incendio forestal”, razona Vendrell.

Soto, por su parte, defiende que la autoprotección es una responsabilidad de todos: “La idea de la autoprotección y de valorar el riesgo es algo que no hemos interiorizado. Es una responsabilidad de cada vecino, de cada urbanización, de cada pueblo: hay que prever que el fuego puede llegar y hace falta formación para la prevención”.

A esta necesidad vital de formación ya ha empezado a responder la Fundación Pau Costa con el programa ‘Mefytu’ (‘Mediterráneo, Fuego y Tú’), con el que está recorriendo numerosos centros escolares.