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Ricardo Torrijo, portavoz de la AEMET

“No podemos predecir cuándo se producirán sequías graves, ni cuál va a ser su duración”

La especial gravedad del actual período de sequía que se está viviendo en amplias zonas de España está haciendo saltar las alarmas, sobre todo, por las graves consecuencias que tiene para sectores socioeconómicos fundamentales en la producción de alimentos. Ricardo Torrijo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, explica a Soziable.es algunas claves sobre este fenómeno y su posible relación con la crisis climática.

El actual proceso de sequía grave comenzó en el invierno de 2022.
El actual proceso de sequía grave comenzó en el invierno de 2022.

La sequía que afecta a amplias zonas de la geografía española está protagonizando numerosos titulares en los medios de comunicación debido a su especial gravedad. A la insuficiencia de precipitaciones se suman temperaturas anormalmente altas para esta época del año, lo cual provoca que las consecuencias de la escasez de agua sean todavía más graves, especialmente para sectores esenciales en la producción de alimentos debido a la pérdida masiva de cultivos.

Sobre las causas de este tipo de fenómenos, Ricardo Torrijo, meteorólogo portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), explica que “en estas latitudes las sequías son fenómenos cíclicos". Según aclara, "en España cada década solemos sufrir una sequía de larga duración y una de las últimas se produjo entre el año 2005 y 2009". "Precisamente el año 2005 destacó por ser el de menor precipitación desde 1931”, añadió.

En lo que respecta a la actualidad, “llevamos tres meses en los que las precipitaciones son especialmente escasas" y "esto ya se está haciendo notar en los cultivos de cereal, si sigue así durante unas semanas más, podría incluso llegar afectar plantas leñosas más resistentes como la vid y el olivo”, advirtióTorrijo.

Es imposible predecir la duración de la sequía

Según los datos actualizados de AEMET, el actual proceso de sequía grave comenzó en invierno de 2022, es decir, se ha alargado más de un año. En este sentido, Torrijo insistió en que no puede predecirse cuál va a ser su duración. “En España es bastante frecuente que tengamos una primavera y un verano secos, lo que es menos probable es que esos períodos secos se concatenen y se alarguen durante mucho tiempo. De todas formas, no podemos predecir cuándo se producirán estas sequías graves, ni cual va a ser su duración”, indicó.

La sequía se ha agravado especialmente en el primer trimestre de este año.

Influencia del calentamiento global

Respecto a si el fenómeno del calentamiento global tiene una alguna influencia en el aumento de la frecuencia y duración de las sequías en España, Torrijo es más cauto a la hora de hacer afirmaciones categóricas. Con los datos aportados por los modelos climáticos y las series históricas, hay "un consenso general y muy claro" en cuanto a que las temperaturas están subiendo en todo el planeta. Sin embargo, “en lo que respecta a los datos de precipitaciones, no ofrecen una consistencia tan clara que permita establecer que existe una tendencia. Además, varían por zonas. Hay cuencas hidrográficas que apuntan ciertas tendencias y otras que no”, matizó Torrijo.

De todas maneras, continuó, “los modelos climáticos apuntan a que en las próximas décadas habrá más periodos secos y quizá sean más intensos". En su opinión, "es cierto que se percibe una disminución de precipitaciones, pero no se trata de una disminución general que sea significativamente estadística, sino que la actual escasez de precipitación está más relacionada con las sequías cíclicas propias de nuestro clima y de momento no podemos afirmar rotundamente que tenga relación causal directa con el proceso de calentamiento global”.

Sin embargo, no duda en afirmar que existe una relación directa entre el incremento de las olas de calor y el calentamiento global. “Esa tendencia sí se corrobora con las observaciones y, además, las olas de calor contribuyen al estrés hídrico y a agravar las consecuencias de la sequía”, afirmó.

Aceleración del proceso de desertificación

Además, la combinación de largos períodos de escasa precipitación y de anomalías térmicas contribuye a acelerar la desertificación. En España existen amplias zonas potencialmente afectadas por dicho proceso. Más de dos terceras partes del territorio español pertenecen a las categorías de áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas.

En este sentido, Torrijo señaló que, “según las mediciones realizadas periódicamente, estas zonas áridas, con muy escasa precipitación están en un claro proceso de crecimiento y cada vez son más amplias". En este caso, aseguró que "sí puede afirmarse que a ello contribuye claramente el calentamiento global, porque las altas temperaturas incrementan el estrés hídrico y la evaporación en esas zonas, que pasan de tener un clima estepario a tenerlo desértico”.