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Madrid acoge el IV Encuentro Nacional de Escuelas de Segunda Oportunidad

Escuelas de Segunda Oportunidad para no dejar a nadie atrás

‘No dejar a nadie atrás’ es el lema de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Esta frase resume a la perfección el espíritu que dio vida a las escuelas de segunda oportunidad (E2O): un modelo de formación nacido para rescatar a los jóvenes que por distintas circunstancias han quedado fuera del sistema educativo y el mercado laboral.

Jóvenes participantes en un Encuentro de Escuelas de Segunda Oportunidad, en Sevilla.
Jóvenes participantes en un Encuentro de Escuelas de Segunda Oportunidad, en Sevilla.

A la edad de 15 años, Abdellah Laroussi llegó desde Marruecos de manera irregular. Fue internado en un centro para menores inmigrantes no acompañados. Allí le dijeron que si quería aprender un oficio lo mejor que podía hacer es acudir a una escuela de segunda oportunidad. Así fue como ingresó en el centro Norte Joven en Villa de Vallecas, donde cursó un taller de cocina y se sacó el título de la ESO española. Ahora tiene 31 años y trabaja como educador social en el mismo centro de menores donde él pasó los tres primeros años de su vida en España.

“Norte Joven lo ha supuesto todo para mí. Llegué con 15 años. Un adolescente con esa edad se puede perder y tomar el camino erróneo si no recibe una buena orientación. Los educadores de Norte Joven me orientaron y tuvieron mucha paciencia conmigo. Podrían haberme expulsado del centro en cualquier momento porque yo era muy rebelde. Les costó mucho esfuerzo pero gracias a ellos he seguido formándome, he encontrado trabajo y he salido adelante”, relata Abdellah.

Abdellah Laroussi: "Gracias al esfuerzo de los educadores he seguido formándome, he encontrado trabajo y he salido adelante”

Norte Joven es un ejemplo de Escuela de Segunda Oportunidad (E2O), un innovador modelo pedagógico dirigido a jóvenes sin formación ni empleo de entre de 15 y 29 años a los que se les propone un itinerario personalizado para aprender competencias básicas y laborales, con prácticas en el mundo empresarial, y un apoyo para responder a sus necesidades sociales con una especial atención a los más vulnerables.

“Las escuelas de segunda oportunidad ayudan a los jóvenes que se han quedado fuera del sistema educativo a que se vuelvan a reenganchar y que adquieran la mejor formación posible para seguir estudiando o acceder a un empleo”, explica Marta Martínez, vicepresidenta de la asociación española de E2O.

“Hay chavales que no acceden o se quedan fuera del sistema educativo por que son inmigrantes recién llegados, por su situación personal, familiar o por toda una serie de circunstancias”, explica Puri Ruiz, educadora del Centro Norte Joven en Villa de Vallecas. Las escuelas de segunda oportunidad vuelven a ofrecer a estos jóvenes ese tren que no han podido coger y les proporcionan una formación integral, pues no solamente se les enseña un oficio sino que también se trabajan las competencias desarrollo personal y social así como la parte académica. “Son un rescate que les llega cuando están a la deriva”, afirma Ruiz.

Las E2O unen sus fuerzas

Hace cuatro años, media docena de estas entidades decidieron crear la Asociación Española de Escuelas de Segunda Oportunidad para compartir sus inquietudes, y unir sus fuerzas para dar a conocer su innovador modelo a la sociedad. A lo largo de este tiempo la asociación ha multiplicado su tamaño por seis: ahora forman parte de ella 36 entidades, 750 profesionales y 7.500 jóvenes. “Podemos encontrar soluciones colaborativas e innovadoras a problemas muy complejos como son el abandono escolar y el desempleo joven: esta es la idea más importante de la asociación”.

En colaboración con la Fundación Tomillo, la asociación organiza, los próximos días 2 y 3 de abril en Madrid, el IV Encuentro Nacional de Escuelas de Segunda Oportunidad bajo el lema #GenerandoTalento. El encuentro, que contará con la presencia de la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celáa, y de otros representantes de la administración, reunirá a 450 participantes entre jóvenes alumnos, equipos docentes, representantes de administraciones públicas, del sector empresarial, educativo, académico y social.

A día de hoy, la Asociación Española de Escuelas de Segunda Oportunidad (E2O) agrupa a 36 entidades, 750 profesionales y 7.500 jóvenes

“El encuentro tiene como fin principal dar a conocer este movimiento colaborativo y poner delante de todos que hay otro modelo para trabajar con jóvenes en el marco de la educación y del empleo que funciona”, subraya la vicepresidenta de la Asociación de E2O, quien añade: “También tiene otro fin que es que jóvenes procedentes de distintos puntos del país participen en actividades especialmente diseñadas para ellos, conozcan a otros jóvenes de otras escuelas de otros puntos del país con situaciones muy similares y elaboren un manifiesto en el que expresen con sus palabras lo que piden, lo que quieren”.

El evento cuenta con el patrocinio de la Comunidad de Madrid, Obra Social “la Caixa”, Fundación Orange, Johnson & Johnson y J.P. Morgan y con la colaboración de la Agencia para el Empleo y el apoyo de Coca Cola, Vips, Ginos, L’Oréal, Eduqatia.

El fracaso no es la última palabra

“No es el sistema educativo el que nos ha dado una segunda oportunidad, somos nosotros los que se lo hemos dado”. Esta frase, incluida en el manifiesto que los jóvenes aprobaron y leyeron en la clausura del último encuentro de las E2O, expresa muy bien el contexto en el que han nacido estas escuelas. Martínez abunda en esta idea: “Siempre imputamos el fracaso al joven, que  parece que es el culpable. Pero es el sistema el que falla cuando hay jóvenes que se quedan fuera. Algo está pasando cuando un joven no puede acceder a una FP básica o no puede obtener el título de la ESO”.

“No es el sistema educativo el que nos ha dado una segunda oportunidad, somos nosotros los que se lo hemos dado”, dicen los jóvenes de las E2O

Por eso, lo que necesitan para reengancharse a los estudios o a la vida laboral es, como describe la educadora Puri Ruiz, un itinerario lo más personalizado posible: “No es que aprendan un oficio y ¡adiós! Se trabaja mucho desde el afecto para que puedan recuperar la motivación. Nuestro papel es estar muy receptivos y atentos a las necesidades que puedan tener y trabajar al mismo tiempo su autonomía y su madurez”.

Ruiz, de hecho, es la primera persona con la que los chicos entran en relación cuando llegan al Centro Norte Joven de Villa de Vallecas. Es ella quien les enseña las instalaciones, les hace las primeras entrevistas y detecta las primeras necesidades. Es la figura de referencia para ellos en todo. “Sus éxitos son nuestros éxitos. A mí me aportan mucho a nivel humano porque aprendo mucho de ellos. Esas caras, esas miradas, esa complicidad, ese agradecimiento callado... “, expresa la educadora que es testigo de cómo, una vez que los jóvenes terminan su formación y dejan el centro, el vínculo con ellos se mantiene durante años.

Con frecuencia, los antiguos alumnos vuelven de visita al centro y valoran la huella que los educadores les han dejado. De este modo lo expresa el antiguo alumno Abdellah: “Recuerdo a todos: A María, la trabajadora social, que tuvo mucha paciencia con mis faltas de asistencia  y mi rebeldía; al profesor de Cocina, Diego,  que supo sacar lo mejor de mí; y a Raúl, mi profesor de Secundaria. Todos pusieron mucho esfuerzo e interés para que yo saliera adelante”.