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Estudio ‘Women Matter España: Tramos pendientes’, de McKinsey & Company

Solo seis de cada 100 CEO en España son mujeres

Aunque España ocupa la sexta posición en términos de paridad de género en la Unión Europea, uno de los mayores desafíos consiste en pasar de atraer el talento femenino a elevarlo. En el estudio ‘Women Matter España: Tramos pendientes’ de McKinsey & Company se expone que solo seis de cada 100 CEO son mujeres en la empresa en España y que solo un 17% de mujeres ocupa el cargo directivo que reporta a la dirección general.

España ocupa la sexta posición en términos de paridad de género en la Unión Europea.
España ocupa la sexta posición en términos de paridad de género en la Unión Europea.

Aunque la lucha por eliminar el techo de cristal en el ámbito laboral está más presente que nunca, este sigue existiendo, especialmente en las posiciones de liderazgo. Según el estudio ‘Women Matter España: Tramos pendientes’, elaborado por McKinsey & Company y en el que han participado 45 empresas que emplean a más de 300.000 personas en España y Portugal, España se sitúa en el sexto puesto en igualdad de género de la Unión Europea con solo un 6% de mujeres en posición de dirección general, 17% de mujeres en posiciones N-1 que reportan directamente al CEO y un 33% de consejeras, en comparación con el 8%, 21% y el 31% de la media europea, respectivamente.

El 85% de las mujeres cree en poder ascender en igualdad de condiciones al comienzo de su trayectoria

El informe señala que las mujeres consideran que cuentan con menos oportunidades de promoción que los hombres, con un 64% de mujeres que ve igualdad entre ambos géneros frente al 76% de hombres. En cuanto a la promoción interna, el 92% de las mujeres considera que avanzar en su carrera es importante, cifra muy similar a la de los hombres (91%), pero su confianza en la igualdad de oportunidades disminuye a lo largo de la carrera profesional. Asimismo, un 85% de las mujeres cree en poder ascender en igualdad de condiciones al comienzo de su trayectoria en una empresa, frente al 88% de los hombres. Siguiendo en esta línea y preguntadas sobre sus expectativas de ascender a puestos de alta responsabilidad, el 36% de mujeres aspira a puestos de posiciones directivas, frente al 43% de hombres.

Gloria Macías, socia de McKinsey & Company y colíder del estudio, explicó que “además de los beneficios evidentes en términos de igualdad de género, está demostrado que el liderazgo femenino tiene un impacto positivo en el bienestar de los empleados, ya que las altas directivas ponen un mayor énfasis en el desarrollo profesional del equipo, el acompañamiento a empleados de menor antigüedad, el bienestar de los trabajadores y la flexibilidad laboral”. Y añadió que el 79% de empleados de empresas con alto porcentaje de liderazgo femenino se muestra satisfecho con su organización, frente al 65% de satisfacción de empresas con escasa presencia de mujeres en los altos cargos.

Claves del desarrollo profesional femenino

El análisis de McKinsey indica que, para adaptar el panorama actual a las necesidades de desarrollo laboral de las mujeres, es importante tener en cuenta cinco factores clave: la flexibilidad, con medidas como el ajuste de horarios para poder adaptar la productividad a las necesidades de cada empleado; el uso de ejemplos a seguir, demostrando que es posible llevar un estilo de vida sostenible teniendo un alto cargo; el asesoramiento, impulsando programas para que los empleados aprovechen todos los recursos disponibles para un mayor desarrollo laboral; el salario competitivo, que conseguirá atraer y retener el talento; y el reconocimiento, recompensando a los trabajadores por el buen trabajo realizado.

“Para tener a más mujeres en puestos directivos no hace falta que las empresas lancen muchas iniciativas, sino que se centren en lo que sabemos que funciona: ofrecer oportunidades de desarrollo exigiendo resultados, dar flexibilidad en sentido amplio y apoyar en momentos clave de la carrera profesional, especialmente en ese primer salto a responsabilidades directivas que suele coincidir con la maternidad”, apuntó María del Mar Martínez, socia senior y responsable global de Diversidad, Igualdad e Inclusión (DE&I) en McKinsey & Company.

Estas medidas DE&I no son solo elementos de apariencia para la empresa, sino que son factores clave para las empleadas. El 56% de las mujeres considera que ser reconocidas y recompensadas por su trabajo es el factor más importante a la hora de decidir unirse a una organización o permanecer en ella, mientras que el 53% de las mujeres menores de 40 años estaría más interesado en promocionar a puestos superiores si vieran que los directivos de sus empresas tienen estilos de vida razonables.

Con respecto a los top performance en diversidad, el estudio pone de relieve que estas compañías cuentan con un 40% de representación femenina en posiciones de alta dirección. Entre las medidas que aplican se encuentra favorecer un entorno de trabajo inclusivo, solidario y con vocación de ayuda en la conciliación laboral y familiar. Un 80% de las top performance cuenta con horario flexible, 20 puntos por encima del resto.

“Las organizaciones que destacan son aquellas que apoyan no solamente la diversidad sino también la inclusión, promocionando de manera consistente una cultura de apoyo que incluya aspectos como el bienestar de los empleados. En este sentido, ponen en marcha formaciones específicas para integrar el bienestar entre los objetivos de los equipos”, señaló Amaia Noguera, socia de McKinsey & Company y líder de la práctica de personas, organización y performance en España y Portugal.