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Crisis humanitaria en India

India registra más de 400.000 contagios y 4.000 muertes diarias por la COVID-19

India se enfrenta a una crisis humanitaria sin precedentes y a una situación sanitaria dramática, que se agrava en medio de una segunda ola de contagios, iniciada en el pasado mes de marzo, y que la propia OMS ha calificado como "más que desgarradora”.

Niño indio protegido con mascarilla
Niño indio protegido con mascarilla

El país asiático registra más de 400.000 contagios y más de 4.000 muertes por día por la COVID-19. Las restricciones impiden el trabajo y el acceso a alimentos de la población más empobrecida. Una situación “más que desgarradora”, según advirtió el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Thedros Adhanom, durante una rueda de prensa.

En India, viven alrededor de 1.400 millones de personas, una sexta parte de la población mundial, por lo que se enfrenta al reto de ser uno de los países más grandes y poblados del mundo en medio de la pandemia. Así, se ha generado una saturación hospitalaria muy crítica, donde el oxígeno, fundamental para tratar a los enfermos, escasea. Ante la ocupación de camas hospitalarias, las personas enfermas fallecen a las puertas de los hospitales, ya que se ven obligadas a esperar fuera de los centros de salud para ser internados.

En este sentido, la OMS, según indicó su director general, está haciendo allí “todo lo que está en sus manos”, movilizando equipamiento y enviando ayuda que incluye botellas de oxígeno, hospitales móviles prefabricados y material de laboratorio”, al tiempo que ha llamado a la movilización urgente de recursos para ayudar a la India.

No obstante, según alerta la Fundación Fontilles, que lucha contra la lepra y otras enfermedades olvidadas mediante proyectos de cooperación sanitaria internacional, la incidencia real de la COVID-19 puede ser “mucho mayor de la que se informa” tanto en contagios como en fallecimientos, como consecuencia de la realización de “pruebas insuficientes” y de la debilidad del sistema nacional de salud.

En el último mes, India registró 9,8 millones de contagios y 84.018 muertes. La crítica situación del país ha movilizado la ayuda internacional de decenas de países en forma de respiradores, medicamentos y elementos para fabricar vacunas. Sin embargo, la escasez de material médico sigue en el origen de cientos de muertes evitables, según reporta Reuters. 

La ayuda internacional llega a la India

Países, voluntarios, ONGs, entidades privadas y la sociedad civil se está volcando en ayudar al país asiático para tratar de aliviar el sufrimiento de los más desfavorecidos.

Durante este mes, el Gobierno de España ha hecho entrega de material médico a la India para abordar la segunda ola de COVID-19 que está pasando el país, que, según el Ministerio de Sanidad, registra, en la actualidad, “el índice mundial más alto de casos positivos, una media de 380.000 contagiados diarios y el tercero en fallecimientos, por detrás de Estados Unidos y Brasil”.

De esta manera, en respuesta al llamamiento de ayuda internacional realizado por India el pasado 23 de abril a través del Mecanismo Europeo de Protección Civil, España ha enviado un total de 167 respiradores y 121 concentradores de oxígeno, además de consumibles como filtros y mascarillas por un monto aproximado de dos millones de euros.

La Unión Europea, por su parte, también confirmó su disposición a ayudar y, por el momento, han contribuido países como Suecia, con 120 respiradores; Portugal, con más de 5.500 viales de Remdesivir y 20.000 litros de oxígeno a la semana; Luxemburgo, con 58 respiradores; Irlanda, con 700 concentradores de oxígeno, un generador de oxígeno y más de 360 respiradores; Bélgica, con nueve mil dosis de antivirales Remdesivir; y Rumanía, con 80 concentradores de oxígeno y 75 botellas de oxígeno.

Hasta 40 países como Australia, Alemania, Rusia, Singapur o Canadá han enviado también oxígeno y material médico, a quienes se ha sumado Estados Unidos con un cargamento de suministros médicos por valor de más de 100 millones de dólares.

Asimismo, desde España, se ha realizado otro envío de 400 respiradores y 200 concentradores de oxígeno por cuenta de las organizaciones Fundación Vicente Ferrer y Open Arms con el apoyo de agentes de la sociedad civil y la Generalitat de Catalunya.

Mientras, la aseguradora de salud, DKV, que también colaboró en este envío, ha aportado su granito de arena recaudando fondos para destinarlos al proyecto de la Fundación Vicente Ferrer ‘Oxígeno para la India’, puesto en marcha ante el veloz aumento de contagios severos de COVID-19 y ante la necesidad de dotar a su hospital de Bathalapalli de un generador de oxígeno. Y es que este hospital ha sido designado como el hospital de referencia de este virus por el Gobierno indio.

La Fundación Vicente Ferrer está concentrando sus esfuerzos en atender a los pacientes con síntomas más severos y en concienciar en las aldeas sobre las medidas de prevención y la importancia de la vacunación para hacer frente a esta nueva ola, según informó su director en España, Asensio Rodríguez.  

Según Cruz Roja, “solo una de cada 66 personas en India ha recibido la vacuna”, lo cual refleja que se trata de una situación “lejos de acabarse”. Una institución que está apoyando a las autoridades sanitarias con equipamiento y servicios especializados, incluyendo concentradores de oxígeno, ventiladores, medicamentos, servicios de transfusión de sangre, test y vacunas.

Aunque el coronavirus infecta a todos los sectores de la sociedad por igual, en el contexto indio, las personas que no tienen ahorros son las más afectadas, explica la Fundación Fontilles, que atribuye la situación a que la mayoría de la población empobrecida trabaja en la economía sumergida o informal, lo que le impide tanto acceder a subsidios como generar recursos económicos para comprar alimentos. Así, para los sectores más pobres, “la comida se convierte en una preocupación primordial por encima de su propia salud”.

Ante esta situación, esta Fundación ha puesto en marcha un proyecto junto con la organización local Shanta Jeeva Jyothi (SJJ), con la que trabaja desde 2012, orientado a la distribución de paquetes de ayuda alimentaria a las personas migrantes desempleadas y a sus familias, la distribución de alimentos cocinados a través de cocinas comunitarias para trabajadores en cuarentena, la distribución de desinfectantes y mascarillas y la mejora del acceso al agua potable y el uso de pastillas potabilizadoras.

Y es que a medida que se imponen los confinamientos en la India para detener la propagación del coronavirus, la mayoría de las fábricas y negocios cierran, dejando a millones de personas sin trabajo, quedándose sin medios de subsistencia.

Frente a la gravedad de lo que está ocurriendo, entidades como Cáritas India ha hecho un llamamiento urgente a la solidaridad mundial para ayudar a hacer frente a esta situación, que califica de “desesperada”.