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José Manuel Velasco, miembro de la Junta Directiva de la Global Alliance for Public Relations and Communication Management

“No se pueden conseguir algunos de los ODS sin un diálogo abierto entre los distintos grupos de interés”

La comunicación es una función esencial para consolidar las democracias, pero también resulta necesaria para alcanzar algunas de las metas globales que recoge Naciones Unidas en la Agenda 2030. De ello está convencido José Manuel Velasco, miembro de la Global Alliance for Public Relations and Communication Management, quien en esta entrevista con Soziable.es explica los detalles de una iniciativa promovida por la organización que busca que la ‘Comunicación Responsable’ se convierta en el decimoctavo ODS.

José Manuel Velasco, miembro de la Junta Directiva de la Global Alliance for Public Relations and Communication Management
José Manuel Velasco, miembro de la Junta Directiva de la Global Alliance for Public Relations and Communication Management

El diálogo abierto sobre desafíos globales, la libertad de opinión y prensa, la lucha contra las ‘fake news’ y el lenguaje positivo e inclusivo son algunos de los ingredientes que definen una comunicación a todas luces responsable. Y para José Manuel Velasco, expresidente y miembro de la actual Junta Directiva de la Global Alliance for Public Relations and Communication Management, dicha comunicación responsable constituye un eje vital para desarrollar los regímenes basados en las libertades y para afrontar mediante un diálogo abierto los principales retos que la humanidad tiene ante sí.

Velasco, quien acumula una dilatada trayectoria en el ámbito de la comunicación que se extiende hasta la actualidad, es precisamente el impulsor de una iniciativa cuya finalidad es que Naciones Unidas considere la ‘Comunicación Responsable’ como uno más de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y se convierta, de este modo, en lo que sería el decimoctavo ODS.

En concreto, en esta entrevista con Soziable.es, explica los motivos por los que desde la organización decidieron poner en marcha esta iniciativa; valora la respuesta que han obtenido hasta el momento por parte de las asociaciones de comunicación de todo el mundo, a las que se ha lanzado un llamamiento abierto para sumar adhesiones a esta causa; y, además, aborda asuntos de notable calado como la proliferación de las ‘fake news’ o la necesidad de un lenguaje inclusivo y positivo, entre otros.

- En Global Alliance for Public Relations and Communication Managemet, proponen incorporar un ODS sobre ‘Comunicación Responsable’ a la Agenda 2030. ¿Por qué impulsan esta iniciativa?

En la Global Alliance for Public Relations and Communication Managemet, que es la Federación Mundial de Comunicadores, la entidad más representativa de la industria de la comunicación, que tiene presencia en más de 130 países y, de forma indirecta, representamos a más de 300.000 profesionales de la comunicación, pensamos que no se pueden conseguir algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin un diálogo abierto entre las distintas partes, entre los distintos grupos de interés. 

Además, hemos pensado que la comunicación es una función estratégica fundamental para consolidar las democracias, para impulsar los regímenes basados en las libertades y para propiciar un diálogo abierto acerca de los principales desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Hoy entendemos que no es posible el progreso sin una comunicación sincera, rigurosa, abierta y honesta. 

“La comunicación es como el plasma por el que circulan las sustancias básicas para la democracia y el progreso. Y el plasma tiene que estar limpio, transparente…tiene que fluir bien”

- ¿Por qué considera usted que es necesaria una comunicación responsable?

Una comunicación responsable parte de la idea de que el principio básico que debemos defender es la verdad. Y hoy es necesario defender la verdad, vigilar y velar por la verdad porque hay mucho de lo otro, porque hay mucha mentira, y porque mentir sale muy barato. 

Además, uno de los objetivos de la Global Alliance es crear estándares globales para el buen ejercicio de la comunicación y creemos que es importante hacer una llamada general para que todas las asociaciones que forman parte de la Global Alliance o incluso que no forman parte de ella, pero que quieren sumarse a este movimiento, impulsen esa visión ética de la comunicación. La comunicación es como el plasma por el que circulan las sustancias básicas para la democracia y el progreso. Y el plasma tiene que estar limpio, transparente…tiene que fluir bien. 

- Pero ¿qué significa exactamente 'comunicación responsable'?

Comunicación responsable tiene muchas declinaciones y creo que son todas muy necesarias. Significa comunicación rigurosa, comunicación basada en los hechos, comunicación inclusiva y apoyo a los medios de comunicación y al buen periodismo porque ejercen una misión fundamental para lo que es el bienestar y el progreso de las democracias, que están basadas en las libertades, entre otras, en la libertad de opinión y en la libertad de información.

Nosotros relacionamos este principio de comunicación responsable con uno de los 16 principios éticos que forman parte del Código de la Global Alliance, que es el impacto social que tenemos con nuestra función. Nosotros no solo impactamos responsablemente en nuestras organizaciones, sino que tenemos una responsabilidad social que va más allá y que es participar en la creación de un sistema de diálogo, de comunicación, que esté basado en la veracidad.

- Han realizado un llamamiento a las asociaciones de comunicación de todo el mundo para que se sumen a esta iniciativa. ¿Qué respuesta han obtenido hasta el momento?

Hemos hecho una llamada abierta con el fin de conseguir el mayor número de respaldos posibles y, con ese respaldo, pedir a Naciones Unidas que considere nuestra idea, que es crear un nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible, que sería el Objetivo 18, denominado ‘Comunicación Responsable’.

“Tenemos que insistir en esa idea de que la mentira deteriora mucho la convivencia, sobre todo la confianza entre personas, que es un bien muy valioso”

Nos hemos dirigido, en primer lugar, a la Comunidad que forma parte de esa Federación Mundial de Comunicadores, que es la Global Alliance, y ya tenemos más de 60 adhesiones. Eso significa que algunas de las asociaciones de comunicadores más grandes del mundo, como la americana o la propia española, DIRCOM, ya están apoyando y secundando la iniciativa.

Ahora esa iniciativa está abierta a cualquier tipo de asociación, especialmente aquellas que trabajan en el entorno o en la propia industria de la comunicación. Cualquier asociación, cualquier entidad, se puede adherir a esta llamada y cuantos más seamos, más fuerza tendremos a la hora de pedir la creación de este nuevo ODS.

- En esa llamada abierta, conceden una notable relevancia al impacto de las 'fake news' en la sociedad. ¿Qué consecuencias cree que podrían derivarse de la proliferación de dichas 'fake news'?

En la comunicación, cuando nos preguntamos cuál es la materia prima con la que trabajamos, nos damos cuenta de que es la verdad. Y esa verdad está relacionada con los hechos. Por lo tanto, estamos preocupados por acciones que modifican los hechos, que crean versiones alejadas de la realidad, que separan las emociones de los hechos, lo que se denomina posverdad, y, por supuesto, estamos preocupados por el crecimiento de la mentira. Creemos que hoy mentir se ha vuelto más barato. 

Y como se ha vuelto más barato, se ha vuelto también más fácil. Hay que poner coto a la mentira y tener en cuenta que, cada vez que comunicamos, nuestra primera responsabilidad no es ni siquiera con la organización a la que pertenecemos. Nuestra primera responsabilidad social es con la verdad. 

“Las instituciones tienen una responsabilidad a la hora de defender su propia credibilidad y crear un clima de confianza que favorezca el diálogo entre las personas”

- Entonces, ¿qué camino se debe seguir para eliminar o reducir el número de 'fake news'?

Es una decisión ética, básicamente. Por lo tanto, hay que fortalecer los principios éticos. Personalmente, creo que hay un debilitamiento general de la ética o de la moral. Y esa es muy necesaria para garantizar la convivencia. Necesitamos unas normas básicas que nos ayuden a gestionar nuestra convivencia, a pensar en los demás, organizar decisiones de la vida cotidiana en la que confluyen diferentes intereses. 

Pensamos que debe haber un refuerzo ético muy importante. Y que ese refuerzo debe empezar desde pequeñito. A mí de pequeño me decían que mentir era muy feo. Casi después de matar, era lo más feo que podías hacer. Creo que tenemos que insistir en esa idea de que la mentira deteriora mucho la convivencia, sobre todo la confianza entre personas, que es un bien muy valioso. Te das cuenta de ello cuando se pierde. 

- También consideran muy importante la pérdida de credibilidad y la desconfianza en los sistemas políticos y económicos. ¿Qué amenazas se esconden tras esa desconfianza?

El Barómetro de Edelman viene detectando una caída constante de la confianza-credibilidad. ‘Trust’, la palabra inglesa, se puede traducir por confianza y por credibilidad. Y, de hecho, van de la mano. Eso es muy preocupante porque la confianza es un bien que se genera de arriba abajo y, por lo tanto, si se deteriora arriba, si se deteriora a nivel institucional, también se deteriora en los niveles domésticos, incluso en las relaciones personales entre individuos. 

Las instituciones tienen una responsabilidad a la hora de defender su propia credibilidad y crear un clima de confianza que favorezca el diálogo entre las personas. Por eso, desde la Global Alliance pensamos que tenemos que ayudar a construir desde arriba, desde los principios, y que organizaciones como la nuestra deben contribuir a ese objetivo de generar un clima de confianza basado en la credibilidad de la comunicación que realicen todo tipo de organizaciones.

“El lenguaje debe evolucionar de forma positiva para dar respuesta a los principales desafíos que tiene la sociedad, como la diversidad y la inclusión”

- Tal y como indican, una comunicación responsable implica un lenguaje positivo e inclusivo. ¿Qué se debe hacer para mejorar en este sentido?

El lenguaje evoluciona. Y el lenguaje debe evolucionar de forma positiva para dar respuesta a los principales desafíos que tiene la sociedad. Uno de esos desafíos es la diversidad y la inclusión. Por lo tanto, el lenguaje tiene que ir adaptándose a los tiempos y a esas nuevas necesidades.

El llamamiento es para que seamos conscientes de la forma en la que hablamos, porque podemos tener sesgos que pueden condicionar las relaciones que gestionamos con nuestras conversaciones. La mejor forma posible de controlar nuestros sesgos es conocerlos. A veces, esos sesgos salen de forma automática en el lenguaje, por lo que analizar el lenguaje de cada persona, de cada uno de nosotros, da una enorme información que nos puede ayudar, si somos conscientes de ello, a tener conductas más positivas, es decir, conductas socialmente más responsables. 

- La libertad de opinión y de prensa son también cuestiones cruciales para una comunicación responsable, pero que no existen en muchos países del mundo. ¿Qué proponen ustedes para avanzar hacia una mayor libertad de prensa?

Nosotros vemos la libertad de prensa, la libertad de información, la libertad de opinión, desde nuestra perspectiva. Estamos en una democracia, pero hay una parte muy importante del mundo que no vive en democracia. Tenemos que seguir reivindicando la libertad de prensa que no existe en muchos países. Todavía, en muchos sitios, se mata a periodistas y, por lo tanto, es algo sobre lo que tenemos que seguir llamando la atención.

- Por último, ¿cuándo cree que podremos ver entre las metas globales de la Agenda 2030 el 'ODS 18: Comunicación Responsable'?

La verdad es que es un objetivo muy ambicioso. No es fácil que Naciones Unidas considere incorporar un nuevo objetivo porque esos objetivos forman parte de la Agenda 2030 y tienen que tener su desarrollo y su trazabilidad. Pero para nosotros lo que es muy importante es el llamamiento, crear ese movimiento de que no podemos permitir que se deteriore la comunicación, como se está deteriorando la confianza o incluso la propia percepción de la democracia, porque es ese plasma por el que circulan los nutrientes básicos de un sistema que piense en el progreso y en el bienestar de las personas.