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Sociedad Española de Neurología (SEN)

El 60% de los pacientes hospitalizados por COVID-19 desarrolla sintomatología neurológica

La cefalea y la llamada ‘niebla mental’ son los síntomas neurólogos más habituales y persistentes entre los pacientes post COVID-19.

La sintomatología neurológica ha estado muy presente en los pacientes con COVID-19
La sintomatología neurológica ha estado muy presente en los pacientes con COVID-19

¿Puede el SARS-CoV-2 infectar el sistema nervioso central?, ¿cuáles son los principales síntomas neurológicos que se han detectado en pacientes COVID-19?, ¿qué secuelas neurológicas puede dejar el SARS-CoV-2 en los pacientes que han superado el COVID-19? Estas son algunas de las principales preguntas a las que se ha tratado de dar respuesta en el segundo Congreso Nacional Multidisciplinar COVID-19 de las Sociedades Científicas de España, que ha contado con la participación de más de 70 sociedades científicas españolas.

“Uno de los aspectos que hemos tratado es que, a lo largo de estos meses de pandemia, hemos podido observar que el SARS-CoV-2 tiene varias vías para producir afectación neurológica: por invasión directa del virus en el sistema nervioso central, por la respuesta inmune, pero sobre todo por afectación indirecta. En todo caso la invasión directa del virus del sistema nervioso parece anecdótica y muy poco probable”, señaló el doctor Pere Cardona, neurólogo del Hospital Universitari de Bellvitge y moderador de la mesa ‘Afectación neurológica en pacientes con COVID’.

Además, añadió que la gran mayoría de la afectación neurológica en pacientes COVID-19 "ha sido por afectación indirecta, bien como respuesta inflamatoria (lo que se ha llamado tormenta de citoquinas), procesos cerebrovasculares por coagulopatia y/o daños sobre el endotelio vascular o miocárdico o bien por complicaciones secundarias”.

A este respecto, el doctor Jesús Porta, neurólogo del Hospital Clínico San Carlos y vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología, apuntó que dichas manifestaciones indirectas han sido en algunos pacientes "de especial gravedad y la sintomatología neurológica ha estado muy presente en los pacientes con COVID-19”.

Principales síntomas neurológicos

Uno de los últimos estudios que se han realizado hasta la fecha señala que el 60% de los pacientes hospitalizados por COVID-19 tuvo síntomas neurológicos, aunque en el 85% de los casos fueron síntomas leves e inespecíficos.  “Síntomas neurológicos como dolor muscular, encefalitis, encefalopatías, mielitis, crisis epilépticas, neuropatías,... Pero los más reseñables por su alta prevalencia fueron la anosmia (perdida de olfato) y las cefaleas y, por su gravedad, los accidentes cerebrovasculares, como los ictus isquémicos, ictus hemorrágicos o trombosis venosas cerebrales que se han producido”, destacó el doctor Jesús Porta.  

Se ha descrito un tipo de dolor de cabeza muy específico y asociado al virus: de características opresivas, que despierta por la noche a un 33% de los pacientes y que en ocasiones se acompaña de hipersensibilidad.

Se ha podido observar que la anosmia, además de ser un síntoma de buen pronóstico, es uno de los síntomas más habituales en personas jóvenes, en mujeres y en personas con algún tipo de afección neurológica previa. Los pacientes se suelen recuperar de esta pérdida de olfato entre la segunda y la octava semana, aunque en algunos casos esta recuperación puede llevar hasta tres años. Si, además de anosmia, se desarrolla parosmia (distorsiones en el sentido del olfato, generalmente mal olor), también es síntoma de un buen pronóstico.

Respecto a la cefalea, se ha descrito un tipo de dolor de cabeza muy específico y asociado al virus: de características opresivas, que empeora con la actividad y los movimientos de cabeza, que despierta por la noche a un 33% de los pacientes y que en ocasiones se acompaña de hipersensibilidad.

Es por lo tanto una cefalea que se parece a la migraña, aunque los pacientes que ya padecían migraña, la identifican como un dolor de cabeza distinto. Se cree que los episodios de cefaleas pueden ser debidos a la tormenta de citoquinas y a que entre un 10-20% de los pacientes COVID-19 que desarrollaron esta sintomatología puede desarrollar una cefalea crónica, aunque aún se están analizando los factores que puede incidir para que se cronifique. 

Menos frecuentes, pero mucho más graves, son los casos de ictus que se han dado en pacientes COVID-19. Diversos estudios ya señalan que, en pacientes hospitalizados, existe un incremento de riesgo de ictus por COVID-19 de alrededor de un 1-2% en el caso de ictus isquémicos y de un 4% en las trombosis venosas cerebrales, que, si bien suelen ir asociados a la gravedad de la infección, tienen un peor pronóstico: algunas series internacionales destacan que la mortalidad por ictus en personas con COVID-19 alcanza el 59%.

"Y si bien la mortalidad no alcanzó al 59%, sí al 35% de nuestros pacientes, un porcentaje mucho más alto de lo que habitualmente manejamos”, explico el doctor Francisco Hernández, neurólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. El 26% de los casos de ictus que se atendieron en este centro durante los primeros meses de la pandemia se produjo en pacientes con COVID-19. En el Hospital de Bellvitge, por su parte, los casos de ictus en pacientes COVID-19 supusieron entre el 15 y el 20% de los casos totales.

Secuelas neurológicas de la COVID-19

Un reciente estudio realizado en España señala que el 51% de pacientes que han sobrevivido a la COVID-19 ha desarrollado secuelas que pueden prolongarse incluso 12 meses. Los síntomas neurológicos alcanzan a un 12% de los pacientes post COVID-19 y entre ellos destacan sobre todo la cefalea y los problemas cognitivos, la llamada 'niebla mental'. Aunque también son muy habituales otros no exclusivamente neurológicos como pueden ser la fatiga o el dolor muscular: más del 50% de los pacientes que han pasado la COVID-19 presenta fatiga y trastornos del sueño. Además, el dolor de cabeza, la fatiga y el dolor muscular figuran entre las secuelas más persistentes.

Por otra parte, los expertos señalan la posibilidad de que, en un futuro, muchos pacientes que han estado en la UCI, en la UVI o con síntomas graves de COVID-19 tengan una reducción en la reserva neuronal que les causará problemas neurológicos de distinta sintomatología. En todo caso, es altamente improbable que esto suponga una epidemia futura de enfermedades neurológicas.